Capítulo 6

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Advertencia ⚠️
Este capítulo contiene escenas del acto sexual forzado. Si eres sensible a este tipo de escenas, pasa de largo al siguiente capítulo.
Si lees, estás bajo tu propia responsabilidad

—SUÉLTAME —Shouto empezó a reaccionar luchando con fuerzas contra el rubio

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—SUÉLTAME —Shouto empezó a reaccionar luchando con fuerzas contra el rubio. Le golpeaba el pecho, tiraba de su pelo, pero Keigo no hacía caso de nada.

—Tranquilo —le susurró. —Relájate, Shouto.

Su voz era música. Shouto dejó de pelear al instante y se quedó en sus brazos como si fuera un niño indefenso y confiado. Su voz...

—No, no me hagas esto, por favor... —dijo el menor con los ojos humedecidos y tragando saliva.

—Deja de luchar —lo dejó sobre la cama acomodando su bonito cuerpo sobre el colchón y colocando su cabeza sobre la almohada. —Esto iba a pasar por mucho que lo quisieras negar. Vamos a disfrutar los dos. No te haré daño. Puedes ser un asesino, pero yo no te haré daño en la cama. No me gusta hacerlo así. No disfruto.

—Keigo, te estás equivocando conmigo —tenía un nudo en la garganta.

Al mayor le enfurecía que el menor luchara por su inocencia cuando todos sabían que era culpable.

—¿Cómo te he dicho que me llamaras? —gritó a un centímetro de su cara. —Soy tu amo —tomó sus muñecas y se las colocó sobre la cabeza.

Shouto no podía luchar, no podía pelear. Su cuerpo no le obedecía. Keigo se colocó de rodillas sobre la cama y le miró detenidamente. Por todos los cielos. Ese chico debajo suyo lo estaba mirando con terror, pero también con esperanza, como si quisiera creer que no era así. Y tenía razón, no era así. Todavía no entendía muy bien por qué lo reclamaba como algo suyo o por qué tenía necesidad de someterlo en la cama. ¿Por qué no retiraba la custodia personal de Shouto y lo dejaba en manos del consejo como pedía Toga? Ellos obtendrían la información y listo. Luego, adiós. Eso era ya suficiente castigo. La muerte de su mejor amigo, Enji, por la de Shouto y Feiyu. Lo justo. ¿Por qué quería hurgar tanto en la herida? ¿Acaso no era mejor acabar con el chico rápidamente? No, no era mejor. Desde el momento en que lo había visto pegado a la ventana de su habitación, había sentido un deseo irrefrenable de colocarlo debajo suyo y abrirle las piernas. Y su olor... Ese era el olor por el que podría volverse loco. Si el albino fuese alguien diferente, alguien bueno, que no hubiese tenido nada que ver con la extorsión y la mutilación de los vanirios. Posiblemente, sólo posiblemente, podría reclamarlo como su cáraid. Pero no era una buena persona. No, no lo era.
Defendía con uñas y dientes su inocencia, pero luego no dejaba que  comprobara si decía la verdad.
¿Cabría la posibilidad de que Shouto supiese del deseo que sentía hacia él? ¿Y si lo estaba utilizando para que fuese misericordioso?

¿Deseo? No, eso no podía ser. Deseo de venganza, sí. Pero nada más. Aun así...

—Shouto —se colocó a horcajadas sobre él, inmovilizándole las piernas, —déjame entrar —quería entrar en su mente, quería darle la oportunidad de no convertirlo y someterlo a una vida de
noches interminables y hambre eterna.

El libro de Rei┋HawkstodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora