Amarte - ၄၃ - jongsang

၄၃ - quatre

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Malditas sean las mudanzas de emergencia.

Ubicarme en otra locación no es difícil, lo difícil es saber que estaré más cerca de ti.

¿Sabes por qué?

Porque de todas las personas que pudieron aparecer cuando una de mis cajas de mudanza se rompió, apareciste, con esos ojitos verdáceos a mi dirección, mirándome, por primera vez en siglos y siglos de espera.

Te acercaste, me saludaste, me hablaste.

Sabes de mí, ahora.

Me ofreciste ayuda, quedé en blanco como una hoja de papel sin escritos, pero desconocía muchas cosas de ti en ese entonces, una de ellas, es que eres insistente; tanto así, que fue invisible, porque eres cauteloso, y el respeto se te nota en los poros.

Tal parece que yo obtendré el rol de princesa.

Y mis nervios desaparecieron rápidamente, esa sonrisita tierna y suave que me regalaste me hizo temblar hasta los huesos, me estremecí como calada de cigarro en la noche de impaciencia, y el fluir de mi sangre se fue directamente a mi rostro.

Pasaste, eres hablador, no como yo.

Hablo conmigo mismo porque soy un loco descalabrado que no sabe conversar contigo.

"¿Le gustaría un poco de ayuda?"

Dios mío, aún puedo escucharlo.

Soy un buen cocinero, tal vez tú igual, pero escuchar la invitación a tu departamento dos días después era extraordinaria para mis oídos de miel, derretidos por como pienso que aquello sonaría de ti.

te escuchas tan dulce, corazón.

Y no me dí cuenta de que la mayor parte del departamento estaba tan arreglado si no fuera por ti. Si no fuera por tus ocacionales temas de conversación, si no fuera porque te dije que estudio en la misma universidad, edificio de al lado, facultad cercana a la tuya, y me hubiera gustado haberte dicho que espero verte pronto por allí.

Me abstuve, oh, de decirte que te veo a diario, que te pienso cada día sin parar, y que estoy confundido de porqué hablé tan bien contigo, si me pones como temblor de tambores al desfile cuando te veo de lejos, ¡De lejos!

Vives cerca, tan cerca, y tu aroma no está lejos de mí.

Estoy un poco adelante de ser un maldito enamorado que no podrá despegar el sutil olor a vainilla de ésta, ahora, camisa favorita.

Me detengo un momento, aprecio tu movimiento de mano deslizar un mechón de tu cabellera rubia, por detrás de la oreja, cuando revisas las cajas por milésima ocación, no te fuiste, y yo, tampoco.

Misterio fue cuando logré sacar esos pensamientos intrusivos de mi cabeza por aquellas horas, tantas horas a tu lado, cercano y distante, que no fue familiar en lo absoluto.

Te agradecí incontables veces, y sólo sonreías para mí, tu mano casi toca mi pecho cuando trataste de parar mis constantes reverencias.

Pero estoy agradecido contigo, por sacarme de mis ruinas.

Luego de que te fuiste, arreglé los detalles grandes que te negué y aceptaste, dormí tarde, cansado...

Pero muy, muy feliz.

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con amor,
၄၃ - woocelin