{Capítulo 82}

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El día en el parque fue un auténtico desastre. La estúpida de la morena no paraba de tocar a Justin a cada oportunidad que tenía y él, vaya, a él como que tampoco le importaba mucho que lo hiciera. Será cabrón. No tiene ni una pizca de respeto por mí, o juega a ponerme celosa o juega a hacer de cabrón. Como antes. Bah, esa sensación que sucede cuando veo sus ojos, por fuera me debo sentir de lo más tranquila pero por dentro siento que me incendio. Y odio sentirme tan indefensa ante su mirada. Pero yo no soy tonta, tonta no soy. Y no me voy a dejar engañar como una estúpida. Porque tampoco soy estúpida. ¿Sabes qué? Me canse de ser la niña buena. Estoy harta de serlo y que me tomen por tonta. Total. ¿Para qué sentir? Si no te sirve de nada, al final siempre acabas tú con el daño hecho, miles de momentos por olvidar, y el corazón hecho mierda. Además terminas creyendo que todos te van a hacer lo mismo y terminas por no fiarte de nadie. ¿Se puede querer y odiar a una persona al mismo tiempo? ¿Esa que te saca de quicio pero que a la vez te saca una sonrisa en la cara? ¿Esa que a veces es lo peor y a veces lo mejor? ¿Esa a la que intentas ignorar pero que nunca lo consigues? ¿Esa por la que lloras pero a la vez por la que ríes? Creo que la respuesta es sí. Después del parque, dejé a los niños en su casa con Justin y yo me vine a la mía. Aún no he coincidido con Pattie, me gustaría hablar con ella, mamá me ha dicho que es muy buena persona. Todo este tiempo, he tenido una duda. ¿Justin le habrá contado algo de lo nuestro?
-¡¡__!!
-¿Sí? – respondo en un grito mientras me sujeto una toalla al cuerpo.
-¡Tienes visita!
-Acabo de terminar de ducharme. ¡Me tengo que vestir! ¿Quién es? – grito con más fuerza.
-¡Danny! – responde ella y luego les escucho reír.
-¡Sube en 5 minutos!

Rápidamente me coloco la ropa interior y me pongo la ropa que había dejado preparada sobre la cama. Me desato la toalla de la cabeza. Corro al baño y me lo cepillo para después echarme un poquito de mi perfume favorito. Dejo las toallas en el cesto y escucho las escaleras, Danny está subiendo. Suspiro tres veces y miro mi cuarto. Toca dos veces susurro un "Adelante" y pasa.
-¡Sorpresa! – grito abriendo las manos.
Mi habitación está hecha un asco. Se queda parado en la puerta y me mira riendo. Está muy guapo, se ha cortado el pelo y ahora lo tiene de punta. Me gusta.
-Vaya. – susurra.
Se queda mirando mi habitación. Nunca suelo dejarla tirada como la tengo ahora, pero es que no he tenido tiempo de nada. Lo miro y elevo una ceja. El me mira de nuevo y cierra la puerta riendo. Se acerca a mí.
-Hola Low. – me dijo con su bonita sonrisa. Yo se la devuelvo y le doy un abrazo fuerte. Él me besa en la mejilla.
-Que guapo. – le digo tocándole el cabello. – Me gusta verte así.
-¿A que sí? - me dice intentando hacerse el chulo. Se separa de mí y se levanta un poco la blusa. – Además mira que de músculos estoy echando. – dice intentado parecer serio. Yo niego carcajeando con la cabeza.
-Ya quisieras chaval. – río y me siento en mi cama.

La verdad que sí está más fuerte. Él carcajea y se sienta encima de mi escritorio mirándome. Danny es un chico increíble. Apostaría todo por él. Si mi corazón ahora mismo no estuviera ocupado por Justin, me atrevería a decir que Danny sería el chico perfecto para mí. Sé que él aún me quiere, lo noto cuando me mira o cuando me acerco a él, se pone muy nervioso. Yo no le quiero hacer daño. Él me ha ayudado mucho todo este tiempo, ha sido la única persona (a parte de las chicas) que siempre ha estado ahí cuando me encontraba mal y necesitaba apoyo. Yo no sé qué hacer con mis sentimientos. No sé qué hacer con lo que siento por Justin. Él está con Michelle y parece que...la quiere. No lo sé. ¿Quizás debo olvidarlo? ¿Quizás el destino me ha puesto a Danny en el camino para olvidarlo?
-¿En qué piensas?
-En nada. – respondo rápido con una sonrisa. Él eleva la ceja y yo me acerco al escritorio. Saco de un lado mi cámara.
-¿Qué haces?
-Vamos a sacarnos una foto anda, hace mucho que no nos sacamos una.

Él sonríe y yo me subo en el escritorio, a su lado. Él pasa la mano por mi cintura y siento una cosa muy rara en el estómago. Echo piedras a la sensación y apretó el botón, flash. Miramos la foto, es bonita, nos gusta.
-Yo la quiero. Pásamela por e-mail.
-Vale. – carcajeo y me bajo, guardo la cámara y me vuelvo a tirar en la cama. Esta vez hacia atrás. Mirando el techo.
-¿Estás bien ___?
-Sí. – se me escapa un "si" nada convencible de los labios.
-Cuéntame.

Siento que se tumba a mi lado. Giro la cabeza y me observa con intriga. Luego me acaricia el cabello, aún lo tengo mojado. Y vuelve a mirarme a los ojos. Me pongo un poco nerviosa por la cercanía, no había estado tan cerca de Danny desde....la primera vez que nos besamos en el centro de ayuda.
-¿Qué? – dice riendo.
-Nada. – niego con una sonrisa y giro la cabeza hacia el otro lado.
-Cuéntame. – me gira la cabeza suavemente. - Confía en mí.
-No te va a gustar Danny. – le digo sincera. El frunce el ceño.
-¿Pasó algo conmigo?
-No, no. – digo rápidamente. – Sólo que...creo que no te va a gustar.
-¿De qué se trata?
-Justin es nuestro vecino.

Se queda mirándome un segundo con los ojos taladrándome el alma. Luego traga saliva y va a decir algo, pero no lo dice. Se calla. Y vuelve a tragar saliva. Se acomoda en la cama y se sienta. Yo lo observo.
-¿Y qué pasa?
-Sabes que yo estoy trabajando como niñera ¿No?
-Sí, algo de eso me dijo tu madre.
-El primer día de trabajo yo estaba sola con los niños, habían muchas casualidades que me hacían recordarlo a cada segundo. Estaba en el salón y de repente llegó alguien a la casa, al girarme lo vi a él. Él tampoco se lo esperaba. Pero es que...
-¿Qué?
-Tiene una novia, se llama Michelle y ella también vive al lado con él.
-¿¡Qué!? – se puso en pie. Me exalté por el profundo cambio que hizo en un segundo. – O sea, ¿Que te dice que te va a esperar, pero se viene a vivir a otro lugar, se busca a otra tía, se pone a vivir con ella y te los pone aún sin ni siquiera haber cortado contigo?
-Joder, si lo dices así suena muy brusco.
-¿Pero es la realidad o no?
-Sí, es así. – asiento y doy un suspiro largo.
-Ese tío es un cabrón.
-No te pases. – él eleva una ceja.
-¿Aún quieres que no me pase después de lo que te está haciendo? – tenía razón. No respondí.
-¿Es el rubio del parque no?
-Sí.
-Con razón cuando estábamos comprando los helados me miró de aquella forma. Menudo hijo de puta.
-¿De qué forma? – pregunté con intriga. – Danny revoloteó los ojos.
-Nada, da igual. – se acerca a la ventana, mirando en dirección a la casa de Justin.
-¿Qué miras?
-¿No se lleva muy bien con su novia no?
-¿Qué?

Me levanté y acerqué rápidamente a la ventana. Estaban en la puerta, ella le gritaba algo que no logré entender y él la ignoraba. Tiró la basura en el contenedor y entró de nuevo en la casa. Luego ella cerró la puerta con fuerza. Frunzo el ceño. Observo a Danny. Le estoy llenando la cabeza de fantasmas con mis problemas. Él mira hacia abajo dirigiendo la mirada hacia mí. O más bien hacia mis labios. Luego pestañea y se gira, sentándose de nuevo encima del escritorio. ___ te lo ruego, reacciona. No puede ser que te hayas dejado enamorar por el mito popular de esa estúpida universidad. Justin no es para ti. Problemas, líos, velocidad a cada instante y mentiras.
.........................................

Martes. Martes por la mañana. Acabo de llegar a la casa de los Bieber y me encuentro con todo oscuro. Hoy los niños no se han despertado temprano, supongo. Estarán en sus habitaciones. Dejo mi bolso en el perchero y subo las escaleras sin hacer mucho ruido. No me apetece ver a Justin si es que está aquí. Llego a la habitación de Jazzy, con cuidado la abro despacito y observo su cama. Está dormida, parece un ángel. Me acerco y elevo la manta, con cuidado salgo de la habitación y entrecierro la puerta. A paso lento me dirijo a la habitación de Jaxon. Pero Jaxon no está. Me empiezo a poner nerviosa. Rápidamente salgo de la habitación pero justo antes de salir, me doy cuenta que en la puerta hay un pequeño papel. Lo observo. "Jaxon está durmiendo con Justin, ___, ve a buscarlo cuando vengas a casa. Pattie." Trago saliva. Miro hacia atrás y vuelvo a mirar el papel. Joder, ¿Por qué a mí? Cojo aire en cantidad y lo suelto poco a poco. Camino hacia la habitación de Justin. La puerta está entreabierta. Toco una vez, despacito, pero no contesta. Toco de nuevo. Decido entrar, tampoco voy a ver nada que no haya visto antes. Sacudo la cabeza. Pensamientos no adecuados se cuelan de una manera indebida en mi cabeza. Está acostado en la cama, sin blusa, en boxers. Siempre dormía así. Nunca le gustó el pijama. La fina sábana blanca solo le tapa una pierna. Y vuelvo a tragar saliva. Jaxon está a su lado, toda la sábana la tiene él. Durmiendo como un lirón. Me acerco un poco más a la cama. Y choco con un maldito dinosaurio que hay en el suelo. El juguete comienza a dar vueltas con una música jaquecosa. Justin se gira, se soba un ojo y levanta la cabeza. Me ve. Se vuelve a sobar un ojo. Jaxon se exalta, pero se gira hacia Justin y vuelve a quedarse dormido. Justin se vuelve a restregar los ojos, como si estuviera viendo una visión. Eso me hace gracia, pero no me río. Apago el muñeco y miro al niño. Justin se acomoda en la cama y se sienta. Luego se levanta y me mira. Mierda.
-¿Me estabas mirando? – dice en voz baja, pero divertido. Yo elevo una ceja.
-¿Mirando el qué? – pregunto esta vez yo divertida. Pero el ser humano es idiota por naturaleza. Y mi mirada baja la vista por su cuerpo pero rápidamente la cancelo y vuelvo a mirarle a los ojos. El suelta una sonrisa traviesa. El pulso me comienza a ir rápido.
-No sé. – se encoge de hombros y da un paso hacia delante, recoge una blusa del piso y la tira a su cama. – Quizás mirando cosas que no debías.
-Tranquilo. – le digo sonriendo. – No te lo creas tanto. Tengo mejores cosas que hacer que "deleitar" tu...- lo miro divertida y luego sonrio de lado. - cuerpo. – el suelta una pequeña risa y se acerca a mí con total naturalidad. Yo lo esquivo y me quedo justo donde estaba él antes. Por la ventana. Me acerco a la cama y miro a Jaxon. Está totalmente dormido. Joder ¿Y ahora?
-¿Por qué me esquivas? – vuelve a acercarse. Esta vez no me muevo. Se queda a medio metro de mí. Se rasca la barbilla y luego me mira de arriba abajo.
-No me vuelvas a mirar así.
-No puedo evi...- le corto.
-Si puedes evitarlo. Es una falta de respeto que me mires de esa forma teniendo una novia. Además sólo soy una empleada, no me vuelvas a mirar así. – esta vez es él quien frunce el ceño. Luego asiente despacio, después de soltar una pequeña risa.
-¿Estás celosa?
-¿Celosa? ¿Por qué debería de estarlo? – se apoya en la pared, justo al lado de la ventana. Y me mira. Yo me asiento en la cama y miro al niño. Lo muevo despacito, pero no se despierta.
-Normalmente tarda bastante en despertarse. - suspiro y miro al suelo. Silencio. Me siento bien en la cama. Levanto la cabeza y lo miro. No aparta su mirada.
-¿Te vas a quedar todo el rato ahí o qué?
-Es mi habitación. – ríe. - ¿Me vas a echar? – hago una mueca. Él ríe más. Jaxon vuelve a moverse, pero otra vez es caso nulo. Me comienzo a agobiar. Me levanto. Justin me toca la espalda. Me giro rápidamente.
-¿Qué haces?
-Tocarte.
-¿Qué? – carcajeo sin gracia.
- Justin te estás pasando. No juegues conmigo. Te vas a ganar una buena cachetada. – él ríe, con gracia. Le da igual. Se acerca más a mí. Doy un paso atrás.
- ¿Pero por qué te comportas así? No lo entiendo. – niego con la cabeza.
-¿Cuándo estabas conmigo también te comportabas así con las otras tías? Tu novia se tendrá que sentir supero bien ¿verdad? – vuelve a reírse sin gracia.
Y a mí ya no me hace gracia nada. Al contrario, me cabrea, me enfada, me perturba a más no poder. Le intento dar una bofetada. Me para la mano. Se ríe. Otra vez se ríe. Moja sus labios. Y me pega a la pared literalmente.
-¿Esto no te recuerda a algo? – me susurra con voz ronca.
Me agarra las muñecas y me las pega a la pared con fuerza. Y me duele un poco. Luego se da cuenta de lo que pasa, y afloja la presión de mis muñecas. Me dirige una mirada de "lo siento" y yo intento escaparme, pero no me deja. Intento darle una patada en sus partes. Pero tampoco me deja. Carcajea y se acerca a mí. Mierda Justin, claro que me acuerdo de ese día.
-Déjame ya idiota. – giro la cabeza hacia la izquierda. Está demasiado cerca, no sé si podría aguantarme las ganas de besarlo.
-Idiota. ¿Qué más? – me dice en una risa.
-Que me dejes ya, no te quiero hacer daño. Suéltame.
-¿Por qué? Hazme daño, pégame.
Giro mi cabeza, lo miro. A penas 7 centímetros. El dirige sus ojos a mis labios y luego me mira a los ojos. Sonríe de lado.
-Suéltame.
-No. – niega.
-Imbécil.
-Inmadura. – me dice. Elevo una ceja.
-Gilipollas. – ésta vez la eleva él. Se me escapa una risa estúpida. La cancelo al segundo.
-¿Me dejas besarte? – se moja los labios.
-No.
-¿Por qué? Tienes tantas ganas como yo.
-Eso es mentira.
Se acerca a mí para besarme, le giro la cara. Y entonces me da un beso en el cuello. Se me paraliza todo. El pulso me comienza a ir más rápido que nunca. Como justo al principio, cuando todo era como ahora. Vuelve a besarme en el cuello, un poco más arriba. Besos mojados. No, detenle ___, esto no puede ser. Otro beso. Y justo entonces, escuchamos unos pasos.
-¡Primito! – grita Michelle. Justin se separa rápidamente de mí. Yo suspiro. No sé si quería que pasara o no. De todas formas...¿primito? Miro a Justin el me mira y entonces entra ella en la habitación. Me mira de arriba abajo. Decido coger a Jaxon en brazos.
-Adiós. – le digo observándolo. Él se rasca la nuca y sonríe falsamente a... ¿Su novia?
Después de un rato, Jazzy despierta. Mientras les doy el desayuno la niña me mira incrédula y me sonríe.
-¿Ya has visto a mi primita? – me pregunta sonriendo.
-¿A quién? - frunzo el ceño.
-A mi primita. – repite con una sonrisa mordiendo un pedazo de galleta.
-¿Qué primita?
-Michelle. – ella se eleva de hombros.
Genial, ahora lo entiendo todo. Sonrío. Así que era eso. Querías darme celos Justin. Pues ahora lo vas a pagar muuy caro. Sonrío interiormente. Una idea se me vino como el aire a la cabeza. A ver quién gana ahora.

Desafío al corazón .{Justin y ___}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora