4. Respuestas

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Eri se preocupó cuando vio cómo se habían llevo a Izuku, pero él le había dicho que confiara, así que lo haría, para suerte de ella le habían asignado la habitación que estaba afuera del castillo y la más alejada, por lo que cumplir el pedido del joven no iba a ser problema, cuando llegó se aseguró que nadie la viera y simplemente dejó caer la hoja.

Un extraño viento se dejó sentir, las hojas se arremolinaron y se los llevó, al mismo tiempo que veía como el viento se llevaba las hojas ella sintió una extraña calma, una paz que no había sentido en mucho tiempo.

—No deberías de estar sola aquí afuera, sabes lo peligroso que es — Eri dio un pequeño brinco y dirigió su mirada al recién llegado

—A veces prefiero estar así — respondió — la tristeza parece consumirme a diario

Se escuchó un suspiro del recién llegado y observó a su alrededor, estaban completamente solos y al estar fuera del palacio lo que dijeran ahí nadie del interior podía saberlo, se acercó a la joven y le puso su chaqueta alrededor de sus hombros

—Creo que la guerra nos ha marcado a todos, pero principalmente a Kats

—Él ya no es mi hermano, sabes que desde que acepto la propuesta del rey, dejó de ser el mismo y nos desconoce, incluso mando a mis padres a los calabozos

—Fui a verlos, ellos están bien — respondió buscando darle clama a la joven

Eri sonrió aliviada al menos sus padres seguían vivos — Hay alguien en el castillo que me da paz

—¿Te refieres al prisionero favorito del principe? — era inevitable hablar de Katsuki como el principe o majestad después de tanto tiempo

—Si, él sabe magia, pero no se cuanta, ha usado hechizos para evitar que nos escuchen y también uno que amplifica los sonidos

—¿Sabe magia?

Eri asintió ligeramente mientras ajustaba la chaqueta sobre sus hombros, sintiendo el peso de la conversación. La figura a su lado la miró con preocupación antes de cruzar los brazos.

—Es peligroso que alguien como él sepa magia y esté aquí

—Si, pero siento que él puede terminar con todo este sufrimiento

—Eso sería genial, pero esta en la cueva del lobo

—Debería regresar antes de que alguien sospeche —murmuró Eri, haciendo un esfuerzo por mantenerse firme. —Gracias, Eiji. — agradeció mientras le regresaba la chaqueta

—Si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme.

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La reina seguía en su jardín personal, un lugar sagrado que solo su esposo y su hijo podían tocar sin ser atacados por la magia protectora de los elfos, el viento comenzó a soplar con fuerza y una pequeña hoja se posó en sus manos.

—Izuku — susurró mientras apretaba la hoja entre sus manos y cerró los ojos

"Madre, estoy en una celda, no han descubierto mi naturaleza y no creo que lo hagan, buscaré acabar con todo esto desde aquí, te mantendré informada a través de esta hoja, no podré hacerlo a diario, pero por semana tendrás noticias, asegura que mi padre no haga una locura hasta que lo les avise"

—Gracias, hijo mío —murmuró

—¿Has recibido noticias? —preguntó Toshinori, aunque sonaba tranquilo Inko podía sentir la ansiedad correr en sus venas.

Inko asintió mientras abría los ojos y extendía la hoja seca hacia su esposo.

—Izuku está bien, por ahora, ha logrado mantenerse oculto en la prisión de Kaeldor, pero no podemos interferir, no hasta que nos lo diga.

Toshinori tomó la hoja con sus manos, sintiendo la magia residual en ella. Cerró los ojos brevemente, respirando hondo, mientras su mente viajaba hacia su hijo, deseando estar a su lado para protegerlo.

—No sé cuánto más podré contenerme, Inko, saber que está tan cerca del peligro... —su voz se rompió por un momento antes de recomponerse—. Estoy dispuesto a invadir Kaeldor si es necesario, si Elyndor llega a descubrir que él es realmente nuestro hijo...

Inko dio un paso hacia él, colocando sus manos sobre las de Toshinori, calmándolo con su toque gentil.

—Lo sé, querido, pero debemos confiar en él, Izuku siempre ha sido capaz de salir adelante, incluso en las situaciones más difíciles. No podemos arriesgar todo por impulsos ahora, Elyndor es más poderoso de lo que imaginamos, y algo más oscuro lo rodea, si nos precipitamos, podríamos perderlo para siempre.

Toshinori apretó los labios y asintió, aunque la lucha interna seguía presente en sus ojos.

—¿Y cómo podemos estar seguros de que no lo han descubierto? ¿Y si lo están usando como cebo para atraernos?

—Izuku mencionó que no han descubierto su verdadera naturaleza, y confío en su capacidad para manejar la situación. No lo subestimemos, además, recuerda que puede encontrar aliados inesperados.

—Espero que tengas razón. —Toshinori suspiró profundamente— Pero si Elyndor llega a descubrir quién es realmente, no dudaría en usarlo como arma contra nosotros, su ambición no tiene límites, y su magia es oscura.

—Por eso debemos dejar que Izuku siga con su plan, no podemos intervenir todavía.

El rey asintió de nuevo, aunque la inquietud seguía pesando sobre él. Sus ojos se encontraron con los de su esposa, y por un breve momento, ambos compartieron una mirada cargada de amor y miedo, pero confiarían en su hijo.

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Izuku comenzó a recuperar la conciencia, su cuerpo dolía por la forma en que Katsuki lo había tratado, su piel dolía por las marcas que adornaban su cuerpo, unos segundos después entro Eri a la celda

—Estas despierto — no era una pregunta si no una afirmación

Izuku con algo de dificultad movió su mano y los hechizos se activaron — Si

Los ojos de Eri se llenaron de lágrimas, ver el cuerpo herido de ese chico que ha sido dulce y que lo ha protegido de su hermano, estaba tan lastimado

—Hey, no llores — Izuku intentó sonreír

—Es un monstruo — susurro, pero Izuku la escuchó perfectamente

Izuku se recostó cubriéndose con el colchón, intentaba cubrirse, aunque él sabía que Eri estaba ahí para cuidar de él, ese era su deber, su cuerpo todavía temblaba por el dolor y el esfuerzo de mantener una fachada de fortaleza.

Eri, aún con lágrimas en los ojos, se acercó con una toalla húmeda para limpiar las nuevas heridas y colocarle nuevamente el ungüento,

—No tienes que hacerlo —murmuró Izuku mientras veía los movimientos nerviosos de Eri—No eres responsable de nada de esto.

Eri negó con la cabeza habia en sus ojos una profunda de tristeza y remordimiento. Aunque no dijo nada, sus lágrimas hablaban por ella. Izuku suspiró, sintiendo la culpa arrastrarse por su pecho, no quería que nadie sufriera más por su causa, pero sabía que no podía controlar las acciones de aquellos que lo rodeaban.

—Vamos a salir de esto —le habló con suavidad—Tú, tus padres... incluso Katsuki, acabaré con Elyndor y voy a liberar a todos de su yugo.

—¿Cómo? —Eri se detuvo y lo miró con ojos llenos de desesperanza—Él... él te ha hecho tanto daño... y mi hermano...

—Tu hermano esta hechizado, Eri, lo noté en sus ojos, alguien lo controla, por eso los ignora, Katsuki sigue ahí —afirmó Izuku, con un tono más seguro—Puedo sentirlo, el hechizo lo tiene atrapado, pero lo liberaré, solo necesito encontrar la fuente de ese control, y luego podremos liberarlo de una vez por todas.

—¿Cómo puedo ayudarte? —preguntó incluso ella sorprendida

Izuku sonrió suavemente, agradecido por su valentía—Necesito información sobre Hisashi

—¿El rey? — preguntó en un susurro, la sola mención de ese hombre es más que suficiente para hacerla temblar — Nadie lo ha visto, no desde que el principe tomó el mando, se dice que está encerrado en sus aposentos, pero nadie va ahí, esta custodiado por dos guardas de su entera confianza

Solo serás mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora