𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐝𝐢𝐨 𝐚𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫 | 𝓣𝓪𝓮𝓴𝓸𝓸𝓴 | ℬ⋆𓂅

Capítulo 16: El Dolor del Amor

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TAEKOOK

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𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐝𝐢𝐨 𝐚𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫

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18 de julio de 2014

El aire estaba cargado de tensión en el gran salón, un lugar de elegancia opulenta que, en ese instante, parecía demasiado pequeño para contener el torbellino de emociones que se desataba. Los candelabros dorados parpadeaban suavemente, iluminando los rostros tensos de la familia Kim.

—¡No voy a casarme! Ni siquiera conozco bien como es —espetó Taehyung, su voz grave reverberando por las paredes. Sus ojos oscuros destellaban furia, y sus puños, crispados a los lados, temblaban con una ira que luchaba por contener. La energía alfa que emanaba de él era palpable, como una tormenta a punto de desatarse.

Ji Hyun, su madre, observó a su hijo con una sonrisa burlona que no alcanzaba a suavizar la severidad de su mirada. Estaba sentada con la elegancia de una reina, pero sus ojos eran los de una estratega lista para la guerra.

—¿Apenas conoces a Jungkook? —replicó Ji Hyun, alzando una ceja con escepticismo—. Porque a mí me parece que se conocen bastante bien.

La burla en su tono encendió aún más la ira de su hijo menor. Él se acercó, sus botas resonando en el suelo de mármol, como si cada paso fuera un eco de su creciente frustración.

—¡Madre! ¿Qué diablos dices? —la cuestionó, con la voz rota por la indignación.

Ji Hyun se puso de pie con una calma inquietante, sus ojos no perdiendo de vista a su hijo. Se acercó a él, y el ligero perfume que siempre usaba se hizo más presente, mezclándose con el aire cargado de tensión.

—Taehyung, por favor, no te comportes como si no supieras de qué hablo —su tono ahora era grave, casi un susurro, pero cada palabra era afilada como una daga—. Sé perfectamente que te acostaste con Jungkook. Y no fue una sola vez, sino dos.

El rostro de Taehyung se puso rojo, una mezcla de vergüenza y rabia encendiendo sus mejillas. Apartó la mirada y respiró hondo, como si intentara calmar el fuego en su interior. Pero su madre no terminó ahí. Se acercó más, su mirada inquebrantable.

—Por favor, no digas tonterías, madre. Lo que haya hecho o no hecho con ese omega no me obliga a casarme —espetó, su voz tensa, aunque sus palabras no eran más que una débil defensa ante el peso de las tradiciones que se cernían sobre él.

Ji Hyun frunció el ceño, y en sus ojos apareció un destello de ira. Se cruzó de brazos, pero su postura no era la de alguien que se rinde. Más bien, era la de alguien que se prepara para asestar el golpe final.

—Claro que sí te compromete. Hijo, reacciona. Los Jeon son una familia que respeta profundamente las creencias antiguas —ella lo señaló con el dedo, el gesto cargado de juicio—. Jungkook es un omega, y sus padres buscaron al candidato adecuado para entregarle a su único hijo. Y ese candidato fuiste tú.

Taehyung tragó saliva, su garganta apretada, pero se negó a ceder. Su madre continuó, su tono subiendo de intensidad.

—Jungkook era virgen y debía mantenerse así hasta que contrajera matrimonio. Pero tú lo tocaste, y él se entregó a ti. Dejarlo así, sin más, es como pisotear sus valores, su dignidad.