Capitulo 14

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Estaba sentado junto con mercedes en el living, ambos volvían a mirar las pistas que les habían dado y habían conseguido.

-¿crees que deberíamos ir a ver?- pregunto mercedes apartando la vista de la computadora.

-deberíamos. Pero podría ser peligroso.-afirmó

-ruggero, ambos sabemos que este trabajo es peligroso, sino no lo hubiéramos escogido. Hay que arriesgarse, arriesgarse por lo que uno ama, si de verdad nos importa nuestro trabajo, creo que deberíamos ir.-le respondió mercedes firme.

Ruggero le sonrió. Eso era lo que tenía que hacer el. Luchar, arriesgarse por lo que amaba. Tenía que hacerlo por ella, por mercedes, la amaba demasiado para dejarla ir, sin dar batalla. Se sorprendió por sus pensamientos. No podía estar tan enamorado. ¿Cómo era posible que lo pusiera de este modo? ¿Cómo era posible enamorarse tanto de una persona?

Mercedes lo seguía mirando con una sonrisa orgullosa en el rostro.

-tienes razón, hay que arriesgarse por lo que uno ama- se dedicaron unas sonrisas y volvieron su vista a la computadora.

                                                                            ***

"Arriesgarse por lo que uno ama".

Esa frase no se alejo de su mente en toda la estadía en casa de mercedes. La noche comenzaba a caer en la cuidad al igual que el frío. Ya era hora de despedirse de su preciosa mercedes. ¿Se habrán ido? ¿Estará mercedes segura ahora? No lo sabía, sabía que ya era tarde y tenía que irse pero, algo se lo impedía. ¿Y quién demonios era la persona que los estaba espiando? Si, estaba segurísimo que lo vigilaban, no había duda de ello.

-¿No crees que ya se está haciendo tarde, ruggero?- pregunto la chica.

-sí, creo que me tengo que ir. Nos vemos mañana ¿no?

-claro.-sonrió- descansa, mañana tendremos un largo día- beso su mejilla. Ruggero sintió una chispa y se estremeció.

-tú también.- le acaricio un mechón de pelo- cuídate ¿sí? No le habrás a ningún desconocido mercedes.

Ella rió levemente.

-ruggero, no soy una niña, se cuidarme sola.

-sí, pero no quiero que le habrás a nadie, a menos que sea yo, o alguien de tu confianza.

-ay ruggero, no crees que estas siendo un poco paranoico- sonrió divertida

-prométemelo mercedes.- sentencio firme. La sonrisa de la chica desapareció.

-te lo prometo. ¿Pero estás bien?

-sí.- le beso la mejilla y camino unos pasos.- nos vemos mañana, mechi.- le dedico una última sonrisa y salió de la cálida casa de mercedes.

                                                                                   ***

Pero qué extraño que estaba ruggero hoy. Pensó mercedes mientras se recostaba en la cama. ¿Por qué no quería que le abriera a nadie? Bueno si, sabía que abrirle a desconocidos era peligroso, pero ¿Por qué estaba tan serio? ¿Acaso sabía algo que ella no? Dio un profundo suspiro, no podía responder a esas preguntas, no aun. Pero como detective, y especializada en años en esto, lo iba a averiguar, iba a descubrir que era lo que le estaba pasando a ruggero. Hace un tiempo que lo encontraba raro, aunque a veces no era tan notorio. Algo lo estaba asustando e iba a averiguar qué.

Se levanto de la cama dispuesta a colocarse su pijama, ya comenzaba a bajarle el sueño, necesitaba descansar. Unos golpes en la puerta la hicieron detenerse de su acción. Buscaban en la entrada. De seguro era ruggero que se le había quedado algo. Corrió hacia la puerta con una leve sonrisa en el rostro. Y de un tirón abrió la puerta esperando ver a su compañero. Pero lo único que encontró fue a dos personas vestidas de negro, que se camuflaban en la oscuridad. Su corazón palpito rápido. ¿Por qué no había visto antes quien era?

"Relación Riesgosa"       (Ruggechi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora