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/Narrador\

Unas horas antes.

Aquella chica de negra y larga cabellera, corría lo más rápido que sus piernas podían. En su cabeza, tenía un solo pensamiento...Llegar con su hermano.

Al estar corriendo, cada tanto, miraba a su alrededor, aunque en realidad, no sé podía ver demasiado. Los edificios en ruinas y los escombros de estos mismos estaban por todos lado. Y el sonido...lo único que se oía, era gente gritando y corriendo.

Paro unos segundos para respirar, al tener la respiración un poco más estabilizada, tomo su bolso y de él saco su celular. Lo desbloqueo y entró a "teléfono", busco un número en especial primero...

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

Nada.

Miró la pantalla de su celular y en ella salían dos palabras, "Sin señal". Resignada, soltó un suspiro y antes de volver a correr, frente a ella habían dos señoras. Una de ellas vestía de negro y casi parecía ser de mayor edad, en cambio, la otra mujer vestía unos pantalones de mezclilla y una camisa blanca y parecía estar empapada.

Se acercó un poco para ver si necesitaban ayuda, pero logró oír como la mujer de negro llamaba loca a la otra mujer. Intuyó que era por que estaba empapada.

Se acercó a ella y le hablo.

TN: Hola, disculpa. ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas algo?

Mujer: Oh, hola. Estoy bien, gracias por preguntar. Eh, bueno...¿tienes un celular que me puedas prestar un segundo? -junto sus manos y sonrió un poco.

TN: Oh, si, claro. No hay problema -volvió a sacar el celular y se lo entrego-. Aunque no creo que le sirva de mucho, tal parece la red se calló y no puedo llamar a nadie.

Señora: Gracias. Intentaré a ver si logro llamar a alguien. -marco unos números y como en el caso de la pelinegra, sonó tres veces y la llamada se corto- Tienes razón, no hay señal. -le devolvió el celular- De todos modos, gracias por la ayuda.

TN: No se preocupe, no fue nada. -Tomo el celular y lo volvió a guardar.

Señora: Por cierto, soy Mari Muto, ¿y tu? ¿Como te llamas?

TN: Me llamo TN Ishigami, es un gusto señora Mari.

Mari: Un gusto, es un lindo nombre. -Sonrió.

TN: Gracias...-Bajo un poco la mirada.

Mari: TN...¿Te encuentras tu sola?

TN: Solo por el momento....debo ir a buscar a mi hermano -miró a su alrededor-. ¿Usted está sola?

Mari: Por el momento -Sonrió un poco-. Estoy buscando a mi familia.

TN: Bueno...supongo que ya debemos tomar caminos diferentes. -estiro su mano- Fue un gusto conocerla, señora Mari.

Mari: Si -Tomo la mano y la estrecho unos segundos-. Espero que encuentres a tu hermano y...espero volver a verte.

Ambos mujeres se miraron unos segundos, hasta que cada una empezó a caminar en diferentes direcciones. TN empezó a correr a una velocidad más moderada, mira a su alrededor al no conocer muy bien las calles por los "cambios" nuevos. En cambio, Mari Muto, empezó a caminar lentamente, pasaba cerca de algunas personas, hasta que escucho a algunas de ellas hablando y apuntando algo.

Giro un poco la cabeza, mirando a aquella dirección, viendo así, un templo que estaba en una pequeña montaña, estaba todo iluminado, habían luces de distintos colores.

Sonrió un poco y por su mente solo cruzo una cosa.

Mari: *Esas luces...ya los encontré.* -Aumento un poco más el paso, para llegar aún más rápido a su nuevo destino, después de unos metros, se detuvo y miró a atrás-. *TN...espero que encuentres a tu hermano. Rezaré para que lo encuentres y nos volvamos a ver*

Después de ese pensamiento, empezó a caminar rápidamente, cuidando el no acelerar lo suficiente para cansarse o terminar mal.

(...)

Por otro lado, se podía a TN llegando a una casa, la cual, por sorprendente que parezca, no estaba en ruinas, corrió hasta la puerta, la cual estaba cerrada. Se asusto un momento, si bien, ella le decía a su hermano que cerrará la puerta cuando ella no estaba, lo que le pareció raro fue en la forma en la que estaba cerrada.

TN le había enseñado a dejar una "marca" en la puerta, para que ella supiera que el estaba ahí y que estaba bien. Aquella "marca" era un pequeño papel que tenía pegamento, el cuál lo pegaban en la manija de la puerta.

TN, asustada por no ver dicho papel, abrió la puerta corriendo y reviso cada parte de la casa, sin encontrar rastro de su pequeño hermano. Volvió a la entrada y vio que no estaban los zapatos, ni la mochila ni el abrigo que su hermano siempre usaba. Abrumada, fue al comedor y vio que las fotografías que tenían colgadas en las paredes, estaban en el piso, tomo lo cuadros y los puso en la mesa.

Le extraño más el ver uno de los cuadros, ya que ese se encontraba muy lejos de donde se supone que debería de haber caído, se acercó más y lo reconoció. Era un cuadro de color azul con brillantina, el cual fue un regalo de su hermano por el día de la madre. Lo levantó y vio que la fotografía que había dentro...ya no estaba.

Miró alrededor y no la encontró, hasta que vio algo. Era un dije, lo tomo y vio que era de una nota musical. El cual le pertenecía a su pareja. En ese pudo sentir el alivio recorrer su cuerpo.

TN:*Harou y Ran están juntos...pero ¿estarán a salvo?*

Con ese pensamiento en mente, corrió a su habitación. Tomo un bolso grande, el cual usaba cuando iban de acampada. Tomo dos mudas de ropa de ella y dos de koga, camino al lado de la cama y levanto una tabla del piso, de ella saco una pequeña caja, la cual necesitaba una continuación.

Puso los números correspondientes y la abrió de ella saco un arma, más especifico, un revolver Smith y wesson modelo 27, junto con una caja que tenia 30 balas, más 6 que estaban en el arma. La guardo en la parte de atrás de su pantalón y la cubrió con su polera. En cambio las balas, las puso en un pequeño bolso de cintura, el cual se puso apenas las guardo.

Se acercó a la mesita de noche y tomó una foto en la que salían sus padres, ella y su hermano de bebé. La guardo en el bolso de cintura junto a un pequeño collar que le pertenecía a su madre.

Tomo el bolso sobre la cama y camino a la habitación de al lado, la habitación de Ran. Saco unos cambios de ropa, dos mantas y el peluche favorito de su hermano, el cual era un koala.

Bajo al primer piso y entró a la cocina, tomo latas de alimentos, más unas cuantas botellas de agua, después fue al baño principal y tomó lo necesario, cosas para el aseo personal y alguna que otra cosa. También tomo un botiquín de primeros auxilios con todo lo necesario.

Al terminar de ordenar todo, volvió al comedor, dejó el bolso en la mesa y fue por el bolso que había estado llevando antes. Lo abrió y sacó su billetera, donde tenía sus documentos, más los de su hermano y pareja (el cual siempre los olvidaba), también su celular y un cargador portátil solar.

Guardo eso en el bolsito de cintura, tomo el bolso grande y se lo colgó en su espalda. Camino hasta la puerta principal y antes de salir, miró a su alrededor. Sentía tristeza al abandonar la casa donde creció y donde cuido a su hermano.

Pero sabía que todo lo bueno estaba en su memoria, donde no olvidaría nada de lo que vivió durante años.

Con un último vistazo, salió de la casa y cerró la puerta como siempre lo hacía. Y empezó a caminar, teniendo en mente el encontrar a la única familia que le quedaba.

Japón se hunde (Harou Koga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora