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—Y... ¡gané otra vez!—exclamó Santana, dejando caer sus cartas sobre la mesa de manera triunfal mientras que Brittany miraba sus naipes con el ceño fruncido.
La rubia soltó un pequeño suspiro exasperado, sin entender como una vez más había sido derrotada en el dichoso juego de cartas. A pesar de que ver sonreír a Santana siempre lograba alegrarla, en este caso solo conseguía el efecto contrario. Si ella reía era porque el juego era algo sencillo, y aún así, no había sido capaz de ganar ni una sola vez. Brittany se sentía profundamente estúpida.
—Vamos Britt-Britt, seguro que a la siguiente ganarás tú—trató de animarla la latina, considerando muy seriamente la opción de dejarse ganar solo para que su amiga alegrase la expresión derrotada de su rostro.
—Creo que no quiero jugar más...—murmuró con aire deprimido.
Santana se mordió el labio con expresión de culpabilidad. Definitivamente, tendría que haber dejado de ser tan competitiva al primer signo de que Brittany no se lo estaba pasando bien, dejando que ganase al menos un par de partidas. Ahora parecía demasiado tarde para enmendar el error, ya que la rubia parecía profundamente triste por ello.
—Vamos Britt, solo una partida más, ¿vale?—la animadora rubia no parecía demasiado conforme, así que una pequeña idea cruzó la mente de la latina para hacer el juego algo más atractivo para ella—¿Qué te parece si jugamos a la versión Strip? Cada vez que alguna de las dos pierda deberá quitarse una prenda.
—Está bien—accedió Brittany tras considerarlo durante unos segundos.
Santana barajó las cartas con rapidez y las repartió entre las dos, dando comienzo a una nueva ronda del juego. La latina tenía previsto perder apropósito, pero cual fue su sorpresa cuando Brittany ganó la partida por sus propios medios, realizando un par de jugadas dignas de un maestro.
—Gané—dijo simplemente la rubia, dibujando una sonrisa pícara en su rostro. La camiseta de Santana cayó al suelo y ambas chicas volvieron a repartir las cartas.
Brittany volvió a derrotar a la latina de nuevo, y minutos después, otra vez más. Y así partida tras partida hasta que Santana quedó completamente desnuda mientras que la otra animadora seguía conservando toda su ropa. La morena no podía creérselo, ya que en cuestión de minutos había pasado de querer dejarse ganar a perder por más que hiciese lo posible por evitarlo. Los ojos de Brittany recorrieron el cuerpo de su amiga con lentitud, disfrutando de cada pequeño detalle hasta acabar finalmente en los ojos de la latina, mordiéndose el labio suavemente.
Santana sonrió de manera coqueta, lanzando una mirada de deseo. Por fin lo había comprendido todo. Brittany no era estúpida, solo necesitaba la motivación adecuada