Una montaña rusa sin raíles ni vagón que jamás debí subirme

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Lancé esa pregunta mientras me agachaba delante de unos de mis lobos ya que este, tenía la inteligencia justa para saber que las piedras del suelo no se comen.

El orejas de algodón, se quedaba mirando, podría decirse que me contemplaba con cierto asombro. Pero no sabía bien si era por la confianza que las bestias tenían en mi que ni siquiera les importaba que metiera mi mano dentro de sus bocas llenas de dientes afilados y rastros de sangre de su última cena; o ¿sería...que me contemplaba a mi?

Su mirada se clavaba en mi nuca, haciendo que la piel de esta zona se erizara como si un gato frente al agua se tratase. Solo ocurría, cuando una presencia no deseada se acercaba a mi o me amenazaba. Esta vez, lo deje pasar y seguí a lo mío dándole las espalda a este ser, en silencio, esperando que reaccionase y al cabo de unos minutos, comenzó a hablar.

Seunho: -Es que...me llamaste tanto la atención...es mi primera vez en un circo de estas magnitudes...y tú parecías...que sabías mucho del lugar, además...ummm...eres el primer híbrido de conejo que conozco que no fuesen mis familiares...pero ya veo que te pillo en mal momento.- confesó sintiendo pena de si mismo por lo que su tono de voz me indicaba, claramente, conocía ese truco de dar lástima para con tal de conseguir un mínimo de atención. Pero el muchacho tuvo el valor de hacerse camino entre leones, nunca mejor dicho, solo para hablarme otra persona habría salido corriendo al segundo, así que le dí lo que quería.

Cooky: - Ush...está bien ¿qué quieres saber?- Accedí, haciéndome al cuerpo de la cantidad de preguntas que tendría preparadas.

Pese a que no tenía una apariencia sospechosa o maltratada si no todo lo contrario, mis animales sentían algo que yo no podía. Pero algo estaba más que claro, no les agradaba su presencia y no lo querían cerca a este conejito blanco...ni de ellos...ni de mi. 

Me gire para mirarle, por primera vez ignoraba la intuición que el carácter de las anteriormente nombradas transmitían. 

Seunho: - ¡Bien! oh, quiero decir...umm...¿puedo saber tu nombre real? antes...no he sido capaz de escucharlo, con todo el barullo de los demás, se que te llaman Cooky pero...- se calló por un momento, agachando ligeramente la cabeza y desviando la mirada, al igual que sus orejas blancas se hicieron bajas a ambos lados de su cabellera blanca, queriendo actuar avergonzado.

mientras este se daba la vuelta dándole la espalda a la entrada de la carpa, queriendo acercarse a mi; Pero el tigre de bengala, junto a Kenna era uno de los felinos de mi espectáculos que más asombraban por su tamaño. Este se sintió amenazado, para rápidamente de forma amenazante saltar justo delante de mi para rugir y lanzar zarpazos al rubio, para que este diera de igual forma pasos hacía atrás, incluso a mi me sorprendió la actitud de Sher-kan.

Seguidamente, ordene al animal que volviera a su lugar, regañando le por lo anterior, ganándome un bufido pesado del enorme felino, como si quisiera advertirme de algo.

Volví a observar al muchacho, aunque no era preocupación, era más bien podía meterme a mi y mis animales en un problema grave y no quería eso. Cuando comprobé que no tenía un solo rasguño, pero parecía una estatua de lo inmóvil que se había quedado, pude relajarme un poco.

Hasta que decidió abrir la boca.

Seunho: -Vaya de tal palo tal astilla,  ¿deberías adiestrarlos algo mejor no crees? ¡podría comerse a alguien!- alarmó este, incluso me sentí atacado por como lo había dicho. Me ofendió, que insinuara que no hacía bien el único trabajo que he tenido en toda mi vida.

Cooky: -¡ha! lo siento muñeco, no pienso dejar que infravalores mi trabajo de esa manera...me da que eres tú...el que crea esta tensión en ellos, la última preocupación que tengo es que devoren a alguien...me da más miedo lo que ese alguien pueda hacerles a ellos.- Una expresión de desinterés y desagrado se dibujó en mi rostro, mientras mi orejas se ponían rectas haciéndome lucir más grande y dando a entender que nadie me iba a hacer menos, cruce mis brazos y mis ojos bajaron y subieron la silueta del menor juzgándole.

me dirigió cierta mirada, además de un leve sonrojo en sus pálidas mejillas por aquel apodo, se puso algo tenso e intentó buscar alguna respuesta o argumento para intentar quedar él bien.

Justo iba a seguir este hablando, hasta que fuimos interrumpidos por el incordio de Aiko, siempre intentando ser el centro de atención. Con paso ligero se colocó entre nosotros dos, manteniendo las distancias.

Aiko: -Vaya! parece que te me has adelantado Seunho...y tú...no pases de la línea...se que estás tramando- se giró hacia a mi con cara de desquiciado como si le hubiera robado algo, a lo que me confundió este chico hacía lo posible para inventarse algo, mi cabeza se inclinó hacia un lado por lo que dijo al igual que mis orejas también se inclinaron en esa dirección. Mi entre cejo se arrugó y le dedique una cara de repudio.

Cooky: -¿De que hablas medio metro?- levanté una ceja, esperando una respuesta de su parte pero me dio la espalda y se puso a hablar con orejas de algodón con cierto entusiasmo, parecía un maldito conejo en celo.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐬 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚 𝑷𝑹𝑰𝑪𝑬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora