|2 orugitas| {rivari}

te amo

El ambiente en la pequeña sala  estaba cargado de una tensión eléctrica. Ari y River, habían estado hablando y riendo durante horas, compartiendo historias sobre sus vidas. Cada palabra que intercambiaban parecía acercarlas más.

Mientras la conversación fluía, Ari notó cómo los ojos de Rivers brillaban con entusiasmo. Se dio cuenta de que había algo especial en esa conexión, algo que no podía ignorar.

- **Ari:** "Me encanta pasar tiempo contigo. Siento que cada momento es especial."

Rivers sonrió, sintiendo un cosquilleo en su estómago.

- **Rivers:** "Yo también lo siento. Ser novias ha sido lo mejor que me ha pasado."

Con cada risa y mirada, Ari se sintió más segura de sus sentimientos. Decidió dar un paso audaz. Se inclinó un poco hacia Rivers, buscando su mirada.

El mundo a su alrededor se desvaneció. Ari sintió cómo el corazón le latía con fuerza mientras se acercaba más.

- **Ari:** "¿Te gustaría… compartir un beso?"

Rivers, emocionada y llena de amor, asintió con una gran sonrisa.

- **Rivers:** "Sí… siempre."

Ari cerró los ojos y, con delicadeza, presionó sus labios contra los de Rivers. Fue un beso suave al principio, lleno de ternura y promesas. Pero a medida que se perdían en ese momento, la intensidad creció.

Cuando finalmente se separaron, ambas abrieron los ojos, sonriendo como si acabaran de descubrir un secreto maravilloso.

- **Ari:** "Wow… eso fue increíble."

Rivers aún sentía el calor del beso en sus labios.

- **Rivers:** "Sí… realmente lo fue."

Ambas sabían que ese beso marcaba un punto importante en su relación. La complicidad y el amor entre ellas se volvían más profundos con cada día que pasaba.

Ari tomó la mano de Rivers suavemente.

- **Ari:** "¿Y ahora? ¿Qué hacemos con esto?"

Rivers miró a Ari a los ojos, sintiendo una mezcla de emoción y felicidad.

- **Rivers:** "Sigamos disfrutando este momento y todo lo que vendrá después juntas."

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Ari llevo a rivers a a su habitación y hay fue cuando todo se perdió

Ari, sintiendo la energía que emanaba de Rivers, decidió que era el momento de llevar su conexión a un nivel más intenso. Con una mirada llena de deseo, se inclinó hacia adelante y susurró al oído de Rivers: "Déjame mostrarte algo especial."

Con movimientos suaves y seguros, Ari deslizó su mano hacia abajo, dejando que sus dedos exploraran el contorno del cuerpo de Rivers. La piel de Rivers era cálida al tacto, y cada caricia provocaba un pequeño estremecimiento en ella. Ari podía sentir cómo el pulso de Rivers se aceleraba.

Ari se tomó su tiempo, dejando que la anticipación llenara el aire. Con una delicadeza casi reverente, comenzó a acariciar suavemente el interior de los muslos de Rivers, acercándose cada vez más a su centro. "Confía en mí," le dijo Ari con una sonrisa traviesa.

Rivers cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que la envolvían. La calidez de la mano de Ari era como un fuego que encendía cada fibra de su ser. Cuando los dedos de Ari finalmente encontraron su destino, Rivers inhaló profundamente, sintiendo cómo una ola de placer la invadía.