Me desperté de golpe, alterado y sudado, de nuevo una pesadilla atacó mientras dormía...
Me paré ahi sentado en la cama mirando a un punto fijo recordando o al menos intentando recordar la pesadilla completa, pero no pude, alguien se había propuesto dar un discurso o un llamamiento a las 8 de la mañana con un megáfono.
De buena mañana, mis migrañas golpeaban el lado de mi cabeza creando un dolor bastante incómodo, haciendo que me sintiera irritado y molesto, me levante bruscamente agarrando la primera camiseta negra que pude poniéndomela y salir en busca de quién sería el gracioso de aquel espectáculo de madrugada, una de las cosas que más odiaba, aparte de la sociedad en si...era el ruido de buena mañana.
Salí de la caravana y sin importarme el barullo de gente que rodeaban al anunciante, me abrí camino fácilmente entre estos, al ser más alto que estos, mis orejas negras y puntiagudas, rectas y algo erizadas por mi notable enojo, la gente se giraba a mirarme algo sorprendida.
No me impidió para agarrar el megáfono y estrellarlo con todas mis fuerzas contra el suelo arenoso del lugar.
Mire a Aiko el cuál se había quedado atónito por lo que hice y sinceramente no me arrepiento de absolutamente nada.
Cooky: -¿que pasa no puedes estar un maldito día sin ser un tremendo incordio, Aiko?- le gruñí, con mi amigable cara de pocos amigos si las miradas matasen...el llevaría bajo tierra un siglo.
Aiko: -¿pero que demonios haces Cooky? Estoy intentando darles la bienveni- fue interrumpido.
Cooky: -...No tienes otro momento del día para que te vean esa cara de culo que tienes? Ah? ¿Tiene que ser justo cuando la mitad del circo duerme?- eche en cara lo que hacía por tal de tener toda la atención.
Aiko: -igh...casi se me olvidaba lo amistoso que eres, bueno! Ya que estás aquí señoras y señores....este agradable conejo de un metro ochenta y siete, de orejas largas, es Jeon JunSeo...pueden llamarlo Cooky, "siempre a sido el favorito del lugar" por así decirlo, hi hi hi...les recomiendo que no se metan con él tiene muy malas pulgas- anunció eso último bajando un poco el volumen de su voz como si fuese un falso secreto, como si yo no estuviese allí...iba a agarrarlo de las orejas para pegarle un tirón y bajarlo de donde estaba, pero las risas de todos me hicieron girarme y ver todo aquel barullo, sacándome aún más de quicio.
Mis ojos se pasearon por todas aquellas caras nuevas y solo me llamó la atención unas blancas y rectas orejas de conejo que resaltaban entre todos.
Arrugue un poco mi entrecejo en curiosidad, pero no iba a irme por las ramas agite mi cabeza y decidí hablar.
Cooky: -yo tendré malas pulgas, pero su queridito "jefecito" aún no sabe diferenciar la izquierda de la derecha y no alcanza las estanterías altas sin ayuda- me gire con mi cara seria odiándole por todo lo que hacía y por existir. -les recomiendo...que se anden con cuidado con este orejas de peluche...puede hacer de vosotros lo que le venga en gana....igualito que su progenitor...- me gane una cara de preocupación por que lo siguiera exponiendo y dejando salir a la luz el como era realmente, pero sinceramente, me daba tanta pereza estar allí, la gente se río de él una vez dije todo eso.
Mire a todos por última vez y en especial a las orejas blancas que por desgracia no veía su cara. Resoplé y me dirigí a la carpa del circo para desaparecer entre las sombras.
En las zonas de jaulas, donde habían estado viviendo todo este tiempo los animales que me iban dando para los espectáculos, un oso grizzli, tres lobos dos de ellos negros y uno blanco, un tigre de bengala, una pantera y en especial mi enorme leona africana "Kenna". Abrí sus jaulas para que jugaran un poco entre ellos en el centro del ring, me daba más preocupación que los humanos les hicieran algo a mis animales, que mis animales se comiera a algún humano.
No era consciente de que alguien me había estado observando.
Unos pasos se iban acercando poco a poco a mi, Kenna erizó su lomo y las bestias se pusieron en guardia, ya que un completo desconocido había tenido el valor, de adentrarse.
Moví ligeramente mi cabeza para mirar a este sujeto de reojo y para mi sorpresa, era el orejas de conejo blanquitas...
Me incorporé, para poder mirarle un poco mejor agachando ligeramente mi cabeza, era un poco más alto que Aiko, delgado, piel pálida incluso más que la mia...sus ojos eran oscuros pero grandes y rasgados, su pelo de color blanquecino, se posaba ligeramente sobre aquellos, su rostro parecía delicado y fino, si no fuera por el pelo corto parecería una chica.
Cooky: -¿no crees que eres un poco ingenuo al entrar aquí mientras ellos están sueltos?...-alce mi ceja mirándole sin mostrar un poco de entusiasmo, lo único que me llamaba la atención es que pareciera el lado que a mi me falta, claridad y puresa...pero estaba totalmente equivocado.
Seuno: -no, no me dan miedo...- se avalentonó el copito de nieve, a lo que una sonrisa sádicamente y ligera se dibujo en mi serio rostro, así me alejé de él y con un gesto muy sutil ordene a Bakira mi pantera; al ser negra no era fácil de ver; le indiqué que le saltara, así me moví un poco dejando que el animal actuara, mientras observaba al blanquito, el cual su cara cambió a completo horror al ver aparecer a aquella bestia saltando encima de él dispuesto a atacarle o al menos eso pensaba él.
Se quedó echo una bola en el suelo cubriendo su cabeza con sus delgados brazos, mientras que yo al igual que el animal, orgullosos nos quedamos mirándole.
Cooky: -te falta hundir la cabeza en el suelo como las avestruces- le indique con cierto sarcasmo, me había parecido divertido verle así, al parecer era un poco prepotente y se las daba de valiente, tuve que darle una pequeña lección.
Este aparto los brazos mirando a su alrededor para luego mirar al felino y a mi con cara de desquiciado para alzarme la voz.
Seuno: -¡¿pero tu estas loco?!- su voz chillona retumbó por mi cavidad auditiva. -¡¿que demonios?!- seguía quejándose, de echo, podía sentir como temblaba desde aquí.
Mi diversión se acabó en poco ya que comenzó a molestarme y sus gritos solo empeoraban la situación.
Cooky: -¿vas a lloriquear por mucho tiempo o me vas a decir tu nombre y me vas a dejar en paz? No estás aquí solo para hacerte el caballerito valiente- me burlé de él para darle mi espalda y seguir a lo mio. -ah, te aconsejo...que te vayas a acostumbrando a esas cosas, de aquí no vas a conseguir nada bueno- algo de humildad se apodero de mi voz haciendo que se sintiera de buena gana y no como si estuviera intentando abrirle los ojos y que se largara de aquí antes de que fuese tarde.
Seuno: -Me llamo Kim Seuno...puedes llamarme Arien...es mi nombre artístico...- añadió este con cierta molestia en su voz por lo de antes.
Cooky: -¿y que se supone que eres?...¿el nuevo mono de feria?...-pregunte burlándome de él ya que no había dicho que papel tenía en este circo y yo era de todo menos adivino.
Arien: ¿ah? Mono de fe...¡NO! Soy uno de los acróbatas, ¿siempre eres así de amable con todos?- me echo en cara este ganándose de mi parte un rebufo intentando retener mi risa.
Cooky: -siéntete orgulloso copito, no suelo entablar más de dos frases en una conversación con alguien de aquí...todo el mundo me da asco...- le puse ese mote ganándome su cara tornando color rojizo, lo último que dije lo hice entre dientes, ya que era verdad pero no quería hundirme en mis pensamientos. -¿y se puede saber que quieres?- le pregunté para girarme para verle mejor.
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𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐬 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚 𝑷𝑹𝑰𝑪𝑬
Mystery / ThrillerUn chico que desde pequeño se ha criado entre caravanas, camiones de animales exóticos y una enorme carpa de rayas negras y blancas del circo "Shadows". ¿el conejo negro de orejas grandes conseguirá su Red Wonderland?