La tensión en el aire era palpable en el salón del castillo, donde los reyes de Arendelle aguardaban con una mezcla de esperanza y temor. El tiempo parecía haberse detenido desde la desaparición de Elsa, y cada día sin noticias se sentía como una eternidad. Afuera, el viento invernal golpeaba las ventanas con fuerza, como si quisiera recordarles que el reino estaba incompleto, que la magia que una vez protegía su hogar ahora estaba ausente. Los sirvientes se movían con discreción, pero todos compartían el mismo anhelo silencioso: que esa mañana, finalmente, trajera respuestas.-Nos mandó llamar, su majestad -dijo Norte, inclinando la cabeza con respeto.
-Sí, quiero saber si tienen noticias de mi hija -respondió el rey, con una mezcla de ansiedad y esperanza en la mirada.
-Sí, majestad -asintió Hippo, dando un paso al frente.
-Entonces, ¿cuáles son? -inquirió la reina, incapaz de ocultar su preocupación.
-Nos enteramos de que ella... está en otro universo -contestó Norte, sus palabras llenas de gravedad.
-¿Qué...? ¿Cómo?
Fue entonces cuando Jack decidió intervenir, explicándoles con detalle lo que había descubierto y compartiendo su plan para encontrar a Elsa. Los reyes, sin saber cómo reaccionar, simplemente le suplicaron que trajera a su hija de vuelta.
-Claro que lo haré -aseguró Jack, con determinación.
-Bueno, Jack, es hora de irnos -dijo Norte, abriendo un portal en medio del salón, el aire vibrando con energía mágica.
-Ten cuidado, es muy peligroso -advirtió Norte, con su habitual tono protector.
-Lo sé, lo sé -respondió Jack, sonriendo antes de cruzar el umbral del portal.
Al otro lado, Jack se sorprendió al ver un mundo completamente diferente. Personas normales, como tú y como yo, caminaban por las calles, ajenas a la magia que él conocía. Pasaron varios días desde que el peliblanco comenzó su búsqueda intentando encontrar a la pequeña, Jack no se detuvo, movido por la promesa que había hecho. Finalmente, después de seis largas semanas, llegó a una pequeña ciudad. Frente a él, una casa azul le llamó la atención. Con el corazón latiendo con fuerza, decidió entrar.
Mientras tanto, en otro lado de esa misma ciudad...
Melisa/Elsa dormía plácidamente en su habitación, hasta que un ruido la despertó. Abrió los ojos, desconcertada, y con el instinto de alguien que siempre había tenido que cuidarse sola, sacudió a su hermano, Fernando.
-Oye, Fernando, escucho ruidos -susurró, moviendo su brazo con insistencia.
-Melisa, duérmete... mañana hay clases -respondió él, con los ojos apenas entreabiertos, molesto por la interrupción.
-Pero... -Melisa no insistió más al ver que Fernando se daba la vuelta y volvía a dormirse. Decidida, se levantó para investigar.
Los ruidos venían del cuarto de juegos. Con cautela, abrió la puerta. Allí, en la oscuridad, distinguió una figura alta, parada frente a sus juguetes. El miedo se mezcló con una súbita determinación. Se armó de valor y se acercó.
-Oye, ¿quién eres? -preguntó con firmeza y sus puños apretados.
La figura se giró lentamente hacia ella, mostrando una expresión de sorpresa.
-¿Cómo entraste aquí? -demandó, intentando sonar más valiente de lo que se sentía.
-Emmm... hola, pequeña. Mmm, ¿cómo te llamas? -dijo el extraño, con una sonrisa nerviosa.
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Una Vida Entre Universos
FantasySinopsis **Una vida entre universos** En la superficie, la vida de una chica con el poder innato de controlar la nieve parecía ser tan normal como cualquier otra. Con una familia cariñosa, amigos leales y Jack Frost, un enigmático compañero que sie...