Japón se hunde (Harou Koga)

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/Narra TN\

X: ¡¡¡Rápido, TN!!! ¡¡¡Corre más rápido, ya casi!!! –Dijo el chico de lentes mientras estiraba su brazo.

Podía sentir como todo a mi alrededor se comenzaba a derrumbar, estaba tan cerca y tan lejos. Tenía miedo y....

OKEY, creo que me fui muy adelante en mi historia. Les explicaré lo que sucede, ¿bien?

Bueno, como pueden ver...rayos, me equivoque, lo siento. Como decía, como pueden leer, ahí me encontraba yo, corriendo detrás de una camioneta mientras un edificio detrás mío se derrumba. Que loco, ¿no?

Es como una película, siempre quise saber que se sentiría estar en una, pero me imaginaba algo más como, no sé, rápidos y furiosos o las películas de avengers. No una donde tendría que correr por mi vida, literalmente.

Bueno, tal vez sea mejor retroceder un poco, ¿no creen?

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Bien, como cualquier película, historia, cómic, etc. Todo comenzó un día normal, estaba haciendo un poco de calor por el verano. Pero se veía como si fuera un día muy bueno. Yo en ese entonces me encontraba trabajando en una cafetería.

Yashiru Te, lo sé, un nombre extraño para una cafetería. Por lo que me dijeron los otros empleados, la cafetería se llama así en honor al difunto hijo del dueño. El cual quería tener una cafetería de grande, pero murió cuando tenía 14 años. Nunca supe de qué, y tampoco quise preguntarle al dueño.

Ups, creo que me desvíe del tema. Como decía, yo trabajo en esa cafetería desde que tengo 16 años. Actualmente tengo 20. ¿Han escuchado sobre niñ@s que han tenido que madurar a muy temprana edad y que tuvieron que buscar trabajo para sobrevivir?

Bueno, yo soy parte de esos niñ@s. ¿Tienen curiosidad del porqué? Pues déjenme decirles que tendrán que esperar. Más adelante les diré el porqué.

Como decía, otra vez.

Era un día lindo, yo me encontraba en la parte de enfrente de la cafetería atendiendo la caja registradora y tomando las órdenes de los valientes que entraban por la puerta.

Trabajo desde las 8:30 am, hasta las 16:00 pm. No faltaba mucho para la hora de terminar mi turno, así que hice las cuentas necesarias en la libreta del local, donde se apuntaban las ganancias del día. Anote lo que ganamos en mi turno y volví a dejar la libreta donde estaba.

Seguí atendiendo a los clientes y llevándoles sus pedidos, cuando me di cuenta, mi turno ya había acabado. Le dije a uno de mis compañeros de trabajo y fui a la sala de descanso, donde estaban unos locker para guardar nuestras cosas.

Me cambie el uniforme, el cual consistía en un pantalón de vestir color negro, junto con una camisa blanca y moño negro. Como un smoquin, solo que en verano cambian. En verano podemos usar algo parecido, solo que la tela es más delgada.

Mi ropa normal, consiste en un jeans azul, una polera blanca un poco olgada y unos convers azules, más un pequeño bolso donde tengo mis pertenencias.

Terminado de cambiarme, me dirigí a la puerta trasera y fui a la parada se autobuses. Estaba por llegar, cuando todo comenzó.

El sueño se comenzó a mover, no era muy fuerte, pero lo suficiente como para casi caer al suelo. Después de unos minutos termino. Creí que solo era un episodio, y ya.

Seguí caminando y llegué a la parada de autobús. Decidí mandarle un mensaje a Ran, pero no llegaban. Me estaba preocupando.

Gire la cabeza y pude ver que no venía el autobús. Como no me podía demorar más, empecé a caminar. Me aleje unas cuadras, cuando otro episodio empezó.

Este era más fuerte, los autos chocaban contra los edificios o con otros autos. Me acerque al edificio que parecía más estable y me apoye en el hasta que pasara.

Estaba asustada, me inque a un lado de el edificio y cerré mis ojos. Tenía miedo, pero no por mi. Tenía miedo por lo que le podía pasar a Ran.

Unos minutos después, los cuales los sentí los más largos de mi vida, el episodio terminó. Abrí mis ojos y me levante del suelo. Miré a mi alrededor y lo único que vi fue caos....caos y destrucción.

Edificios en ruinas, autos volteados y chocados contra un poste o edificio. Personas llorando y sangrando.

Pero lo único que sentí fue...nada. Cuando si quiera me había dado cuenta, ya estaba corriendo sin parar.