capitulo 4

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Ruggero caminaba lentamente por las calles de buenos aires, con la cabeza y la vista hacia el suelo, no iba prestando atención a su alrededor, solo a sus pensamientos, la verdad en lo único en que pensaba era en mercedes, porque rayos no podía sacársela de la cabeza, desde que la vio entrar aquella vez en su oficina y lo había sorprendido a él dentro, tenía algo especial que le atraía, no sabía qué, pero era así.

Antes, le causaba mucha gracia cuando se enojaba, se ponía más linda aun, pero después de su última charla, había quedado herido, ella no le quería, no le soportaba, y eso dolía, dolía mucho.

Lo único que quería era llevarse bien, no sabía exactamente lo que le pasaba con ella, solo sabía que no la quería lejos.

Había llegado a su casa, saco las llaves de su bolsillo, cuando sintió que su celular vibraba, le estaban llamando, dio un suspiro de molestia y contesto.

-que pasa- dijo frio

-eh...señor ruggero, tengo que decirle algo- dijo temerosa la secretaria de la oficina

-que, me estas asustando.

Hubo un silencio, ruggero desesperado le volvió a decir

-maría que pasa, habla de una vez

-es la señorita mercedes, desapareció, hace un momento estaba en su oficina y luego simplemente desapareció.

-como que desapareció.

-sí, pensamos que, se la llevaron, ellos, ya sabe

Su corazón comenzó a latir con fuerza, le dio las gracias y corto, guardo su celular y rápidamente, corrió hacia la oficina.

(. . .)

-ruggero, al fin llegas...-suspiro su jefe

-¿Dónde está?, aun no aparece

-no, la hemos llamado veinte mil veces, pero no contesta, la policía acaba de empezar a buscar, así que no te preocupes, ya la encontraran- dijo palmeando su hombro.

El silencio invadió la habitación, ruggero camino unos pasos hasta dar con un sofá, se arrogo en el, dejando caer todo su peso, y se paso continuamente las manos por el cabello, dando pequeños suspiros de frustración.

***

-bien señorita, veo que se hace la difícil, pero no saldrá de acá hasta que no nos diga donde está lo que buscamos- le dijo un señor de edad, con el cabellos algo canoso, y unas cuantas arrugas en la cara.

-¡ya les dije que no sé dé que me están hablando!- grito con los ojos vidriosos

-no es necesario que mienta, usted trabaja como detective ¿no?- mercedes asintió- pues entonces tiene que saber- dijo con una evidente expresión de cansancio

-¡pues no lo sé, no sé donde esta, ni quien lo tiene!- volvió a elevar la voz

-¡no mientas!- grito, se levanto de su asiento y la abofeteo- si al final del día...-coloco sus manos en los bordes de la silla de ella-... aun no sabemos nada, vos sufrirás las consecuencias- se levanto y salió por la puerta golpeándola detrás de él.

***

-y ya saben algo- pregunto ruggero impaciente

-aun no- comento el policía- pero la encontraremos, no debe estar muy lejos, encontramos este bolso en unas calles más allá- les informo- es de ella

Ruggero tomo el bolso con sus manos y lo observo unos segundos- sí, es de ella

El policía se retiro junto con unas personas más, ruggero volvió a tomar asiento. ¿Por qué así de la nada le importaba tanto? ¿Se sentía culpable? La última conversación que tuvieron no había sido de las mejores.

Se apoyo en el respaldo del sillón colocando sus brazos detrás de su cabeza. ¿Qué demonios debía hacer? Si se quedaba ahí sentado no iba a conseguir nada, si quería encontrarla debía ayudar.

Se levanto de un salto y salió de la oficina, camino por los pasillos, aun con el bolso en sus manos, hasta llegar a la salida. Miro a ambos lado y camino en dirección a la calle donde el policía, antes de marcharse, le había informado.

***

-y bien preciosa, ya lo has pensado- pregunto el mismo hombre de hace un rato con una sonrisa maliciosa.

Mercedes no le contesto, y siguió mirando el suelo

-hey, te estoy hablando, estas sorda- elevo la voz un poco, y tomando el mentón de mercedes levanto su rostro.

-cuantas veces tengo que decirles que no sé donde está- cerró los ojos, apretándolos con fuerza.

-sabes, se nos está agotando la paciencia, lindura- acaricio su mejilla.

De golpe se abrió la puerta, el hombre se volteo y se paro derecho, mientras mercedes miraba todo con los ojos bien abiertos.

-¡aléjese de ella, y levante las manos!- ordeno apuntándolo con su pistola

-se demoraron ¿no?- rio- ¿Cómo lograste entrar solo?

-eso no le importa, y quien le dijo que vine solo- se acerco lentamente sin dejar de apuntar al hombre. Segundos después entro la policía y lo arresto, llevándolo afuera.

Se acerco a la silla donde la tenían sujeta, desamarro las cuerdas y las lanzo lejos. Luego volvió su vista a la chica sonriéndole.

-¿cómo me encontraste?

-digamos que no fue fácil- le sonrió de nuevo

-gracias ruggero- lo abrazo fuerte, hundiendo su rostro en la curva de su cuello.

Instintivamente este le correspondió, pasando sus brazos por la cintura de ella, y acercándola un poco más.

-no tienes porque agradecerme...- le dijo sin despegarse de ella.

perdon si es corto, pero es todo lo que pude escribir hasta ahora, luego la sigo, besos

"Relación Riesgosa"       (Ruggechi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora