Contrato del Shinigami (Naruto x Kushina)

Capitulo 48

Kakashi y Yugao se apresuraron a llegar al lugar en completo shock. Había sido tan rápido que ambos apenas pudieron reaccionar. La casa del Daimyo había... desaparecido. No quedaba nada de ella. Las personas que lograron escapar solo podían mirar en completo shock. Kakashi y Yugao se miraron el uno al otro. "K-Kakashi, las estructuras...", Yugao no necesitó terminar ya que Kakashi saltó rápidamente de los tejados. "¡Busca y asegura, Yugao! ¡Si ves a un enemigo, retírate y reagrúpate! Necesitamos averiguar qué sucedió", dijo Kakashi haciendo que Yugao asintiera mientras saltaba también. Esta era la peor situación posible que podría haber sido.

Mientras Kakashi y Yugao se unían a las masas en la parte inferior, ambos notaron rápidamente que los nuevos Doce Guardianes buscaban entre los escombros algo que pudiera haberles dado alguna esperanza para la situación. "¿Crees que esto tiene que ver con el motivo por el que no pudimos comunicarnos con los demás?" preguntó Yugao. Kakashi no estaba exactamente seguro de cómo responder a esa pregunta. Sus auriculares se habían estropeado por alguna razón aparente y, sin embargo, el canal seguía abierto. Era una de las cosas más confusas que Kakashi podría haber pensado.

"Por ahora tendremos que escoltar a todos fuera del recinto. No solo han secuestrado al Daimyo del Fuego, sino que también secuestraron a nuestro escuadrón y a otros Daimyo. Tal como están las cosas, esta situación está fuera de nuestro control. Por ahora, tendremos que regresar y resolver esto", dijo Kakashi, haciendo que Yugao asintiera en señal de acuerdo. Rápidamente, los dos desaparecieron de la multitud.

Mientras caminaba, Yugao tomó nota de los pasos de Kakashi. Se movían con una urgencia y precisión que ella olvidó que él era capaz de tener desde que lo habían sacado del ANBU y lo habían puesto en funciones regulares de shinobi. Era como si estuviera caminando con la postura de un capitán ANBU una vez más. Aunque Yugao podía entender esta sensación de urgencia. Realmente no tenían tiempo que perder en la posibilidad de salvar a sus amigos. No era propio de ella, pero Yugao quería ser realista en el sentido de que estos terroristas no solo matarían al Daimyo. No, eso no encajaba con el verdadero 'modus operandi' terrorista. Los terroristas querían ser escuchados. Sus mensajes debían transmitirse a las profundidades del mundo. Nadie se enteraría de todo. Si iban a matar al Daimyo... entonces lo harían por televisión o alguna forma de enviar la señal. Yugao lo sabía. También tenía que imaginarse que Kakashi también lo sabía.

Cuando Kakashi y Yugao llegaron a la casa que habían estado usando durante varios días, Kakashi la abrió. Ambos entraron y expresaron su sorpresa al notar a un hombre con una máscara de ópera sentado en su mesa. Ambos gruñeron cuando notaron que era el mismo hombre que conocieron en el bosque hace unos días. Kakashi rápidamente tomó su espada mientras Yugao hacía lo mismo. "Ah Hatake-san, Uzuki-san, supongo que disfrutaron de las festividades de esta noche. Me siento honrado de haberles brindado un entretenimiento de tan alta calidad", dijo mientras Kakashi fruncía el ceño.

—¿Dónde están nuestros compañeros de equipo? —preguntó Kakashi, decidido a ir directo al grano. —Ah, Naruto-sama y sus amigos. Todos están a salvo, al igual que el Daimyo. Su esposa... bueno, la tasa de divorcios es bastante alta de todos modos —dijo el hombre. Kakashi y Yugao no pudieron resistir las miradas que se dibujó en sus rostros, pero antes de que pudieran pensar en actuar, el hombre les levantó un dedo a ambos.

"Y tus amigos estarán a salvo siempre y cuando hagas algo por nuestra organización", dijo el hombre y si Kakashi tuviera que adivinar por sus muchos años de experiencia como ANBU, este tipo estaba sonriendo. Estaba sonriendo detrás de esa máscara con tanta fuerza que Kakashi pensó que este tipo pensaba que esto era un juego. "Fuera de cuestión, no trabajamos con el terrorismo...", Yugao hizo una pausa cuando notó que Kakashi levantaba la mano.

"¿Qué pasa?", preguntó Kakashi, haciendo que el hombre sonriera para sí mismo. "Muy buena diplomacia, Hatake-san. Llévala con Kusa y recupera una parte de nuestro proyecto. Ya es hora de comenzar", dijo el hombre, haciendo que Kakashi frunciera el ceño.