၄၃ - dix-huit

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Siento mi corazón bombeando tan fuerte, el manojo temblante me hace sudar, mis pulmones buscan el aire que robaste voluntariamente mientras la cercanía de nuestros rostros hacía conocernos una vez más.

Estoy nervioso.

Casi, casi hacemos... eso.

Mis piernas flaquean, los dobleces de las mismas se unen juntos, débiles mientras mi espalda recorre un curso descendente sobre la puerta; con la mano en el pecho, trato de calmar a mis feroces pulmones que aclaman auxilio.

Siento calientes gotas de sudor bajar por mis sienes, mi boca se abre un poco, esperando el momento justo para ajustar mis ideas sin desespero.

Mi garganta se siente seca, quiere tus caricias.

Estoy en el borde, en la orilla del abismo tratando de no caer, al abrir la puerta y devolver a mi pertenencia ese mismo calor que compartimos hace un minuto.

Mis caderas están libres, sin el sentir de tu poderío sobre ellas. Solas, abandonadas, y quiero volver a convertirte como segundo portador de mi bálsamo labial sobre tus finas carnes rojas.

Pero a la vez, no quiero hacerlo.

"Provócalo un poco, juega con su paciencia hasta que ruege por ti."

Jung, tus ideas siempre son descabelladas.

Y más cuando él tiene un corazón intrépido, con el valor recorriendo un largo camino a través de sus venas. Woo puede ser enérgico y un bromista de primera clase, es increíble, pero sus acciones no son iguales a mi andar, porque estoy siendo cauteloso en mi cercanía a tu pasillo.

La indesición me acobarda de querer pertenecerte, de querer conocer un poco más tus rubros sin intenciones manchadas de tentativas de por medio.

Es aquí donde abro el paréntesis de nuestra extraña relación.

Los labios de los amigos no deberían conocerse.

Tocas a mi puerta cuando tus delirios claramente son para besarme, para matarme con el movimiento de comisuras sobre mi piel, encantando mi mente con niebla rosa que no me deja pensar cristalino.

Confío en ti, pero no estoy seguro de seguir con esto que hacemos.

Sin nombre ni explicación.

No hay sonido, pero el aire es espeso. Estoy tratando de ubicarme, mi cabeza está en completo desorden, el sudor sigue recorriendo mi frente sin detenerse, mis manos tiemblan por el frenesí de nuestro accionar anterior.

No me dejas otra opción que sobrepensar, cuando el murmullo disfrazado de un precioso susurro logra escucharse sobre la puerta que nos separa de volvernos a ver y tocar, con tu voz armoniosa que recuerdo cada noche.

ㅡ Dulces sueños, Yeosangie.

Pasional, pero de toques acelerados.

La puerta principal se abre, se cierra, y mi cabeza tira hacia atrás. Mi corazón es una máquina sin frenos, los jadeos por fin escapan de mi interior.

Tengo un problema con mi intensión hacia ti.

Debemos hablar, pero no quiero ir ahora.

⋆˙⟡ -

El resplandor es triste, el cómo obstruye mi vista recalca lo mal que han estado mis ojos ahora que no puedo verte; no lo haré, hasta tener mis dudas observadas a través del cristal, desde la cúspide hasta el fondo de mis preguntas.

Amarte - ၄၃ - jongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora