Nubes de Algodón | Robert Floyd | Jake Seresin [BL]

"Bebé a bordo"

   El siempre seguro de sí mismo Teniente "Hangman" Seresin, no podía estar más feliz luego de la noticia del embarazo de Bob. ¡Fue algo completamente inesperado! Aunque no eran específicamente jóvenes, casi llegando a los cuarenta, nunca tocaron el tema de un bebé. Ni siquiera cuando Payback anunció, hace dos años, que sería padre. O cuando Halo reveló que estaba esperando un bebé que ahora tenía un año.

Luego de que Bob le diera la inesperada noticia, después de la felicidad, vinieron todos los pensamientos de: ¿Y qué hacer ahora? Muchas cosas cambiarían, sobre todo para Bob, quien tendría que enfrentar los cambios físicos del embarazo y al hecho de que no podría regresar a misiones en un tiempo.

—No creo que... regrese. —Floyd dice mientras empaca algunas cosas en las miles de cajas que los rodeaban en la habitación.

—¿Qué? —Jake, quien estaba doblando la ropa que había sacado del armario y las gavetas, se congela ante lo que ha escuchado. —¿Qué quieres decir?

Deteniendo lo que hace, Bob le da una mirada a Jake, quien la entiende por completo. Levantándose de la cama, se sienta a su lado en el piso. —¿Estás seguro?

—Lo hablé con el tío Beau. —el aún WSO, le dice al piloto que toma sus manos. Había sido una difícil desición, pero luego de pensarlo por mucho tiempo sin descanso, hablado con su familia, escogió lo que pensó era lo indicado. Ahora, debía decírselo a su esposo. Jake no le diría que no hiciera algo que no quisiera, pero sabía que se preocuparía. Ambos amaban sus trabajos de la misma forma. —Con toda la familia, en realidad. —luego de que cambiaran de hospital, con un nuevo doctor, Hangman y Bob anunciaron el embarazo a todos sus amigos y familiares. —Y si, estoy seguro de lo que hago. —dice con firmeza, pero su mirada tiene un ligero destello de tristeza.

—Está bien. —Hangman lo abraza, porque sabe que Bob lo necesita en ese momento, suspirando contra su hombro. —¿Quieres hablar sobre eso?

Hangman conocía el historial de la familia de su esposo. Por ambos lados, desde sus bisabuelos, habían participado activamente a favor del país. Sus padres se conocieron cuando ambos estaban sirviendo en el extranjero, murieron de la misma manera. Bob sólo tenía seis años, y apenas había pasado tiempo con sus padres por las misiones que tenían. Robert no quería eso para su hijo. No quería que creciera pasando de pariente en pariente, teniendo que acostumbrarse a siempre estar como un polizón entre las familias. No quería que, además, creciera con el miedo de que los perdería a ambos, que nunca regresarían. Quería estar siempre para él o ella, aún no se sabía.

—Además, literalmente crecí en este mundo. —Bob, ahora en el sofá con Jake, dice con una sonrisa ligeramente nostálgica mientras recordaba el pasado. —Creo que ya es hora de que haga algo nuevo. —estuvo más tiempo entre bases militares y portaaviones que en una casa jugando con otros niños. Y lo cerca que estuvo de eso, fueron los diferentes grupos de Scouts, porque debido a que siempre debía estar viajando a un nuevo lugar para quedarse, recibió educación en casa. Aunque fue más como una previa formación militar, lo que le hizo ingresar antes a la escuela porque Beau creía que estaba más que listo.

[...]

—¿Necesitamos realmente otro sofá? —Hangman pregunta con una exagerada mueca triste. Se encontraban en IKEA comprando todo lo necesario para decorar el nuevo espacio que se volvería su casa. Era un apartamento más grande, perfecto para una familia de tres. Con una sonrisa que contiene una burla, Bob le recuerda que sólo se mantenía en pie por los libros que colocaron bajo una de las patas que le faltaba. —Es que tengo tan buenos recuerdos en el —abrazandose a la espalda de su esposo, Hangman susurra en su oído.

Con una sonrisa que no puede evitar, Bob sostiene los brazos que le rodean, girando sólo un poco su rostro para darle una media mirada a Jake. —Podemos hacer nuevos.