Capítulo 12

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Shouto se enjuagó las lágrimas

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Shouto se enjuagó las lágrimas. El dolor aparecía a intervalos cada vez más cortos y seguidos. El libro le ayudaba a mantener la atención alejándolo del foco del dolor, pero cada vez le costaba más.

Shoto. Qué bonito.

Hay unos hombres muy extraños merodeando por las montañas. En el pueblo, se están dando varias muertes en circunstancias un tanto peculiares. La gente señala a los bosques como la procedencia de los que se hacen llamar nosferátums, vampiros que matan a los humanos y se beben sus almas. Estos hombres extraños dicen buscar a los nosferátums. No sé qué pensar. Shoto ya tiene un año. Es un bebé sano y precioso. Puede salir al sol sin quemarse, bebe leche de mi pecho y tiene unos ojos enormes y rasgados de color grisáceos. El color de mis ojos.
No lo entiendo, cuanto más tiempo pasa, más nos necesitamos el uno al otro. Más necesito de su contacto y de su cuerpo. Es como una enfermedad. Bendita enfermedad... He empezado a comprender lo que significa ser su cáraid. El también es el mío. No puedo vivir sin él y él tampoco sin mí. Enji está inquieto y yo también. Las muertes se suceden aprovechando las guerras de los Balcanes. Unos mueren por las balas o las bombas, otros por el hambre y otros están muriendo porque los vampiros los están asesinando. Y no sólo ellos. Últimamente parece que están siendo atacados por lobos. No quiero imaginar que los lobeznos estén por aquí. Algo tengo muy seguro: ni los berserkers ni los vanirios somos responsables de esas muertes.

Shoto ya ha cumplido dos años. Nuestras dudas se han confirmado. Están tomando a vanirios y berserkers por igual. Nos vigilan y nos persiguen. No buscan nosferátums. Nos buscan a nosotros. Hay una organización de hombres humanos que cogen a la gente de las montañas y luego no los devuelven. Esas desapariciones son la excusa perfecta para culparnos e ir a nuestra búsqueda. Nos quieren responsabilizar, pero no es verdad.
Nuestro pequeño Shoto... Puede que no esté seguro aquí. Enji y un grupo de vanirios, junto con unos cuantos berserkers, han formado un grupo de protección de clanes. Hay que barrer la zona e investigar a fondo a estos cazadores. Hoy han matado a otro vanirio. Kamihara. Su cáraid está en shock. Intentamos prestarle ayuda, pero creemos que ha caído en una gran depresión.
Hoy Aki, el cáraid de Kamihara, se ha entregado voluntariamente al sol. Ha muerto. Enji y los demás han descubierto la organización y a sus cabecillas. El principal instigador se llama Feiyu Ernepo. Hay otro hombre llamado Tomeo Shigaraki y otro que se llama Nobu Mitome. Ellos son la cúspide de la organización. Hoy Enji le ha dicho a Shoto que tenía un amigo muy guapo para presentarle, para que entablaran una amistad, y quien sabe, tal vez algo más. Se trata de su mejor amigo, Keigo. Yo no lo he llegado a ver, pero seguro que si es parecido a él, tiene que ser arrebatador.

Shouto reprimió una arcada. Estaba literalmente tirado en el suelo. Su cuerpo sólo respondía al dolor. Leía el libro de lado e intentó mantener los ojos abiertos. Si alguien lo encontraba en esa posición, ¿qué iba a hacer? Keigo. No podía ser él. Se negaba a creer que fuera ese rubio. Le dolía la cabeza, las sienes le iban a estallar, los ojos iban a salirle de órbita. Tenía la sensación de que los huesos se le estaban congelando y le crujían con cada movimiento.
Feiyu Ernepo. Maldita sea. Él estaba en el ajo.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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