❞𝑬𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒐 𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑸𝒖𝒊́𝒎𝒊𝒄𝒂❞⋆Aᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ⋆ [𝒀𝒐𝒐𝑺𝒆𝒐]

★ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝗫 ★

— Seoyeon —me llamó el Sr. Wang cuando la clase terminó.

¿Qué hice ahora?

Me contuve un suspiro y me volví hacia atrás— ¿Sí?

— ¿Cómo van tus lecciones con Kim Yoo Yeon?

— Muy bien en realidad.

No parecía demasiado sorprendido al escuchar mi respuesta— Tenía la sensación de que se caerían bien — hubiera pensado otra cosa si él no fuera mi maestro— Estoy seguro de que estás preparada para la próxima prueba. Por cierto, será dentro de tres semanas.

— ¿Tres semanas? No pensé que sería tan pronto, no puedo, no estoy lista — quizá parece tiempo suficiente para prepararte para una prueba, pero si es una prueba tan dura como he oído, no tengo la oportunidad.

— Sí, Seoyeon. Creo que es un buen tiempo. Ten fe en ti misma y en la señorita

Yoo Yeon

— Está bien profesor.

— Hola extraña — Sohyun me estaba esperando fuera del aula.

Sohyun, Jiwoo y yo no hemos tenido una oportunidad para vernos. Ellas están ocupadas con los ensayos y yo ocupada en química.

— Hey —me quejé—, ¿Y Jiwoo?

— Con las chicas de canto. ¿Qué te pasa?

— Tengo que dar esa prueba en tres semanas.

— ¡Que horrible!

— Tendré que apretarme el cinturón y estudiar más. Será difícil para YooYoo.

— ¿YooYoo? ¿Ahora le tienes un apodo?

Mentalmente me abofeteé. Se me escapó.— No es la gran cosa

Se detuvo y volvió hacia mí— ¿Tendrás espacio en tu apretada agenda para ir a ver la actuación mañana por la noche?

La miré extrañada — Sí.

— Debes llevar a Yoo Yeon, quiero conocerla

Oh, genial. Primero mi madre, el maestro, y ahora Sohyun.

— Pero si ya la conoces.

— Además va a ser menos difícil, porque después de la obra saldremos y Jiwoo va ir con su chica, yo con Xinyu.

— No creo que ella quiera ir.

— Tal vez si le preguntas, ella podría decir que sí —me guiño un ojo. Llegamos a tiempo a clase, y rodé los ojos cuando Sohyun murmuró algunas cosas.

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— Dime que tienes alguna buena noticia, o al menos algo que no me vuelva loca

— Hola a ti también —sonrió.

— Hola. Lo siento. Mal día. —murmuré y me desplomé en el sofa.

— Está claro. No puedes ni formar una frase adecuada.

Yoo Yeon debió haber notado mi apariencia. De repente, sentí su mano cálida y suave en mi frente, mis ojos se abrieron de golpe.

— ¿Estás enferma?

— Dolor de cabeza.

— Mal día, ¿Eh? —se puso de pie y se dirigió de nuevo a la mesa como si no hubiese pasado nada.

En cuestión de segundos, el dulce olor perfecto del chocolate llenó mi nariz. Me tranquilizó más rápido que los Skittles— ¿Qué estás haciendo?