Capítulo n°6: Llegando a un castillo...

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Al llegar, fueron recibidos por un rostro desconocido: una mujer de cabello gris y ojos almendrados, con gafas redondas. Vestía un traje de sastre, similar al de John.

Para sorpresa de Maka, Soul abrazó a la mujer con genuino afecto, como si fuera una figura materna.

—Marta, te presento a Maka. Ella es mi compañ... es decir, mi novia —dijo Soul, corrigiéndose a mitad de frase.

—Buenas tardes, es un placer conocerla. Mi nombre es Maka Albarn —se presentó ella con cortesía, si querer revisó su alma, aquella era un alma serena y cariñosa.

—Disculpe mi falta de modales, señorita Albarn —respondió la mujer con una cálida sonrisa—. Soy Marta, asistente personal del joven amo Soul. He estado a su lado desde que era un bebé. Me llena de alegría ver que el joven amo tiene a su lado a una señorita tan hermosa y encantadora—

—Gracias... —murmuró Maka, sonrojándose. Aunque nunca se había considerado particularmente hermosa, apreciaba la amabilidad de Marta.

Wes intervino en ese momento. —Debo ir con John a resolver un asunto antes de llegar a casa. Los dejo en excelentes manos. —

—Muchas gracias, Wes —respondió Marta con una inclinación de cabeza.

—¿Tus asuntos tienen que ver con tu prometida? —inquirió Soul, arqueando una ceja.

—Me atrapaste —admitió Wes con una sonrisa pícara—. Ya debes entenderlo, como el hombre enamorado que eres. Nos vemos luego. —

Soul se sintió extrañamente avergonzado. Sabía que venía con Maka como novia falsa, pero ¿por qué tenía que decir Wes algo así?

—Si no vuelves y me dejas solo con nuestros padres, me escaparé —amenazó Soul, medio en broma, medio en serio. 

—Lo sé, lo sé —respondió Wes con una sonrisa comprensiva — No tardaré, te lo prometo—

Marta intervino con su habitual amabilidad, intentando aliviar la tensión entre los hermanos. —Por favor, suban a la limusina. El viaje será largo, así que he preparado algunos refrigerios para que estén cómodos. —

—Gracias, lamento las molestias —se apresuró a decir Maka, aún no acostumbrada a tantas atenciones.

—No es ninguna molestia, señorita Albarn —respondió Marta con una sonrisa cálida—. Es un placer atenderlos—

—Vamos, Maka —dijo Soul, tomando su mano con una delicadeza inusual. La guio hacia el vehículo, ayudándola a subir como si fuera lo más natural del mundo. Maka, entendiendo el juego, se dejó llevar, aunque no pudo evitar que su corazón se acelerara.

Una vez dentro del lujoso automóvil, el ambiente cambió sutilmente. Soul, que momentos antes había estado bromista y relajado, ahora parecía sumido en sus pensamientos. Su mirada se perdía en el paisaje que desfilaba por la ventana, como si cada kilómetro que los acercaba a su destino lo alejara más de su compañera.

Marta, desde el asiento del conductor, intentó mantener una conversación animada, quizás percibiendo la tensión creciente.

—¿Su viaje no tuvo inconvenientes? —preguntó, mirando a Maka por el espejo retrovisor.

—No, no en absoluto —respondió Maka, agradecida por la distracción—. Wes y John fueron muy amables al traernos—

—El señor Wes estaba muy emocionado por volver a ver a su hermano —comentó Marta, su voz teñida de afecto—. Se nota que lo aprecia mucho—

—Sí, es muy agradable —concordó Maka, lanzando una mirada de reojo a Soul, quien seguía abstraído.

—Y dígame, señorita Albarn, ¿cómo es Death City? —continuó Marta, genuinamente interesada.

Novios por ahora (Soul x Maka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora