Bienvenidos a mi país de las maravillas... donde todo está permitido, aunque aquí no hay un mundo, ni un gato sonrisas o una Alicia, si no, un domador de circo con orejas enormes de color negro y puntiagudas, ese...soy yo...mi nombre es Jeon JunSeo, aunque soy reconocido en mi profesión como COOKY...lo se un nombre un tanto cursi para alguien como yo, más adelante lo entenderéis.
Tengo 22 años y llevo desde que nací correteando entre bastidores, una carpa, puede decirse que soy circense desde que era un maldito crio inocente.
Mi padre antes que yo, fue el fundador de este siniestro lugar, pero el padre de mi "supuesto mejor amigo" digo supuesto porque no lo aguanto, es un tapón de medio metro...pero ahora no estoy hablando de este patas de jamón, si no, de su maravilloso y ridiculo padre.
Cuando yo tenía una temprana edad, ambos se reunieron en el salón de mi actual caravana, mientras que el hijo de susodicho y yo "jugabamos inocentemente" pero fuimos interrumpidos cuando el padre de este salió alzando la voz a la puerta principal de la casa gritando, con sus manos de adulto llenas de sangre, solo recuerdo que mis oidos comenzaron a zumbar, mi corazón se aceleró y mis orejas de conejo se cayeron quedando muertas atrás de mi cabeza. Cuando fui consciente, vi a mi padre muerto, tirado en medio de la sala de estar bocabajo y un charco de sangre expandiendose debajo de su cabeza.
Todos dicen que fue un "accidente" pero se perfectamente que ese señor tuvo algo que ver con su muerte.
Ese dia algo dentro de mí se quemó...
Días después, el grano en el trasero de Aiko anunció que sería el futuro dueño del circo
Aiko: -Cooky! Cooky! Adivina que?- Exclamó entunsiasmado mientras corría hacía donde estaba intentando enseñar a mi animal de exhibición una cachorra de leon llamada Kenna
Cooky: -Te vas morir? Wow! Que notición!- pregunté sarcástico, mientras intentaba que el animal se sentara a continuación de mi orden, pero solo conseguí que me mordisqueara la mano por sus dienres pre maturos aún creciendio
Aiko: -ash...tan simpático como siempre orejas largas...- reprochó este ofendido mientras se le relajaba la cara de entusiasmo que traia hace 5 min.
Cooky: -tú tan insoportable como siempre, orejas de peluche..que demonios quieres? estas distrayendo al animal...- refunfuñe comenzando a sentirme molesto e incomodo por su presencia.
Akio: -Vale vale si insistes...- se regodeó orgulloso.
Cooky: -Igh...no te aguanto...VENGA YA!-
Aiko: -Ajam! Voy- Voy a ser el nuevo dueño del circo he he he!- anunció totalmente ingenuo y asquerosamente feliz.
En ese momento mi saliva se atoró en mi garganta de la impresión, causándome toser.
Cooky: -De que estas hablando medio metro... Como vas a ser tú el dueño de este lugar si siquiera sabes atarte los cordones- intente corregirle golpeándole con un poco de realidad aumentada, ya que la normal no la alcanza ver.
Aiko: -blah blah blah! Cierra la boca dientes de conejo ahora soy tu nuevo jefe así que más te vale respetarme o te las verás conmigo!- amenazó alzando ligeramente la voz cruzando sus brazitos queriendo intentar verse intimidante.
Cooky: -eso no te lo crees ni tú...- cargue a la leona en mis brazos para irme de allí y dejar al chico con la palabra en la boca, por unos instantes, sentí un sentimiento que hace mucho que no sentía, pude sentir mi sangre helarse mientras me alejaba de allí con tan solo imaginar lo que sería capaz este conejo enano de hacerle a mi circo...
o a mi...
No pude pensar en otra cosa que en esas inquietantes palabras de aquel ser...incluso Kenna sentía como mi corazón estaba algo acelerado.
Intente distraerme, mientras la leona jugueteaba con los cordones de mis zapatos, recuerdos oscuros y que se habían quedado en lo más profundo de mi cabeza, comenzaron a alumbrarse en mi retinas, un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral...solo era un niño...porque tuve que hacer esas cosas...
Aiko es algo más mayor que yo, cuando éramos más pequeños él, aprovechaba su fuerza y su superioridad para aprovecharse de mi, ¿pero yo? Solo pensaba que era un juego normal y corriente.
Al poco de estar apartado de aquel muchacho, decidí volver a mi casa rodante con Kenna en brazos, aún era muy pequeña para que viviera sola en una jaula...además...era mi verdadera mejor amiga.
Salí de la carpa y lo único que pudo llamarme la atención fue ver a Aiko y a su padre hablar algo apartados de todos, siento que va a ser el apocalipsis y no tengo ni la más remota idea de porque...
Solo algo estaba claro y es que la mirada y la sonrisa que me dedicaron, no eran de amabilidad, si no todo lo contrario, esa tarde el niño de 15 años inocente y medianamente feliz había desaparecido, ese niño lo habían destrozado por completo.
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𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐬 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚 𝑷𝑹𝑰𝑪𝑬
Mystery / ThrillerUn chico que desde pequeño se ha criado entre caravanas, camiones de animales exóticos y una enorme carpa de rayas negras y blancas del circo "Shadows". ¿el conejo negro de orejas grandes conseguirá su Red Wonderland?