Habían pasado meses desde aquel asunto de los sangrados excesivos de la mayor, e incluso tuvo una pequeña recaída por casi un mes, pero pudo superar lo último ㅡsin contarle a la menor sobre aquello ya que, no lo veía necesarioㅡ. Aun así, su estado anímico se vio afectado por eso y por varias cosas más, de todos modos, mantenía una sonrisa en su rostro para su pequeña bebé.
Ahora se encontraban en la casa de López, quien escuchaba orgullosamente la chica a su lado, este le contaba que luego de semanas de ardúo trabajo por fin había superado su maldita fobia, llevaba siete meses con ese trauma y con esa herida que finalmente se había logrado cerrar.
ㅡ En serio me alegra que la hayas superado ㅡle sonrió López besándole la mejilla con cariño.
Rosario estaba nerviosa, quería hacerle una petición a la mayor, pero no sabía cuál sería su reacción y qué dirá ante aquello, pero, aun así, quería preguntárselo.
ㅡ Te noto nerviosa, ¿pasa algo? ㅡle preguntó sentando a la menor en su regazo.
ㅡ ¿Eh? No, no, no me pasa nada ㅡrespondió nerviosa.
ㅡ ¿Ah, sí? ㅡcuestionó acercándose lentamente a su rostro.ㅡ ¿Estás segura? Yo creo que te ocurre algo... ¿no me quieres decir, rizitos?
Comenzó a dejar besos en su cuello, la verdad es que no había nada oculto en esa acción de su parte, sólo quería molestarla un poco. Su piel se erizaba cuando los belfos de la contraria le tocaban.
No sabía qué hacer con las manos, por ende, las movía en los hombros de la mayor lentamente. La mayor detuvo los besos y observó a la chica entre sus brazos, tenía las mejillas rojas, los ojos cerrados y sus labios estaban entreabiertos
ㅡ ¿Me explicas cómo?
ㅡ ¿Eh? ㅡla menor abrió los ojos y la miró confundida.
ㅡ El por qué eres tan preciosa ㅡsusurró juntando sus labios con los de la menor. Rainelis correspondió con nerviosismo, pasando sus brazos por encima de los hombros de la contraria.ㅡ Tan linda, tan... perfecta...
Las manos de la mayor acariciaban sutilmente los muslos de Rosario y su cintura. Rai sentía su piel arder y pequeños escalofríos recorrer su espalda.
Alondra era delicado, a pesar de que el beso podía llevarlos a otra cosa. Lo hacía con la delicadeza y cariño que merecía el menor, caricias lentas y suaves mezcladas con ese fogoso beso, era una sensación bastante agradable para ambos.
ㅡ Rai ㅡllamó la mayor separándose de los belfos de la nombrada.ㅡ Creo que debemos parar...
ㅡ¿Por qué? ㅡsusurró extasiado la menor.
ㅡ Porque no sé si estás lista o no para esto. Mierda, tengo miedo de llegar a lastimarte en algún momento yo... solo me estoy preocupando por ti, ya sabes... de verdad que quiero que disfrutes todo eso y-
ㅡ Alo... me siento lista para hacerlo ㅡmurmuró Rosario removiendose en el regazo de López.ㅡ Y... sé que no me vas a lastimar, no tengas miedo porque esa debería ser yo ㅡalivianó la situación sacándole una carcajada a la morena.
ㅡ Pero... ¿estás seguro, amorcito? ㅡpreguntó con cierto tono de preocupación, y por supuesto que lo estaba.
Rosario asintió con su cabeza.
Esto no dependía del tiempo que llevaban juntas, eso era lo de menos, tenía todo que ver con la química que ambas adolescentes tenían entre sí, con ese tipo de conexión mental y física que poseían, estaban hechas la una para la otra.
ESTÁS LEYENDO
𝘄𝗵𝗼 𝗶𝘀 𝗔𝗟? | RAILO
RandomDonde Alondra López dejaba notitas en el casillero de Rainelis Rosario, la pelirroja alta que era molestada por muchos y la ñiñita que le gustaba, bajo el pseudónimo "AL". Así fue como todo comenzó con una simple notita. ★ mención de violencia, bull...