XL UN AMOR SIN MEDIDA

CAPÍTULO 1

Diez años después, Nueva York

Amanecía en la hermosa ciudad de Nueva York, donde miles de personas viven cada día con sus sueños y la esperanza de conseguirlos. Un nuevo día en la vida de Carolina Méndez donde como siempre despertaba con una sonrisa. Mientras se levantaba pensaba que este era un día muy importante y especial. Al fin, después de casi seis años John regresaba de Londres, y aunque habían mantenido contacto en todos los años desde que él se fue, ella deseaba volver a verlo.

Se preguntaba si habría cambiado mucho, si seguiría tan guapo como siempre, y sobre todo se preguntaba que sentiría al volver a verlo. Si era sincera consigo misma siempre se sintió atraída por él. Aunque, quien no se derretiría con un hombre así, vamos que ella usaba gafas pero no estaba ciega. Sentía mariposas en el estomago al imaginar el encuentro, ya no eran unos adolescentes, eran adultos y tenían muchas cosas que contarse. Mientras pensaba en todo esto, ella iba preparándose un delicioso desayuno, escuchando de fondo a su adorada Madona.

"Like a virgin

touched for the very first time

Like a virgin..."

Carolina es una mujer de costumbres, le gusta madrugar, prepararse el desayuno y sobre todo disfrutar tranquilamente del mismo, mientras ve como despierta la ciudad.

Muy lejos de allí, John está volando de vuelta a su país, sentía la necesidad de regresar estaba convencido que había finalizado una etapa en su vida. Quería empezar de nuevo, empezar de cero. Mientras veía a través de la ventanilla del avión recordaba a Carolina y no podía evitar que una sonrisa se formara en su rostro. Le venía a la mente el recuerdo de sus días en el instituto, el baile donde lo pasaron tan bien.

Extrañaba su alegría innata, sus locuras, su frescura y sobre todo su cariño. Mientras recordaba, se fue quedando dormido deseando estar ya en casa.

En la terminal de llegadas del aeropuerto JFK, Derek estaba comprobando que el vuelo B113 de la British Airways proveniente de Londres llega a la hora prevista, las 7:04 am. En el mismo llegaba su mejor amigo, y él estaba deseando que se instalara para que pudieran disfrutar como en los viejos tiempos.

Veinte minutos más tarde, los dos amigos se abrazaban después de tanto tiempo sin verse.

-Al fin llegaste, que tal el viaje. - le comenta Derek mientras le ayuda con el equipaje.

-Largo amigo, pero ya acabo. Que me cuentas de nuevo, ya te ha cazado alguna mujer.

Con cara de horror Derek observa como John se ríe de él mientras avanzan entre la gente que se dirige a la salida.

-Muy gracioso, pero con esas cosas no se bromea John. Cazarme a mí, todavía no ha nacido la mujer que pueda conseguir que yo quiera asentarme amigo. Sabes que soy de amalas y déjalas.

-Bueno, pues entonces me sumare a eso Derek, yo también voy a amarlas y dejarlas.

Mientras se dirigían a la ciudad, aprovecharon para ponerse al día. John tenía que descansar ya que esa tarde se presentaría en su nuevo trabajo para conocer a su equipo.

Derek conducía y al mismo tiempo hablaba con alguien de la comisaria, ocasión que John aprovecho para enviarle un mensaje a Carolina y decirle que ya había llegado.

Carolina escucha el sonido de su móvil y se levanta de la mesa para ver de quien era el mensaje. Lo lee y sonríe feliz, se pone a girar y girar como una loca por el salón de su apartamento. John esta aquí al fin, pensaba ella mientras con una sonrisa terminaba de preparar su bolso con su dosis de chocolate.