Las luces titilaban en el gran carpa, reflejando el brillo de los ojos curiosos de los espectadores. En el centro de la pista, un gran león dorado, Kenna, se movía con gracia mientras bajaba con el muchacho que ella misma había elegido, con sus músculos tensos como resortes. Por otro lado, Cooky, con su corset rojo y su camisa de mangas negras, sonreía de manera traviesa, mientras las orejas de conejo se mantenían erguidas, captando cada murmullo del público.
"Hoy es una noche mágica, mis queridos amigos", exclamó Cooky con una voz seductora, su tono era un suave eco que reverberaba entre las risas nerviosas del público. "¿Están listos para una actuación que los dejarán muertos?, nunca mejor dicho"
Los aplausos y risas estallaron, llenando el aire de una energía eléctrica.En una esquina, el chico delgado, de piel blanquecina y ojos oscuros como el carbón, observaba con inquietud. Sus orejas de conejo, pequeñas y frágiles, contrastaban con la imponente figura de Cooky en ese preciso momento. Su mirada estaba fija en la pista, en la víctima elegida por Kenna: un joven de estatura media, que parecía tan desprevenido como un cordero en el matadero.
Cooky se acercó al chico, un destello de malicia en sus ojos. "¿Sabes, pequeño? Eres afortunado de ser el elegido esta noche. Todos quieren ser parte de este espectáculo, pero muy pocos tienen la oportunidad." Le dirigió una mirada fría e inquietante, pero sin dejar de lado su carisma, le acarició la mejilla, dejando a la audiencia en un estado de asombro.
A medida que la tensión crecía, Sher-kan, el tigre de pelaje naranja y rayas negras, saltó hacia adelante, mostrando sus afiladas garras. "¿Te gusta el felino, cariño?" bromeó Cooky, girando sobre sus talones mientras el chico, temblando, se encogía.
Aiko, el propietario del circo, observaba desde un costado con una mezcla de admiración y celos. Su atención se centraba en Seunho, un joven, novato y despistado, que parecía cautivado por la actuación de Cooky. Sin embargo, Aiko no sabía que Seunho estaba empezando a sentir una atracción por el carismático domador, a quien consideraba una figura enigmática, casi hipnotizante.
"¡Y no olviden a Vakira!", gritó Cooky, haciendo un gesto dramático. De la nada, la pantera negra surgió, como una sombra que se desliza por la oscuridad, generando un murmullo de sorpresa en el público. Los espectadores se acercaron, fascinados, mientras el espectáculo se tornaba más intenso, el felino de pelaje negro se paseaba como si nada por el borde del limite de la pista del escenario, mirando fijamente al chico que se había vuelto más pálido que antes.
"Kenna, querida", dijo Cooky, su voz un susurro melódico mientras el león se acercaba, "es hora de que enseñemos a esta víctima lo que significa realmente ser parte del espectáculo." La leona rugió, una sinfonía de poder y peligro que resonó en las paredes de la carpa.
Con un movimiento ágil, Cooky dirigió a sus bestias. "Sher-kan, Vakira, ¡es hora de jugar!" El tigre y la pantera se lanzaron hacia el chico, quienes en un último intento de escapar, miró a Cooky con ojos suplicantes.
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𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐬 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚 𝑷𝑹𝑰𝑪𝑬
Mystery / ThrillerUn chico que desde pequeño se ha criado entre caravanas, camiones de animales exóticos y una enorme carpa de rayas negras y blancas del circo "Shadows". ¿el conejo negro de orejas grandes conseguirá su Red Wonderland?