"Top Gun"

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   Bob estaba tan ansioso que fue uno de los primeros en llegar al lugar donde se haría la reunión de presentación. ¡Ni siquiera pudo dormir en el hotel! En el momento en que su capitán en el escuadrón de caza de ataque VFA-51 Screaming Eagles le comunicó que había sido escogido para una misión urgente que le obligaba regresar a Estados Unidos; más específicamente a la Escuela de Armas de Combate "Top Gun", de donde se había graduado hace años, Bob tomó el primer vuelo desde la base hasta Nevada. No había un vuelo directo, así que tuvo que hacer varias escalas, pero ni siquiera eso le agotó.

La operación secreta, había escuchado, estaba siendo dirigida por tres grandes: el almirante Tom "Iceman" Kazansky, comandante de la Flota del Pacífico de Estados Unidos, el contralmirante Solomon "Warlock" Bates y el vicealmirante Beau "Cyclone" Simpson, quienes habían escogido personalmente a los reclutas que participarían en la capacitación para una tarea de la que aún no tenía conocimiento. Pero, por todo el misticismo y urgencia, debía ser algo grande. Por eso habían llamado a los más destacados. Y entre ellos, estaba él como Oficial de Sistemas de Armas (WSO).

Estaba tan emocionado por descubrir de qué se trataba todo aquello.

  Sentado en uno de los primeros puestos, Bob ve como el lugar se va llenando con los diferentes pilotos graduados con honores. Cada uno poseía una insignia diferente en su uniforme, reconociendo la gran parte de los escuadrones. Sin embargo, los rostros eran nuevos. No había nadie de su generación, lo cual le desanimaba un poco. Tenía la esperanza de encontrarse con al menos un antiguo compañero.

Sin embargo, cuando se hace la hora de que la reunión oficialmente empiece, una cabellera rubia que Bob reconoce de inmediato, entra por la puerta. El cabello castaño-rubio, acompañado de una mirada azul en un rostro tallado por los romanos, pertenece a Jake "Hangman" Seresin, una de las pocas personas que reconocería sin ningún problema aunque no tuviera los lentes.

La sorpresa en su rostro es visible, observando como el propio hombre se detine a verle de la misma manera, tan asombrado de verlo allí como él.

Bob sabía que Jake estaba en California, en Lemoore con el escuadrón de cazas de ataque VFA-151 Vigilantes, pero no esperó encontrarlo allí aunque estuvieran tan cerca

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Bob sabía que Jake estaba en California, en Lemoore con el escuadrón de cazas de ataque VFA-151 Vigilantes, pero no esperó encontrarlo allí aunque estuvieran tan cerca. (En comparación con Somalia) ¡Pensó que tomaría meses volverlo a ver en persona!

En el momento en que su cerebro registra que es Jake, su corazón comienza a latir con emoción. Tanta, que podría saltar de la silla sólo para ir y abrazarlo. Pero en el momento en que finalmente reacciona, Bates y Simpson aparecen.

A Bob le cuesta prestar atención a lo que se dice en la reunión, aunque para su suerte, aún no es nada importante. Sólo puede pensar en Jake, sentado a sólo unos puestos de él, sintiendo las miradas furtivas que le da. Su pie tamborilea con ansiedad, desesperado, deseando que la reunión acabe rápido para salir de allí.

Y cuando eso ocurre...

—Te escribí como un loco —Jake le acorrala en un pasillo vacío. Les habían programado una segunda reunión al día siguiente debido a la falta de una tercera persona que estaría a cargo. Al parecer, se le había hecho algo tarde. —¿Por qué no contestabas? —le cuestiona con una profunda mirada llena de reproche. —Llamé a la base en Somalia, pero te habías ido.

Bob tarda en encontrar sus palabras. Esta demasiado concentrado en lo cerca que está Jake, perdiéndose en todos los pequeños detalles que puede atrapar con su mirada. Pero entonces el hombre frente a él cruza los brazos, enderezandose para demostrar lo molesto que está por la falta de comunicación entre ellos.

—Te iba a escribir en cuanto llegara a Estados Unidos, pero perdí mi teléfono en algún lado. —con una mueca, Bob intenta explicarse. No ha visto a Jake en meses, ocho para ser exactos, ha sido una eternidad para ellos. Pensó que tomaría más tiempo reencontrarse, pero esta tan feliz de que no fuera así. ¿Por qué lo primero que estaban haciendo, era discutir? —Llegué ayer, pensaba llamarte luego de la reunión. —con una mirada triste, Bob logra que Hangman se suavice. No es que este realmente molesto, sólo se había preocupado cuando llamó a la base para que le informaran que se había ido pero sin decirle a dónde. Y luego se preocupó aún más cuando Bob no le respondió en absoluto. Quería contarle de su cambio de misión, que ahora estaría en Nevada, en Top Gun nuevamente.

Fue una grata sorpresa encontrarlo allí. No podía estar más feliz. Y ahora que el asunto principal había sido resuelto, podía demostrar cuanto lo estaba.

Acercándose un paso, Hangman extiende sus brazos para atraer a Bob en un enorme abrazo lleno de necesidad, de todo el sentimiento de añoranza que tuvo durante esos largos meses separados. Siempre era tan difícil, no importaba si ambos sabian en lo que se estaban metiendo cuando comenzaron a salir. Eran concientes de que la distancia sería algo, pero aún así, cada despedida dolía.

En cuanto los brazos de Hangman lo rodean, Bob se siente tan feliz que podría llorar.

Sus propios brazos rodean a Jake, apretándolo con tanta fuerza que podría ser doloroso, pero necesita aferrarse a eso, al sentimiento de que finalmente estaban nuevamente juntos.

—¿Cómo estuvo Somalia? —Jake pregunta mientras hunde su nariz en el cuello de Bob, quien acaricia la mejilla en el hombro del piloto.

—¿Cómo estuvo California? —Floyd pregunta en lugar de responder, sintiendo como la sonrisa de Hangman se forma contra su cuello. Y oh, si, él necesitaba eso. Necesitaba sentir la firmeza del cuerpo de Jake, la fuerza de sus brazos rodearlo, las suaves sonrisas que sólo le pertenecen a él. Es agradable, es cálido, es amor.

—Te extrañé tanto. —el teniente Seresin se separa un poco, sólo un poco sin deshacer el abrazo, no quería soltar a Bob ahora que lo tenía otra vez entre sus brazos.

Bob no puede contra la mirada brillante que Jake le da, acercándose para llegar a sus labios. Y un suspiro se le escapa cuando se unen, besar a Jake se sentía como beber agua luego de una larga caminata por el desierto.

Hangman se siente de la misma manera, volviendo el pequeño beso, en un gesto desesperado por su propio deseo. Dios, no había sentido cuánto extrañaba besar a Bob, hasta ese momento.

En un segundo, la intensidad del beso aumenta, olvidando donde estaban.

Hangman apoya a Bob contra la pared, sus manos van a las mejillas del WSO para alzar su rostro, besándolo como si quisiera robarle todo el aire. Y a Bob realmente comienza a faltarle, tan desesperado como Jake, besando sus labios en ruidos húmedos  y jadeos. Sus propias manos van al cabello del piloto, tirando suavemente de algunos mechones que hacen al hombre más alto suspirar en medio del beso.

—¡Tenientes! —alguien llama en voz alta, molesta, recordándoles donde están. Y demonios, quizás se les pasó la mano. —A mi oficina. —es Beau, por suerte, aunque la mirada que les está dando no dice nada bueno.

Entonces, obviamente son regañados, lo cual aceptan sin decir nada. Luego Simpson les dice que no estaba seguro de llamarlos a ambos por el historial de su relación, pero eran parte de los mejores candidatos por algo. Aún así, les pidió que mantuvieran sus lenguas fuera de la boca del otro mientras estuvieran allí.

—Iré al bar con los chicos, ¿Te veré allí? —Hangman, pasando un brazo sobre los hombros de Bob, le acerca para besar su cabeza rápidamente. Los acaban de regañar, pero es que no podía evitar estar cerca de Bob.

—Por supuesto.

Nubes de Algodón | Robert Floyd | Jake Seresin [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora