(7) Miedos

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Nota de Karyzu: 

¡¡IT IS DA SPOOKE MONTH!!

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Vei Ra era solo un niño, tuvo una sensibilidad hacia el mundo que lo rodeaba. A menudo, solía sentarse en el campo cercano a su hogar, donde estaba rodeado de flores. Allí era feliz. Veía belleza en lo que otros podrían considerar simple: el movimiento de las nubes, el susurro del viento entre los árboles, o el revoloteo de las mariposas. Su corazón estaba lleno de emociones que a veces no podía contener; se conmovía con facilidad y, a menudo, lloraba por las cosas más pequeñas, como una flor marchita o un pájaro volando en solitario.

La gente lo miraba con ojos extraños, como si no perteneciera a ese lugar. En cuanto lo veían, se incomodaban por su presencia. No era solo su apariencia, sino lo que siempre lo acompañaba: esos tentáculos que surgían de su espalda, reflejo de una energía que él no entendía ni podía controlar y por obligación de su madre

"¿Qué es ese niño?" 

"No es normal..." 

"Es el niño maldito..."

...

Vei Ra de ocho años llevaba consigo unas flores, las cuales se las iba a obsequiar a su mamá. Ella indignada, tomó las flores y lo regañó.

"Vei, tienes que comportarte más serio, actos así no enorgullecerán a tu padre cuando vuelva."

...

Las miradas cargadas de desconfianza se convertían en rechazo. Los otros niños, al verlo, gritaban y salían corriendo, como si fuese un monstruo de pesadilla. Sus tentáculos, por más que intentara controlarlos, parecían tener vida propia, agitándose cada vez que él se alteraba, lo que solo aumentaba el temor a su alrededor.

Intentaba jugar con los demás, intentaba ser parte de ellos, pero siempre terminaba solo, con lágrimas en los ojos, mientras sus tentáculos se afligidos en el aire como si fueran parte de su tristeza. Empezó a creer que quizás estaban en lo correcto, que él era diferente, que algo en su interior no pertenecía a ese mundo. Y entonces, comenzó a evitar salir, a esconderse en su casa, pensando que, si no lo veían, al menos no los haría sentir incómodos.

Pero todo cambió el día que conoció a Raksha.

Un día, cuando estaba sentado en su rincón, una figura apareció de entre los árboles. Era Raksha, quien se acercó sin miedo, sin sorpresa por los tentáculos que se agitaban nerviosos detrás de Vei Ra.

Raksha: Parece que esos tentáculos te causan problemas, ¿verdad?

Vei Ra se sobresaltó al escuchar la voz, confundido. Nadie le había hablado de esa manera antes, con normalidad, sin miedo en sus ojos.

Vei Ra: Yo... no puedo controlarlos...

Raksha sonrió, una sonrisa cálida.

Raksha: No es que no puedas, es que aún no sabes cómo. Pero si quieres, te enseñaré a controlarlos. Todo comienza aquí...[señalando su corazón] 

Desde ese día, Raksha se convirtió en su maestro. Le enseñó a controlar las emociones que alimentaban la energía oscura que formaba sus tentáculos. Vei Ra aprendió que no había nada malo en sentir, que sus emociones no eran un defecto. Con paciencia, Raksha le mostró que sus tentáculos eran una extensión de su energía interna, no algo que lo definiera como un monstruo.

GUARDIAN ANGEL 【CROSSED DESTINIES】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora