Amarte - ၄၃ - jongsang

၄၃ - quinze

⋆˙⟡ ㅡ

El futuro es un misterio, fluye con el imperio que lleva en sus adentros, como las gotas de lluvia viajan desde el suelo, al cielo, hasta impactar sobre tus ojos que sollozan con desgaste emocional.

Él, es un alma que derramó sus sueños por el piso tras quebrarse hasta el alma por dos individuos.

Ellos, atrastaron hasta hacer morir el esfuerzo de un hijo que se ilusionó en tener una mejor vida para ellos.

El engaño fue evidente, pero no tanto como el sonido de ruptura que tuvo su corazón colapsando a mil pedazos cuando las miradas no regalaron una pizca de compasión a su persona.

"Me importas una mierda, lárgate".

Resuena aún en sus oídos.

Pero sus recuerdos refutaron el enojo, claro que lo hizo, tiró la toalla junto al montón de años que dedicó al trabajo arduo para obtener algo mejor, ahorrado de perseverancia que destinó a sus padres, quienes lo hecharon de su "hogar" antes de desaparecer luego de joderle la existencia con un par de frases.

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Pero necesitaba despejar toda la niebla de su mente, al menos por ese día.

Decidió que una playa desierta permanecería como su dama de compañía hasta que deje de tener pensamientos autodestructivos.

La playa es hermosa.

Rocas enormes que servían de asientos, cercanas a él, debajo de ellas aún notabas algo de arena mojada, hasta que la orilla del mar las abrazaba con su lenta llegada.

Mira sus pies, suspira, y sigue delirando sobre toda su vida apenas vivida.

Todo lo que hizo por un par de miles durante años solo desparecieron en un arrebato en cuestión de segundos.

Odiaba la mentira.

Y esas crudas palabras las siente prominentes, perturban sus oídos aún sin escucharlos, aún cuando está llorando lo que no quiso que duela.

Junto al desespero aplastante que amenazó con retirarse de las rocas, hacerle caminar hasta el océano sin ser consciente de sus actos, hasta diluirse como si fuera una gota más del montón.

Sin embargo, no fue la tranquilidad del agua moviendo el océano que le prometió segundos de calma, fue un alma caída del cielo quien percató su atención.

La brisa era fuerte, se sentía como soplar un colorido molino de juguete con forma de flor, haciendo girar sus pétalos improvisados con poca velocidad.

Unas décimas de metros a au lado, había otra persona.

Es paz, la soledad de estar ahí se veía diversa. Observó su existir una poca de tiempo, un ángel de cabellos rubios que cruelmente bailaban con el viento, al igual que sus prendas que no dejaban mirar su silueta cubierta.

Perfil angelical, apariencia angelical, y una pequeña sonrisa sincera y satisfecha en ella. El atardecer le besaba el cuerpo, colocando su piel en un tono brillante que le hizo olvidar por completo las razones de su visita.

Entre los largos segundos que permaneció como una estatua en su lugar, un sonrojo asintomático se postró en su rostro cuando la viva imagen del deseo chocó miradas con él, quitándole la respiración.

No pestañeó ni una sola vez, pero sus ojos no pican.

En su lugar, su corazón empieza a reaccionar gracias la atención. Sus manos tiemblan, sus lágrimas cesan, y su piel empieza a sentir una extraña calidéz que dejó en segundo plano.

Sonríe.

Y el color regresa a sus pupilas.

El rubio, moviendo los pies con bastante tranquilidad, suelta otra risa tímida, lo sintió, aún sin reacción por su parte.

Le había gustado eso.

No fue hasta que el contrario deslizó su mirada hasta el mar una vez más, sabiendo por el alzar de sus comisuras que el pelinegro seguía con los ojos pegados a su dirección. Se encoge de hombros sintiéndose un poco avergonzado, abraza sus brazos, y vuelve a mirarle.

Su respirar empieza a fallar, pero recobra la consciencia cuando el rubio toma paso hasta la orilla para caminar sobre el agua, tranquilamente.

Es un hecho que fue una clara distracción.

Pero, fue el rescate de sus deseos por tirar todo por la borda, sin importarle todos los años gastados que desperdició por querer ser importante para dos extraños.

Él, le salvó la vida.

⋆˙⟡ ㅡ

con amor,
၄၃ - woocelin