Capitulo 16

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      2 días antes de la entrega de la caja

Emma lo miraba con ojos expectantes y con cierto toque de temor, nunca había visto a ruggero con esa mirada, claro lo conocía desde hace poco, pero jamás había demostrado tanta preocupación por algo.

-¿ruggero estás bien?- dijo la muchacha entregándole un vaso de agua.

-sí, sí, necesito que llames a mi jefe y que le digas donde estoy.- bebió un largo trago de agua y lo dejo en la mesa.- tengo que irme

-pe-pero... ¿Qué vas hacer?

-tengo que encontrarla, si no lo hago, no me lo perdonaria nunca.- murmuro más para sí mismo que para ella.

Ahí fue cuando comprendió. Ruggero estaba enamorado, estaba enamorado de esa chica que vio hace unos días. Su corazón se apretó y sintió lastima por él, nunca lo había visto de esa manera.

-bien, pues haz lo que tengas que hacer, yo te ayudare en todo lo que necesites.- le acaricio el brazo.

-gracias.- le susurró y se inclino para besar su mejilla.- gracias...-volvió a decir. El corazón de Emma dio un vuelco ¿Por qué justo cuando comenzaba a sentir que ese chico le atraía, se da cuenta de que ya es de alguien más? Que su corazón le pertenece a otra persona.

Sacude la cabeza y le sonríe- suerte.- le dice y cuando lo ve salir agarra su celular para hacer lo que ruggero le dijo, le había dado el numero de su jefe y tenía que llamarlo.

                                                                                    ***

-¡ruggero!- su jefe se encuentra sujetando fuertemente su brazo- ¿a dónde crees que vas?

-tengo que ir a buscarla- sentenció.

-¡ay ruggero! ¿Tú crees que está ahí?, ya revisamos el lugar y no había nada.

-pero no revisamos bien. Lo siento pero nada de lo que me diga me hará cambiar de opinión.

Su jefe dio un largo suspiro y soltando un poco su agarre anuncio.- está bien, pero no irás solo...

Ruggero lo miro con expresión decidida y salió disparado hacia el edificio con su corazón golpeándole fuertemente contra el pecho. ¿Por qué a ella? ¿Por qué? Subió las escaleras dando grandes zancadas y avanzando de dos en dos los escalones. Su jefe, que hace unos minutos se había perdido en la lejanía, había salido en busca de los demás, para ir tras ruggero, quien agitado y ansioso se perdía en la distancia.

Freno en seco frente a la gran puerta principal, inspiro una gran bocanada de aire, dándose fuerzas a sí mismo. ¿Y si su jefe tenía razón? ¿Y sí mercedes no estaba ahí? Que si había llegado demasiado tarde. Una punzada de dolor acompañado de un fuerte escalofrío recorrieron su cuerpo, al imaginarse a su enamorada en peligro, y pero aun, al borde la muerte. Y todo por su culpa, por involucrase con ella. Si no lo hubiese hecho, ellos no se hubieran fijado en ella, no la hubiesen tocado, porque no les habría interesado, no le habrían hecho daño. Pero que podía hacer él, sin darse cuenta esa muchacha de cabellos dorados le había robado el corazón y se había adherido a su piel, ya era parte de su vida, y no la dejaría ir tan fácilmente.

Giro la manilla de la puerta, y en cuanto estuvo dentro de la oscura habitación unas risas amargas provenientes de la habitación contigua le inundaron los oídos. No estaba solo. Apretó los puños y camino en dirección hacia las risas. Cuando estuvo en frente del pedazo de madera que le impedía la visión de aquellos hombres, pudo escuchar un ligero sollozo apenas audible. Mercedes.

                                                                                   ***

-quieres un poco- le ofreció Katherine con una dulce sonrisa.

"Relación Riesgosa"       (Ruggechi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora