capituló 18 extra

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'Espera, ¿dónde? ¿Ahora? Espera, espera.'

Matsukawa mantuvo el teléfono en la oreja. Paseó por la tienda. Tomó algunos paquetes de papas fritas y se dirigió al pasillo de bebidas.

Unos cuantos niños de secundaria estaban reunidos a un lado, discutiendo algo en voz baja.

-¡Mierda! -maldijo de repente Oikawa y Matsukawa pudo oír claramente el fuerte golpe que siguió.

Él resopló inmediatamente. '¿Acabas de tropezar?'

Uno de los niños se volvió hacia él al oír su voz y se quedó paralizado por un segundo al contemplar la impresionante altura. Matsukawa sonrió amablemente. El niño hizo una pequeña reverencia antes de apartar a sus amigos del camino.

-Cállate. ¿Estaba solo?

-Sí. ¿Qué estás haciendo ahora? -preguntó Matsukawa alegremente, mirando las distintas bebidas a través de la puerta de cristal del frigorífico.

-¡Llevo puestos mis zapatos! -espetó Oikawa con impaciencia.

-No me grites, capitán. Soy sensible -dijo Matsukawa con expresión seria. Se oyó un fuerte portazo en la línea. Oikawa debía haber salido de la casa.

-¿Estás seguro? -Oikawa realmente tenía ganas de preguntar.

-Sí, estoy seguro de que soy sensible -continuó Matsukawa con tranquilidad.

-¡No! Me refiero a si estás segura de que está llorando -gritó Oikawa.

-Oh -Matsukawa se rió alegremente de sí mismo-. Sí. Tenía los ojos rojos y esa mierda. Estaba dando un paseo solo a esta hora. ¿Crees que tiene algo que ver con el novio? -Jadeó escandalosamente y susurró para darle efecto-: ¿Y si rompieron?

-¿Le preguntaste por qué? -preguntó Oikawa con seriedad, sin parecer en absoluto de humor para chismorrear.

"Hermano, eso sería muy incómodo, no."

Tomó tres latas de refresco y una botella de té. Y luego, recordando que Oikawa tal vez no se les uniera en ese momento, volvió a dejar la botella de té.

'¿Por qué no le impediste que se fuera?'

'¿Por qué lo haría?'

-¡Mattsun!

-¿Qué? -Matsukawa levantó el brazo reflexivamente mientras daba un último paseo por los pasillos, buscando posibles bocadillos que pudieran interesarle-. Intenté invitarlo, pero no quiso. Mire a ambos lados antes de cruzar la calle.

-¿Dónde están, chicos? -preguntó Oikawa.

"Oh, estoy en la nueva tienda de conveniencia. Una vez que llegues a esa intersección a la salida de mi vecindario, debes girar a la izquierda", dijo Matsukawa mientras dejaba todos los artículos en el mostrador.

El cajero comenzó a registrarlos.

"Ya voy", dijo Oikawa.

"Pero él fue en dirección contraria."

-¡Entonces di eso! -gruñó Oikawa furiosamente. Matsukawa sonrió un poco con picardía-. Joder, está bien, te llamo luego. Adiós.

"De nada. Y recuerda, si pasa algo bueno esta noche, me lo debes todo a mí".

Me llamaste la atenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora