Angie acariciaba la espalda desnuda de su novia mientras hablaban de cosas sin sentido, la mayor dibujaba círculos imaginarios en el pecho de la otra.
ㅡ ... pero deberías sentirte orgullosa de ello, tienes una grandiosa habilidad para improvisar, ¿sabes?, y lo que me mostraste la semana pasada fue sorprendente ㅡsusurró Angie sabiendo que su novia estaba casi por dormirse.
ㅡ Sólo soy algo insegura respecto a eso, sabes que no me gustan mucho mis resultados cuando hago streams ㅡrespondió en voz bajita, adormilada.ㅡ Siento que... ㅡbostezó.ㅡ no son muy buenas las cosas que hago ㅡrestregó suavemente su mejilla contra el pecho de Velasco, olfateando levemente el perfume que aún permanecía en su cuerpo.
ㅡ Tienes talento, Suarez ㅡfué la última palabra que se pronunció.
Besó su frente y siguió acariciando la piel descubierta de la mayor disfrutando de cada rincón de esta, su suavidad, su calor, su perfección.
Espalda, caderas y muslos fueron acariciados con amor, con cuidado, con miedo a lastimar dichas zonas.
También disfrutaba de la cercanía, la falta de ropa en su totalidad ayudaba a lograr tocar con su cuerpo gran parte de la obra de arte que descansaba plácidamente junto a ella, luego de haber hecho el amor una vez más bajo la atenta mirada de la luna.
La mayor había caído dormido entre los brazos de la menor. Velasco sonrió al verla dormir, sabía que la chica aún no estaba acostumbrada a dormir mucho por el miedo de que su padre le hiciera algo a su hermanita, pero ahora tenía la libertad de hacerlo sin ese miedo.
Angie se levantó con mucho cuidado de no despertar a su hermosa novia, se colocó su ropa interior y se quedó unos minutos apreciando a la chica que descansaba en su cama, parecía un ángel sin alas.
Tenía el cabello revuelto, marcas, que la pelinegra hizo horas antes con su boca, en su cuello y en sus clavículas, y la boca entre abierta dejándo salir ronquiditos apenas audibles.
Sonrió sintiendo algo en su pecho; orgullo, felicidad, amor.
En silencio salió de su habitación y fue camino a la cocina. Miró el reloj de la pared, marcaba 5:49 AM. Agarró un vaso y lo llenó hasta la mitad de agua, volvió a su habitación y de camino se topó a su madre.
ㅡ A la próxima sean menos ruidosas ㅡfué lo primero que dijo haciendo que su hija se sonrojara, soltó una carcajada.
ㅡ Lo lamento ㅡse disculpó Velasco, avergonzada.ㅡ ¿A dónde vas? ㅡpreguntó.
ㅡ A trabajar, surgió algo en el hospital y necesitan de mi ayuda, pensé que estabas dormida.
Velasco asintió.
ㅡ Entonces supongo que te veo después, ve con cuidado ㅡla mujer de tan solo 30 años sonrió.
ㅡ Saludas a Micaela de mi parte, adiós ㅡla mujer como de costumbre besó la frente de su hija y se fue prácticamente corriendo.
Retomó su camino, entró y cerró la puerta, Micaela estaba sentada en la cama, encogida en su lugar.
ㅡ Hola linda ㅡsaludó Angie sentándose junto a ella. La mayor no respondió y solo escondió su carita en el cuello de la menor, dejándo caer lágrimas silenciosas.ㅡ Mi amor, ¿qué pasa? ¿Mica qué sucede?
ㅡ ¿Prometes no dejarme? ㅡsu voz salió quebradiza.
ㅡ Jamás lo haría pequeña, pero... ¿a qué viene eso? ㅡla rodeó con sus brazos. Acariciando nuevamente su espalda dejó pequeños besos en su frente y mejillas.ㅡ ¿Me dirás?
ㅡ Soñé que... que... me dejabas para... para estar c-con alguien mejor que yo y... y... ㅡrespondió apenada.
ㅡ Pero eso fue... un simple sueño, no te voy a dejar Mica, eres una de las mejores cosas que me pasó en la vida ㅡle sonrió dejando un besito en sus labios, seguido de otro, y otro, y más.
Micaela era insegura, demasiado insegura, pero no era su culpa, si no de su padre. Un padre nunca debería insultar a sus hijas, ni humillarlas por su físico o forma de ser, pero bueno, Humberto hacía eso y más.
Angie miró el rostro de Micaela, acarició su cabello y dejó un beso corto en su mejilla.
ㅡ Ve a darte una ducha, te llevaré ropa limpia ㅡle murmuró cuando la chica se calmó.
ㅡ ¿Podríamos bañarños juntas? ㅡpreguntó Micaela como una niña pequeña.
ㅡ ¿Quieres que ahorre agua? ㅡrespondió con otra pregunta juguetonamente.
Micaela asintió siguiéndole el juego.
Ambas sabían que lo último que iban a hacer en el baño era ducharse.
[♡]
ㅡ Te ves jodidamente bien con mi ropa ㅡdijo Angie acariciando la pequeña cintura de su novia. Micaela sonrió besándo castamente los labios de Angie.
Al llegar a la escuela lo último que creían ver en sus vidas era a Lourdes y a Martina tomadas de la mano dándose diminutos besos sentadas en una de las bancas del patio del lugar.
ㅡ ¿De qué nos perdimos? ㅡcuestionó Angie aún sorprendida.
ㅡ De mucho ㅡrespondió Rai llegando junto a ellas con una sonrisita.
Decidieron no molestar a la nueva pareja y siguieron sus rumbos fijos, separándose las 3.
Antes de llegar a su casillero, Angie vio a lo lejos a su hermosa novia ser abrazada por Sofia. Frunció el ceño levemente pero sacudió la cabeza restándole importancia.
Dejó unos cuadernos en su casillero y se encaminó a su salón de clases, se sentó ignorando a todos sus compañeros, esa era su típica actitud con ellos, cosa que todos en el salón odiaban de ella junto a otras cosas, pero vamos, Angie no era amable con personas que le interesan en lo mas mínimo conocer
Hola, lamento la tardanza. Me gustaría recompensarles esto con una maratón de 4 capítulos de corrido. ¿Les gustaría?
ESTÁS LEYENDO
𝘄𝗵𝗼 𝗶𝘀 𝗔𝗟? | RAILO
De TodoDonde Alondra López dejaba notitas en el casillero de Rainelis Rosario, la pelirroja alta que era molestada por muchos y la ñiñita que le gustaba, bajo el pseudónimo "AL". Así fue como todo comenzó con una simple notita. ★ mención de violencia, bull...