Capítulo 6

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El Despertar

El sol se colaba por la ventana,  pintando la habitación de Lisa con tonos dorados.  Pero la luz no logró penetrar la oscuridad que la envolvía.  Lisa se despertó con una sensación de pesadez en el cuerpo,  un dolor sordo que la recorría.

Intentó recordar,  pero la memoria se le escapaba como arena entre los dedos.  Fragmentos,  escenas borrosas,  aparecían y desaparecían en su mente.  La música de la discoteca,  la mirada fría de Frederick,  la sensación de estar atrapada,  el dolor...

Las lágrimas comenzaron a brotar,  un torrente de dolor y confusión.  No podía creer lo que había pasado,  no podía comprender cómo había llegado a esa situación.

Se quedó en la cama,  incapaz de levantarse.  El cuerpo le dolía,  la mente le ardía.  La vergüenza,  la culpa,  la impotencia,  la inundaban.

Sus padres,  que vivían con ella en la casa,  se dieron cuenta de su llegada.  Aunque no vieron las manchas de sangre,  el olor a alcohol y a algo más,  algo oscuro,  se había impregnado en su ropa y en su cuerpo.

"Lisa,  ¿qué te pasa?"  Su madre se acercó a ella,  su voz llena de preocupación.

Lisa no respondió.  Se encogió en la cama,  tratando de esconderse del mundo,  de su propia realidad.

Sus padres,  con una mezcla de preocupación y temor,  decidieron no presionarla.  No querían hacerla sentir peor,  no querían que se sintiera juzgada.

Lisa se pasó el día en la cama,  incapaz de salir.  La vida,  con sus responsabilidades y sus rutinas,  se había detenido.

Finalmente,  decidió responder a Jennie.  Necesitaba a alguien,  alguien que la comprendiera,  alguien que la ayudara.

"Jennie,  por favor,  ven a verme.  Necesito hablar contigo."

Jennie respondió al instante,  su mensaje frío y distante.

"Lisa,  no puedo.  Estoy ocupada."

Lisa sintió un vacío en el estómago.

"Jennie,  por favor,  te lo suplico.  Necesito verte.  Te necesito, no me dejes sola."

Jennie la rechazó.

"Lo siento,  Lisa.  No puedo."

Las lágrimas volvieron a inundar el rostro de Lisa.  Se sentía sola,  abandonada,  incomprendida.

Jennie,  su ex novia,  la persona que había amado con tanta intensidad,  la había dejado sola en su dolor.

Lisa se acurrucó en la cama,  envuelta en la oscuridad de su propia desesperación.

El resplandor perdido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora