Novios por ahora (Soul x Maka)

Capítulo n°8: Te presento a mis padres...

Soul esperaba a Maka fuera de la habitación, apoyado contra la pared con aparente despreocupación. De vez en cuando, consultaba la hora en su reloj dorado. Sin embargo, cuando ella emergió, quedó paralizado.

Maka lucía un elegante vestido verde esmeralda de cuello alto que dejaba sus hombros al descubierto, acentuando la delicada curva de su cuello. El corte del vestido abrazaba sutilmente su figura, cayendo con gracia hasta justo encima de sus rodillas. Los tacones a juego le otorgaban un aire de sofisticación que Soul nunca antes había asociado con su compañera. Su cabello estaba semi recogido en la parte posterior, con suaves mechones enmarcando su rostro. Un sutil maquillaje realzaba sus rasgos naturales, dando un brillo especial a sus ojos y un toque de color a sus labios.

Soul la contempló embelesado, pensando que nunca la había visto tan... hermosa "no puede ser ¿esa es Maka?". Por un momento, olvidó respirar. Sus ojos recorrieron la figura de Maka, desde su rostro hasta la punta de sus zapatos, incapaz de apartar la mirada.

Incómoda por el prolongado silencio y la intensa mirada de Soul, Maka lo desafió con una mezcla de nerviosismo y vergüenza, ya no estaba acostumbrada a vestir así:

—Vamos, búrlate de una vez. No te quedes ahí parado como una estatua —

Soul pareció salir de su trance, parpadeando rápidamente:

—Yo... no está mal, pero... —titubeó, metiendo la mano en el bolsillo de su chaqueta—. Te traje algo—

Soul sacó del bolsillo de su chaqueta una pequeña caja de terciopelo negro. Con un movimiento suave, la abrió, revelando un par de exquisitos pendientes de perla que brillaban tenuemente bajo la luz.

Maka, confundida pero sorprendida, observó los hermosos aretes con los ojos muy abiertos. —Soul, esto es... — comenzó, su voz apenas un susurro.

—Bueno, si vamos a hacer esto, hay que hacerlo bien, ¿no? — con un tono que pretendía ser irónico y casual, pero su voz tenía un tono más suave de lo habitual. — Mi "novia" tiene que lucir impecable. —

—Gracias, Soul. Son preciosos —Maka los admiró las perlas—. Pero, ¿de dónde los sacaste? —

—Digamos que es una larga deuda que pagaré a crédito —respondió con una sonrisa torcida.

—¿Era realmente necesario? —preguntó Maka, preocupada.

Soul la miró a los ojos con una intensidad inusual. —Sí, lo es. Te lo mereces—.

El peso de sus palabras pareció llenar el espacio entre ellos. Maka sintió que su corazón daba un vuelco, sorprendida por la sinceridad en la voz de Soul.

—Gracias —respondió suavemente, tomando los pendientes con cuidado—. ¿Me ayudas a ponérmelos? —

Soul asintió, acercándose. Con una delicadeza que contrastaba con su habitual brusquedad, ayudó a Maka a colocarse los pendientes. Sus dedos rozaron ligeramente el lóbulo de su oreja, enviando un escalofrío por la columna de Maka.

A cierta distancia, Marta y Miriam observaban la escena, intercambiando miradas cómplices. En sus años de servicio a la familia Evans, Marta nunca habían visto al joven Soul tan genuinamente feliz y relajado. La forma en que miraba a Maka, con una mezcla de admiración y algo más profundo, les decía todo lo que necesitaban saber.

—Nunca había visto al joven amo así —susurró Miriam.

Marta asintió, una sonrisa nostálgica en sus labios. —Son adorables. Me recuerdan a sus abuelos, el señor y la señora Evans cuando eran jóvenes —sus ojos brillaban con una mezcla de sorpresa y afecto maternal.