Carmesí

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En la espesura de la vista cansada,
y las finas fibras de las que mis alas están hechas,
mi cabeza carga malos pensamientos.
Mis manos reposan en la casa de un hombre muerto, y sufro.

No es mi hermano, no es mi padre,
no es mi sobrino, no es mi nieto, no es mi tío...
no es mi madre, no es mi hermana,
no es mi sobrina, no es mi tía, no es mi nieta.

Voces me estremecen: "¿Hasta dónde quieres llegar?"
me preguntan, y me escondo debajo de mi cama.
"¿Dónde te has ido, hijo del miedo?"
"¿Cuánto tiempo te esconderás de mí?
Sabes que esto es en vano,
tarde o temprano tendrás que venir conmigo,
deja de prolongar lo inevitable."

¿Adónde vamos si no a la oscura ignorancia?
Vivimos en un mundo donde los 80 años
es el máximo tiempo que podemos alcanzar.
¿Qué se puede aprender?
Y lo más importante, ¿para qué?

El feto muerto y mi cerebro no están muy lejos de asemejarse,
la oscuridad y mi corazón, ¿qué diferencia tienen?

¿Qué clase de libertad es esta?
No quiero saber que esto es la libertad,
pues me ha desilusionado...

¿Dónde está mi hogar?
¿En esta casa vacía,
o en el corazón de un hombre muerto?
¿En la agotadora impaciencia o en la incertidumbre ignorancia?

 

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⏰ Last updated: 6 days ago ⏰

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