Parte 18-Ayudame

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NARRA MARTÍN

Miraba desde la parte trasera del coche como Ale y el niñato se desenvolvían.

Y es que parecían hermana y hermano o peor.. madre e hijo.

No dejaban de hablar, pero no solo eso, reían, reían mucho..como Ale hacía tiempo que no reía conmigo. Antes era yo el que le sacaba las sonrisas, y ahora ella me había sustituido por mi hermanastro de 8 años.

Me arrepentí nada más subir al coche de aceptar el trato del niño.Ni de lejos pensaba asistir a cada uno de sus entrenos, ni mucho menos recomendarle cosas de futbol.Sí el quería entrar en la Masia, debía currárselo el solo y luchar por ello.Yo no tuve las cosas fáciles cuando era pequeño ¿Por qué el si debía tenerlas?

-Mi padre me ha dicho que si sigues así, tienes plaza asegurada peque-escuché como le decía Ale. Habían pasado de hablar del videojuegos a el entreno del niño.

-¿De verdad? Pero he perdido balones..

-Sí, ya veras como sí.Solo es cuestión de practicar un poco y lo tienes hecho.

-Muchas gracias Ale, no se que haría sin tí-admitio el pequeño, y por muy mal que me cayera el niño, he de admitir que sonó bastante sincero-desde que tu llegaste todo es mejor.

-Lo mismo digo peque-esa respuesta si que se sintió como si me dieran una patada en el estomago la verdad- y cuando sea oficial , lo celebraremos por todo lo alto.

-Sí, sí- el niñato empezó a aplaudir emocionado y solo pude soltar un sonoro resoplido.

Ambos decidieron que lo mejor para mi y para mi esguince de rodilla era que me sentara en la parte de atrás del coche, donde no solo me perdía la conversación que estaban teniendo, tampoco podía acercarme a Ale.

-¿Todo bien?-Ale me miró por el retrovisor del coche. Su mirada era fría y sin expresión.

-Sí, todo genial.. solo me ha dado un calambre en la rodilla- mentí para disimular un poco.

-¿Sabes? si te encuentras mal puedo acercarte a casa, quizá es lo mejor.

¿Por qué me sonó a que se estaba intentando deshacer de mi?

-Noooo, Martín me prometió que me iba a recomendar más jugadas para el entreno de mañana, no se puede ir. Me lo prometió- se quejó Lucas, y yo se lo agradecí en silencio.No quería seguir mintiéndole a Ale, pero con lo poco receptiva que estaba conmigo, capaz era de llevarme a casa sin si quiera hacerme caso.

-Lucas, pero Martín está lesionado y debe descansar.

-Ni que fuera a correr un maratón comiendo helado, estoy bien-bromeé esperando que ella se riera, pero por el contrario, solo se puso de morros y se quedó callada el resto del camino. Ni si quiera Lucas consiguió sacarla de su voto de silencio, por lo que agradecí que la heladería estuviera relativamente cerca.

-Voy a bajar a ver si hay sitio- dijo Ale bastante seca saliendo del coche-esperadme aquí-dio un portazo leve en la puerta antes de perderse dentro de la heladería.

Joder. Esto iba a ser mucho más difícil de lo que pensaba.

-¿Pero de qué vas?-NI un segundo tardó el niño en darse la vuelta y mirarme serio-¿Cómo se te ocurre decirle eso?

-Mira niño-le previne serio.

-Lucas, me llamo Lucas-me corrigió igual de serio-quedamos que no me llamarías así, si lo haces no hay trato y no te ayudo

Ours II  Pequeña Casualidad II  Ale & MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora