La carcajada de un hombre, una sinfonía de hipocresía,
resuena en la plaza mientras él se pavonea con su descaro.
Es como escuchar su propia condena,
un eco de las acciones que oculta tras la risa.
El llanto de una mujer, un río de lágrimas amargas,
es como escuchar las mentiras de quien vuelve a casa,
jurando que fue obligada,
pero su mirada traiciona el dolor que lleva en el alma.
El ojo inquieto de un recuerdo, como un vigilante silencioso,
observa a quienes hacen el ridículo en la plaza de su casa.
El mundo entero es testigo de la farsa,
un espectáculo de vergüenza que nadie puede ignorar.
Vestido de esmeralda y zapatos blancos,
una etiqueta de santidad que oculta su pasado.
Su ayer lo persigue, lo emboca en el presente,
y todos conocen la verdad que él intenta esconder.
La mano de un vagabundo, áspera y curtida por la vida,
es como la mano de la muerte que llega a tomar todo,
excepto la vida que ha dejado de valer,
un vacío que se extiende por el alma.
El hogar de una prostituta, un refugio de sombras y secretos,
es el refugio del ciego que nunca ha visto un cuerpo desnudo.
Su mirada se pierde en la oscuridad,
incapaz de comprender la belleza que yace ante él.
La plática de un político, palabras dulces que endulzan el oído,
es como un canto para un sordo que anhela escuchar el sonido.
Aunque sea el sonido de un estúpido,
él se aferra a la esperanza de que algo le llegue al corazón.
El muerto tiene una cama más cómoda que el suelo frío de un enfermo,
una espada de doble filo que corta la vida y la esperanza.
La muerte, un descanso eterno,
pero para el enfermo, un tormento que no tiene fin.
Diez verdugos son inferiores a una sola abeja,
pero un predicador vale más que una ciudad de verdugos.
La verdad se abre paso a través de las palabras,
y la fe puede mover montañas, incluso las más oscuras.
La verdadera libertad está en saber,
en comprender la verdad que se oculta tras las máscaras.
Ahora ustedes elijan quién desean ser,
en este juego de espejos donde la verdad se refleja.
YOU ARE READING
Libertad sobre carbón
Poetrypuedes creer lo que quieras, puedes imaginar que es tu realidad, incluso invitar a otros a que crean lo mismo... pero la libertad que tanto pregonas te ha vuelto su prisionero ¿qué hay de quienes desean ser libres? ¿qué hay de los que se sienten pri...