Los días después de aquel intercambio de miradas se sentían como una eternidad. Cada vez que veía a Jace, la tensión, aunque agradable, crecía. Sabía que tarde o temprano debía pasar algo más, pero no tenía idea de qué ni cómo. Todo cambió cuando, gracias a mi primo Leo, conseguí su número.
Sin embargo, no tenía el valor de escribirle, y mucho menos sin una excusa clara. Mi plan era simple: usar su número solo para pedirle el contacto de su prima por un trabajo en grupo. Claro, un motivo totalmente inocente y neutral.
Una tarde, mientras estaba en mi habitación haciendo tareas, escuché un pequeño "ping" en mi teléfono. Al principio no le presté atención, pero cuando vi la notificación, mi corazón se detuvo por un segundo.
El mensaje era de Jace. ¿Pero cómo? ¿Por qué le había escrito si no tenía intención de hacerlo todavía? Mi mente estaba hecha un caos hasta que vi lo que había enviado:
"Juegas bien Geometry Dash, aunque te falta poquito para llegar al récord."
¡No podía creerlo! Lo había hecho Ian, mi hermano menor, usando mi teléfono sin que me diera cuenta. Sentí un golpe de pánico, y el calor subió rápidamente a mis mejillas. ¿Cómo había terminado escribiéndole a Jace? Sabía que Ian estaba jugando en mi teléfono y que solía meterse a mi WhatsApp sin ningún pudor, pero jamás pensé que podría mandar un mensaje así. No había tiempo que perder, así que, con los dedos temblorosos, rápidamente le respondí:
"¡Lo siento! Fue mi hermano menor quien te mandó ese mensaje, no era yo."
Me quedé mirando la pantalla, esperando una respuesta, pero también deseando que no llegara. Las palabras parecían tan torpes. No era la forma en la que quería empezar una conversación con él, mucho menos después de todos esos días de miradas y sonrisas tímidas. Pasaron unos minutos que se sintieron como horas, hasta que finalmente su respuesta apareció:
"Ah, no hay problema. Geometry Dash es difícil, a veces ni yo paso de ese nivel."
Suspiré aliviada, al menos no lo había tomado a mal. Pero entonces... ¿qué debía decir ahora? No quería que la conversación muriera tan rápido, pero tampoco quería parecer demasiado insistente. Así que, antes de pensarlo demasiado, escribí:
"Sí, Ian es un fan. Siempre me quita el teléfono para jugar, y bueno... ya ves lo que pasa."
Esperé de nuevo, intentando controlar la ansiedad que me invadía. No sabía si debía seguir hablando o si simplemente dejarlo pasar. Finalmente, después de unos segundos, llegó su respuesta:
"Jaja, los hermanos menores siempre se salen con la suya. ¿Te gusta el juego también?"
Sonreí. No esperaba que él continuara la conversación, pero me alegró que lo hiciera. Aunque, sinceramente, no era gran fan de Geometry Dash, pero sentí que era una buena oportunidad para seguir hablando, así que le respondí:
"Lo he jugado un par de veces, pero soy muy mala. Prefiero otros juegos más tranquilos."
A partir de ahí, la conversación fluyó de manera sorprendentemente sencilla. No es que habláramos mucho, pero el hecho de que estuviéramos escribiéndonos ya era algo. Él mencionó algunos de sus juegos favoritos y cómo le gustaba desconectarse de todo jugando.
Me di cuenta de que, aunque era tan tímido en persona, parecía relajarse un poco más por mensaje, lo que me dio un pequeño empujón de confianza.
Después de unos pocos mensajes más, la conversación comenzó a apagarse de manera natural, pero no sin antes dejarme con esa sensación cálida en el pecho.
No fue un diálogo profundo ni revelador, pero sentí que ese "error" había abierto una pequeña puerta que quizás, en otro momento, ninguno de los dos se hubiera atrevido a tocar.
Esa noche, mientras me preparaba para dormir, no pude evitar sonreír al recordar la secuencia de eventos que llevó a esa conversación. Sabía que aún había mucho por descubrir entre nosotros, pero ese pequeño error me había permitido conocer un poco más de Jace. Y aunque todavía me sentía nerviosa al pensar en lo que podría suceder, también estaba emocionada por lo que vendría.
Con una sonrisa en el rostro, pensé en cómo el destino, o más bien Ian, me había jugado una pequeña broma que terminó siendo mejor de lo que esperaba. Quizás, después de todo, ese mensaje erróneo no había sido un error tan grande.
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Canción: "Bad Liar" - Selena Gomez. La confusión y los malentendidos que surgen por un mensaje erróneo. La canción capta perfectamente esa sensación de intentar disimular lo que uno siente pero no poder ocultarlo del todo.
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𝐄𝐬𝐞 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨!....♡
Romance¿Alguna vez te has encontrado atrapada en un torbellino de emociones que no puedes controlar? Bueno, yo sí. Y todo comenzó con un suéter olvidado... y terminó siendo un torbellino de emociones que jamás imaginé. Él es ese chico que mezcla bromas tor...