Era un viernes lluvioso, el tipo de día que Yoongi amaba, pues significaba que su jornada de medio tiempo en la agencia de producción terminaba más temprano y podía volver a casa a relajarse. Mientras Hoseok terminaba su clase de repostería, Yoongi tenía unas horas de paz, solo él y MinMin, el pequeño estaba en una etapa de descubrimiento constante, balbuceando sus primeras palabras, sonriendo y agitando sus manos en el aire. Yoongi siempre se enternecía viendo cómo su hijo exploraba el mundo con tanta curiosidad.
El sonido de la risa de MinMin llenaba la pequeña sala de estar mientras Yoongi le hacía cosquillas en la pancita, disfrutando del tiempo juntos.
Mientras jugaban, escuchó un golpe en la puerta que lo hizo fruncir el ceño. Con MinMin en brazos, se acercó a la puerta y, al abrirla, se encontró con las dos personas que no esperaba ver ese día. O, en realidad, cualquier día: los padres de su esposo.
El aire entre ellos se volvió tenso inmediatamente. Los ojos de la madre de Hoseok, fríos y distantes, se encontraron con los de Yoongi. Su padre, serio y con un gesto endurecido, mantuvo la misma postura que había tenido la última vez que lo vio: distante y despectivo.
—Hola —dijo Yoongi con una calma que ocultaba sus emociones. No había cordialidad en su tono, pero tampoco hostilidad abierta—. No sabía que vendrían hoy.
La madre de Hoseok miró a MinMin, quien, ajeno a la tensión, agitaba sus pequeñas manos hacia sus abuelos. Era obvio que el bebé no recordaba los rostros de esas personas, pero su instinto le hacía reconocer un vínculo, uno que Yoongi había permitido que se formara con todas sus visitas a pesar de lo que sentía por ellos.
—Venimos a ver al bebé —dijo la madre, ignorando el tono frío de Yoongi. Sus ojos se suavizaron un poco al mirar a MinMin—. Solo queremos asegurarnos de que está bien.
Yoongi dio un paso atrás y les permitió entrar, aunque su expresión no cambió. No era la primera vez que los padres de Hoseok venían a ver a MinMin, y aunque Yoongi prefería mantener las distancias, entendía que su hijo tenía derecho a conocer a sus abuelos, incluso si él mismo no podía olvidar lo que le habían hecho a esposo.
—Adelante —dijo Yoongi, cerrando la puerta detrás de ellos. Caminó hacia la pequeña sala donde MinMin estaba con anterioridad en su manta de juegos, rodeado de sus juguetes y peluches. Yoongi lo dejó en el suelo con cuidado, y el pequeño, con su risa característica, comenzó a jugar con sus bloques de colores.
—Está muy grande —dijo el padre del menor después de unos segundos. Su voz era más suave de lo que Yoongi recordaba, pero aún había una rigidez en su postura, como si estuviera incómodo de estar allí.
—Está bien cuidado —respondió Yoongi, cruzando los brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta—. Hoseok y yo hacemos lo mejor que podemos por él.
La mujer se arrodilló junto a MinMin, acariciando suavemente su cabello. La ternura que mostraba hacia el bebé contrastaba fuertemente con la frialdad que siempre había demostrado hacia Yoongi.
Durante esos momentos, Yoongi solía preguntarse si los padres de Hoseok realmente se arrepentían de cómo lo habían tratado, o si simplemente querían tener algún tipo de relación con su nieto sin reconocer sus errores, que era lo más probable.
El bebé sonreía, completamente ajeno a la tensión en la habitación, y jugaba con su peluche favorito mientras su abuela lo observaba.
—Nos preocupamos por él —la mujer dijo en voz baja, como si estuviera intentando justificar sus visitas—. A pesar de todo lo que pasó.
Yoongi soltó un leve suspiro. Era siempre la misma historia. Nunca pedían perdón abiertamente por haber echado a Hoseok cuando descubrieron que estaba embarazado, nunca mencionaban las duras palabras que habían dicho sobre Yoongi, llamándolo una "mala influencia", "un desastre", "delicuente" y otras cosas que ni él ni Hoseok olvidarían.
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Debimos Usar Preservativo
Fiksi Penggemar𝐘𝐎𝐎𝐍𝐒𝐄𝐎𝐊 | ❝ Yoongi y Hoseok son una joven pareja que no pensó las consecuencias de no usar un preservativo, ahora tendrán que hacer espacio entre la universidad, el instituto, el trabajo y unos padres muy enfadados. Solo hay una cosa que si...