Los Angeles Perdidos VOLUMEN 1

CAPITULO 1

Parte 1

FORTALEZA ''LA TRINIDAD''

Sin POV

Un silencio sepulcral envolvía la fortaleza, tan denso que parecía palpable. La oscuridad, profunda y opaca como el interior de un yunque, se extendía hasta donde alcanzaba la vista, devorando incluso los más mínimos detalles del nocturno paisaje arenoso que se extendía más allá de los muros de acero, hacia el infinito. La diferencia era notable: adentro, el sonido de los transportes despegando y llegando; afuera, nada más que la desolación.

En la cima del negro acero, contrastando con la iluminación que surgía detrás suyo, se encontraba una figura de curvas notables, haciendo guardia: Yumiko. Con sus brazos en la espalda se mantenía en su posición, casi como una gárgola. Su ojo se movía debajo de la visera, contemplando las innumerables estrellas en el cielo. Daba la impresión de estar muy absorta en sus pensamientos.

El turboelevador se abrió de par, dejando a la vista una oscura figura, protegida por una máscara anti-radiación también. Sigilosamente se acercó por detrás hasta ella, pero no parecía percatarse de su presencia. En su hombro izquierdo llevaba el escudo de ''la Trinidad'', la ciudadela. Su largo saco mostraba estatus, a pesar de su desgaste. Llevaba una armadura parcial encima de un traje. El puente metálico resonaba ligeramente bajo sus pesadas botas. Su mirada estaba fijada en Yumiko, quien no parecía percatarse de su presencia hasta tenerlo prácticamente detrás suyo. Pero Yumiko no era alguien fácil de sorprender. Ya sabia de su presencia y tenia su mano sobre su pistola, lista para ser desenfundado. Solo un poco más.

La figura se detuvo detrás suyo, así que aprovecho y se giro sobre su eje, quedando frente a frente con él. su arma apuntaba al cuello, amenazante. Pero el sujeto ni se inmuto, es más, empezó a reírse. Yumiko quedo confundida, hasta que hizo memoria y pudo reconocer esa risa tan rara.

- ¿Tanto tiempo ha pasado para que me des la bienvenida así? – replico él – ¿o es que ya no me recuerdas?

- ¡¿Sam?! ¡¿Qué carajo haces acá?!

- Vine a buscarte. Acabo de volver, recuerdas.

- Si, lo recuerdo. Pero tu trabajo terminaba en un mes. Deberías estar en el crucero.

Sam se encoge de hombros mientras acomoda su brazalete.

- Termine mi encomienda y cobre algunos favores.

Ella se notaba bastante desconcertada y molesta.

- no era necesario que vinieras, a parte nos íbamos a volver a ver cuándo terminara la migración. Tendrás problemas por esto.

- No lo creas – dijo sam – la maestra Hekima me concedió la autorización.

- A veces pienso que eres su favorito.

- No me sorprendería que lo fuera – sam se ríe bajo la mirada juzgadora de Yumiko.

- A parte – Sam saca algo debajo de su saco – no iba a estar ausente nuestro día más importante del año.

Saca de su saco un fragmento de Cuarzo transparente. Parecería que brillaba, pero era solo un efecto visual del mismo.

Yumiko lo agarra entre sus manos y lo observa.

- Gracias. Sam. Lo lamento, pero no tuve tiempo de conseguir algo para ti.

Sam da un paso al costado, marcando con el cuerpo la entrada a la ciudadela.