Jungkook se adentró en su espesor, buscando escapar de la dolorosa realidad que dejó atrás. Creía que Taehyung había muerto, que su vida se había apagado junto con su último suspiro. Sin embargo, el destino tenía otros planes..
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El líder de los militares, con la inquietud burbujeando en su interior, decidió que debía investigar por su cuenta. Había notado cómo el gobernador Taehyung se ponía extremadamente nervioso durante su última visita, y eso solo aumentaba sus sospechas. Además, la desaparición de sus hombres no podía ser un simple accidente.
Al día siguiente, decidió enviar a uno de sus hombres a la casa de Taehyung para observar y reportar cualquier actividad sospechosa. Él mismo lo llevó hasta un punto a una distancia segura, asegurándose de que el soldado tuviera una buena vista de la casa.
-Mantente alerta. Si ves algo extraño, informa inmediatamente -le ordenó, su voz grave y autoritaria.
El soldado asintió y se dirigió hacia la casa, mientras el líder se alejaba, sintiéndose cada vez más inquieto. La intuición le decía que había algo más en la historia de Taehyung, y estaba decidido a desenterrar la verdad.
Mientras tanto, en la casa de Taehyung, Jungkook estaba sentado a la mesa con Min-Ji, disfrutando de un momento tranquilo. Taehyung estaba en la cocina, cocinando lo que sería una comida sencilla pero nutritiva. El aroma llenaba el aire, y Min-Ji observaba con curiosidad.
-Esto me quedará en una muela -dijo Jungkook, mirando el plato que Taehyung había preparado.
Taehyung se giró, con una ceja levantada.
-Jungkook, tendrás que aprender a comer mientras estemos aquí. No podemos ser selectivos -respondió, una leve sonrisa jugando en sus labios.
Min-Ji, que había estado escuchando, miró a Jungkook con curiosidad.
-¿Papi Jungkook, cuándo vamos a volver a comer esa sabrosa carne de nuevo? -preguntó, sus ojos brillantes de emoción.
Jungkook se volvió hacia ella, sintiendo un profundo orgullo por su pequeña.
-Pronto, mi hermosa hija. Pero por ahora, tenemos que disfrutar de lo que tenemos. -dijo, intentando mantener el ánimo ligero.
Taehyung se acercó a la mesa con platos humeantes, colocando la comida frente a ellos.
-Coman, que es hora de alimentarse. -dijo con una sonrisa, sintiéndose un poco más en el control de la situación.
Min-Ji comenzó a comer con entusiasmo, disfrutando de cada bocado.
-¡Esto está rico, papi Tae! -exclamó, y Taehyung sintió que su corazón se llenaba de alegría al ver a su hija tan feliz.
Jungkook tomó un bocado, aunque todavía tenía en mente lo que había discutido con Taehyung sobre la comida que necesitaban para Min-Ji. Sin embargo, no podía evitar sentirse un poco más ligero al ver cómo Taehyung estaba intentando hacer que la situación fuera lo más normal posible.
