El Secreto De Kim Taehyung [Kookv]

32.- Enséñale Romeo

Ya va. Lamento la demora XD la verdad no creí que llegaría a la meta de un día para otro JAJAJA. La verdad ya lo tenía listo, pero en la mañana trabajo y ahorita quise añadirle unos detalles.  Aunque agradezco mil el apoyo que le dieron al capitulo de ayer. Loviuuu.   

Nos vemos en el siguiente. UwU

Desde que llegue a vivir aquí, no había entrado a la habitación de respaldo. Y ahora, me siento como esos intrusos traviesos. Si mi madre me viera en este momento, estoy seguro que me aplaudiría por avanzar con mi crush.

La oscuridad nos recibe cuando la puerta se cierra detrás de mí y lo primero que sucede, es lo que todos mis demonios y ángeles estábamos esperando. Si. La manoseada llegó por fin.

Sus labios no pierden el tiempo y cumplen su función, comiéndome la boca urgentemente. Sus brazos me acorralan entre la puerta y su cuerpo mientras su entrepierna comienza a rozarse con la mía. Es cuestión de minutos para que mi corazón se acelere y mi respiración exhiba mi excitación.

No puedo pensar, aunque, realmente no quiero hacerlo. Sentir sus manos tocando mi piel por debajo de mi camisa mientras sus dientes muerden mis labios es un delirio. Las caricias de una de sus manos avanzan lentamente por sobre mi estomago y la otra va hacia mi trasero. Para este momento estoy tan duro que solo quiero llegar a ese momento, no me importa si hay personas afuera.

—Te juro que me vuelves loco... —murmura cuando sus labios abandonan mi boca y se dirigen lentamente a mi cuello—. Tengo tantas ganas de enterrarme en ti.

—Esto no es justo —le reclamo en un gemido buscando sus labios.

—¿Qué es lo que no es justo?

—No es justo que solo calientes la comida.

—La preparación es lo más delicioso de todo. Créeme.

Me dice divertido y entonces se aleja dejándome jadeando en mi lugar. Su abandono es evidente cuando mi miembro reclama por aquella atención.

—¿Esta vez también me vas a enseñar algo nuevo?

—¿Te gustaría?

Asiento de manera nerviosa mientras él me observa cuando se sienta en la orilla de la cama. Desde su posición, se manipula su miembro por encima de la ropa y por mi mente pasa una loca idea de grabar ese momento para guardarlo para siempre. Muerdo mi labio ante la idea y un calor recorre todo mi cuerpo. Necesito que me toque... que me haga gemir su nombre. Algo.

—Quítate la ropa... —pide en un jadeo—. Lentamente.

—¿Qué...? —pregunto nervioso.

—¿No quieres?