Capitulo 19

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-¡Ángela! Calmáte por favor...-insistió fabián.

-es que no puedo...no ves lo que está pasando, los tienen a los dos.

-¿a los dos quienes?

-¿acaso no sabes? mercedes, está aquí...- le explico la chica.

-en serio... ¿pero como...?

-me entere hace un rato, de todas formas ruggero ya está por volver.

Fabián soltó un suspiro de cansancio.

-¿Por qué demonios vino?- bufó pensando en mercedes.

-bueno...así es el amor...-sonrió elevando una ceja.

-ya lo creo...-rio levemente.

-te parece si vamos yendo, nos deben de estar esperando, no veo la hora de que todo esto acabe...- camino hacia una de las habitaciones seguida por fabián.

(. . .)

-vaya que te has demorado...-frunció el ceño el hombre de gafas oscuras.

-si es que...no la podía encontrar.- se excusó intentando disimular el fuerte latido de su corazón.

-bien, vamos muchacho.

Se dirigieron a una de las habitaciones. Allí les esperaban Katherine, Ángela y fabián.

Ruggero detuvo su paso al encontrarse con la mirada seria de fabián. ¿Cómo era posible que dos de sus compañeros estuvieran metidos en esto? A decir verdad siempre sospecho un poco de él, pero no le prestó mucha atención ya que lo asimilo como cierto rencor por la vez que lo conoció.

Ruggero se sentó en frente de ellos. Al fin podría descubrir que rayos había dentro de esa maldita caja.

-bien...abrámosla.- uno de los hombres la tomo con cuidado y comenzó a forcejear con la cerradura.

-señor...-interrumpió otro abriendo la puerta.- ¿quiere que la traiga?

Hubo un silencio en la habitación. El hombre asintiendo le respondió que sí.

-sí, tráela, será un lindo reencuentro...-se carcajeo. Ruggero frunció el ceño.

Dentro de unos minutos la cabellera de mercedes se asomó por entre el marco de la puerta. Automáticamente el corazón de ruggero se acelero ¿no le había dicho que no volviera? Vaya que le hacía caso. Apretó sus puños con fuerza cuando mercedes se sentó a su lado.

-bien ahora que estamos todos...-prosiguió el hombre- Podemos comenzar

-te dije que no volvieras-susurró casi sin mover la boca.

-lo siento...pero no podía dejarte.

No alcanzo a escucharse el Clic de la cerradura, cuando la puerta se abrió bruscamente dejando ver a su jefe armado, detrás de él una serie de policías apuntaban a aquellos hombres.

-¡Levanten las manos y no se muevan!- ordeno uno. Los hombres se quedaron mirando entre sí.

Como una avalancha, los policías entraron a la habitación y se llevaron a todos los hombres. A excepción de ruggero y mercedes.

-chicos que bueno que están bien. – exclamó acercándose a ellos.

Mercedes le sonrió en forma de agradecimiento.- creo que debemos irnos.-dijo.

Todos estuvieron de acuerdo y caminaron a la salida. Cuando la figura de mercedes desapareció por la puerta, ruggero giro sobre sus pasos y volvió a guardad la caja. Tenía que saber que había dentro.

"Relación Riesgosa"       (Ruggechi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora