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Narra Jack.

Y como la noche anterior, me dejaron en la puerta de la mansión. Bajé del auto sintiendo que algo dentro de mí se había quebrado. Cerré la puerta tras de mí y me apoyé contra ella, dejándome caer lentamente hasta el suelo. Las palabras de Silas seguían resonando en mi cabeza, envolviéndome en una oscuridad que no podía sacudir.
"¿Y si no soy lo suficientemente bueno para ella? ¿Y si Silas tiene razón?"
Tessa era extraordinaria, una fuerza imparable. Y yo... yo era solo yo. Siempre sería Jack Bloodworth, con todas mis limitaciones, con mis dudas, con mis inseguridades.

-¿Jack? -La voz de Marco me sacó de mis pensamientos. Se arrodilló a mi lado, su rostro lleno de preocupación-. ¿Qué pasa, amigo?

-Todo está mal, Marco -susurré, haciendo un esfuerzo por contener las lágrimas que amenazaban con salir. Sentía que todo a mi alrededor se estaba desmoronando, y no sabía cómo detenerlo.

De repente, la presencia de Haziel se hizo evidente. Podía sentirlo antes de escucharlo, su energía siempre tan palpable.

-Jack -dijo en un tono bajo, acercándose.

A veces, odiaba las habilidades que teníamos como vampiros. Escuchar todo, percibir hasta el más mínimo susurro, aparecer de la nada. No había privacidad, ni siquiera cuando la necesitaba desesperadamente.
Marco y Haziel me miraban, esperando a que dijera algo más. Pero no sabía por dónde empezar.

***

-¿Vas a decirnos de una vez qué está pasando? -preguntó Ryan, cruzado de brazos frente a mí.

Estábamos en el living. Yo me encontraba con un vaso de whiskey en la mano, mirando el líquido ámbar como si pudiera encontrar ahí las respuestas que me faltaban. Esperaba que el calor del alcohol pudiera quemar el dolor que sentía, pero solo lo hacía más palpable.

-Tessa y Davian... creo que ellos deberían estar juntos -murmuré, aún mirando el vaso, incapaz de alzar la vista.

-¿Hablas en serio? -Haziel casi escupió las palabras, incrédulo.

Asentí, apretando la mandíbula mientras intentaba ignorar la sensación de vacío en mi pecho, como si algo se me hubiera desgarrado por dentro.

-Ella merece algo mejor -respondí, notando el nudo en mi garganta.

-Jack, no digas tonterías -Ryan intervino, su voz cargada de una mezcla de enojo y preocupación.

Finalmente, levanté la mirada hacia él. Su expresión reflejaba sorpresa, casi molestia, pero no me detuve.

-¡No es una tontería, Ryan! -grité, la frustración explotando dentro de mí-. ¡Es la maldita verdad! ¡Tessa se merece el mundo entero! Y, por más que lo intente, no puedo dárselo -sentí cómo el vaso de whiskey se hizo añicos en mi mano, pero no me importó. Haziel y Marco apenas se movieron, sabían que había perdido el control-. ¡Porque Davian lo tiene todo! -añadí, mi voz quebrada por la rabia y el dolor-. ¡Los vi hoy! Corriendo, riendo... Y había algo entre ellos...

-¿Química? -Haziel murmuró la palabra, casi temiendo mi respuesta.

Asentí, con la mirada perdida en los fragmentos del vaso en el suelo.

-Sí... todo. Se entienden, Haziel. Juntos son perfectos. Al lado de él, yo solo soy... nada.

-Jack -Ryan habló con un tono severo-, no puedes decidir por Tessa lo que es mejor para ella. ¿De verdad crees que Davian le va a dar lo que tú no puedes?

-No es cuestión de decidir -le respondí, mi voz quebrada por la frustración-. Es verlo. Lo vi, Ryan. Parecía que todo lo que alguna vez quise darle a Tessa, él ya lo tenía. Esa libertad, esa alegría... y yo... solo soy una sombra.

Elegida [4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora