★ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝗫𝗩𝗹★

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No he visto a Yoo Yeon hoy.

Estoy preocupada porque siempre me encuentro con ella, creo que me he acostumbrado a verla cada mañana y durante todo el día.

¡La idiota tiene mi número de teléfono y no me llama!

Tan pronto como el timbre sonó ya estaba en la guarida; la habitación se encontraba vacía. Ahora realmente estoy preocupada, su madre es la única persona que debe saber dónde está.

Al llegar a la oficina de la directora, toqué educadamente la puerta, al escuchar su afirmación me adentré a su oficina y le pregunté por Yoo Yeon.

— Lo siento mucho Seoyeon, pensé que ella te había llamado. Yoo Yeon está enferma, un fuerte resfriado.

— Oh, está bien. Uh, ¿Puede decirle que espero que se sienta mejor?

— En realidad —ella abrió un cajón de su escritorio y sacó algo de dinero—, ¿Puedo pedirte un favor, Seoyeon?

— Claro.

— Tengo una reunión con los profesores. Si te doy el permiso, ¿Puedes ir a la farmacia y comprarle los medicamentos?

— Sí —sonreí amablemente, ni quería hacerlo. Que sufra por el susto que me hizo pasar.

— Muchas gracias —ella tomó un lápiz y escribió en un papel—. Ésta es la medicina, y también puedes comprar una sopa instantánea.

— No hay problema.

Mejor que coma comida de perro.

— No puedo decir lo mucho que aprecio esto. Dile que estaré en casa pronto.

— Lo haré —me despedí y luego mostré mi pase para que me dejaran salir.

De camino a casa de Yoo Yeon había una farmacia de dónde compré los medicamentos. Y luego entré una tienda para comprar la comida, dudé en sí comprar la sopa. Fui en dirección opuesta y compre zanahorias, apio y cebollas. Una sopa casera quizá sea lo mejor.

Llegué a su casa y golpeé la puerta, cuando ésta se abrió la vista ante mí era ridículamente adorable. Yoo Yeon llevaba pantalones anchos y un suéter andrajoso de un tamaño demasiado grande, y sus gafas estaban torcidas.

— ¿Tú qué haces...?

La ignoré y de inmediato entré a su casa— Está bien este es el trato. Me han pedido que te dé esto —metí las bolsas de medicamento en sus brazos—, tómalos ahora. Espero que tengas hambre. Ni se te ocurra toser, estornudar o cualquier cosa que transmita gérmenes, ¿Entendiste?

— Seoyeon... —su voz era más profunda por el estado de su garganta.

— ¿Por qué no me dijiste que estabas enferma,Yoo Yeon?

— No sabía que eras mi guardiana.

— No lo soy, sólo, creo que debiste decirme y no preocuparme.

— ¿Preocupada?

— Sí, estaba preocupada, ¿Bien? Ahora has como que nunca tuvimos esta conversación.

— Lo siento —dijo en un tono bajo sonriendo dulcemente—, sólo pensé que no era la gran cosa. Todos nos enfermamos. Puedes irte si quieres.

— Tu madre me pidió que viniera, ella me dijo que te dijera que estará aquí pronto.

— ¿Ella también te pidió que cocinarás para mí?

— No —admití—, a veces tengo mis momentos.

Ella abrió la bolsa de medicamentos—¿Tantos? —señaló arrugando la nariz.

— Sólo son cuatro. No seas una bebé.

Yoo Yeon se cruzó de brazos y subió a su habitación.

— Bien, entonces —murmuré—, bebé.

Minutos más tarde la sopa ya estaba para cocer a fuego lento durante un rato.

Justo ahora estoy frente a la habitación de Yoo Yeon dando unos golpecitos a la puerta.

— Hey, YooYoo, ¿Me prestas un libro?

Al entrar a la habitación y verla profundamente dormida, con cuidado fuí y un tomé un libro de química dejándola dormir.

Cuando la sopa estuvo lista, le serví un poco. Yoo Yeon aún se encontraba dormida así que le di un codazo.

— ¡La comida está lista! — grité en su oído.

Mina gimió y se dio la vuelta enterrando la cabeza en la almohada. La empujé hasta que levantó la cabeza para mirarme sin sus gafas.

— Esa es una terrible manera de despertar a alguien que está enferma

— Cociné para ti, no te quejes —dejé el tazón caliente en su regazo con cuidado de no derramarlo sobre ella, incluso si quisiera—. ¿Y, por qué estás enferma?

Con cautela olió la sopa humeando— Esto no está envenenado, ¿Verdad?

— Lo estará si sigues molestando. Gracias a ti, sé unas trece cosas diferentes que podría usar para envenenarte. Si fuera tú mostraría un poco de respeto.

— Eres un poco linda cuando te enojas.

Toqué su frente, tenía un poco de fiebre, debe está delirando— Son los medicamentos —razoné.

— No, lo digo en serio, ¿Por qué crees que me burlo de ti?

Ignoré su pregunta— Respóndeme primero.

Suspiró lo que hizo que tuviera un ataque de tos— Mi padre —murmuró.

— ¿Qué sucede con él?

— Llegó ayer por la mañana, almorzamos juntos y mi maravilloso padre se estaba recuperando de un resfriado.

— ¿Por qué hablas con tanta amargura?

— No todo es sobre él —sorbió la nariz—. Cuando tenía siete años mi madre dejó a mi padre porque le importaba más el trabajo que su familia. Nunca culpé a ninguno de los dos, no culpo a nadie. Mi papá es un químico, todo lo que sé de química y física lo aprendí de él. No nos hemos visto hace mucho y cuando me invitó a almorzar todo lo que hizo fue hablar de química, trabajo o hablar por teléfono. Por primera vez en mi vida me di cuenta en lo que me estaba convirtiendo y lo odio.


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𝘌𝘴𝘵𝘦 𝘤𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘮𝘶𝘺 𝘵𝘪𝘦𝘳𝘯𝘰, 𝘷𝘰𝘵𝘦𝘯 𝘴𝘪 𝘭𝘦𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰.

𝘗𝘰𝘳 𝘤𝘪𝘦𝘳𝘵𝘰 𝘺𝘢 𝘷𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘧𝘰𝘵𝘰𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘦𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘝𝘪𝘴𝘪𝘰𝘯𝘢𝘳𝘪 𝘝𝘪𝘴𝘪𝘰𝘯??? 

😉 -𝙆𝙖𝙧𝙖 

❞𝑬𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒐 𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑸𝒖𝒊́𝒎𝒊𝒄𝒂❞⋆Aᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ⋆ [𝒀𝒐𝒐𝑺𝒆𝒐]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora