Capítulo 1: La Sombra de Nick

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Ser la hermana menor de Nick Nelson no es fácil. Nick es el tipo de persona que parece estar diseñado para brillar. Tiene una sonrisa de esas que te desarma en un segundo, y todo el mundo quiere estar cerca de él. La vida de Nick es como una película de esas que terminan con los personajes corriendo hacia el atardecer, felices para siempre. La mía... bueno, la mía sería más bien un documental sobre alguien que se pierde en el fondo de la escena.

"Hailey, ¿vas a comer eso?"

Levanto la vista y veo a Otis, ya con la mano extendida hacia mi plato de papas fritas. Ni siquiera espero a responderle; él sabe que la respuesta siempre es la misma. "Claro que sí," le digo, empujando el plato hacia él.

Otis me sonríe con su típica expresión de "te-salvé-de-ti-misma". Es ese tipo de persona que actúa como si te conociera mejor que tú misma, y la mayoría de las veces, tiene razón. A su lado, Connor está sumido en su mundo, con los audífonos puestos, ignorando por completo la conversación mientras revisa algo en su teléfono. Él es más tranquilo, más reservado, pero siempre está ahí, y eso es lo que importa.

Estamos en la cafetería de la escuela, rodeados de chicas que no me conocen y que probablemente no les importa conocerme. No es que me moleste. Nunca me importó encajar. O al menos eso es lo que trato de decirme a mí misma. Pero algunas veces, cuando veo lo fácil que parece para todos los demás ser parte de algo, no puedo evitar sentir que me estoy perdiendo de algo.

"¿Cómo fue la cena anoche con Nick y Charlie?" pregunta Otis, mientras mordisquea una de mis papas fritas.

Suspiro. "Bien, supongo. Nick estaba igual de... ya sabes, él mismo. Y Charlie, bueno, Charlie es Charlie."

Otis me mira con las cejas levantadas. "Eso no me dice nada."

Connor se quita los audífonos y, por primera vez en lo que va de la conversación, parece prestar atención. "Charlie es genial, ¿verdad?"

Asiento. "Sí, claro que es genial. Lo es todo para Nick."

Y ahí está. Siempre es lo mismo. Nick y Charlie. Nick y su perfecta vida amorosa. Nick que parece tener todo resuelto mientras yo apenas puedo mantenerme a flote. Me muerdo el labio y aparto la mirada, concentrándome en mi vaso de agua. No quiero sonar como la hermana amargada, porque no lo soy. Estoy feliz por Nick. Lo estoy. Pero también...

"¿Y tú?" Connor pregunta, mirándome con esa expresión de quien sabe que hay algo más detrás de mis palabras.

"¿Yo qué?"

"¿Cómo te sientes con todo eso?"

Es Connor. Él siempre hace las preguntas difíciles. Las que nadie más se atreve a hacer. Las que intento evitar a toda costa.

No quiero responder. Pero tampoco puedo mentir. No a ellos. "No lo sé," digo finalmente, encogiéndome de hombros. "Es raro. Me alegra que Nick esté tan feliz, pero... a veces siento que me dejó atrás. Como si ya no fuéramos lo que éramos antes."

Otis asiente, su expresión algo más seria de lo habitual. "Eso pasa. La gente cambia."

"Sí, pero... no quiero que él cambie conmigo. Era lo único que me quedaba de antes."

Connor se queda en silencio, pero noto cómo baja la mirada, como si entendiera perfectamente lo que quiero decir. Otis, en cambio, se apresura a cambiar de tema, volviendo a la normalidad. "Bueno, cuando encuentres a tu propio Charlie, todo esto será irrelevante."

Me río, aunque no creo en lo que dice. No tengo un Charlie en mi futuro. No tengo nada parecido. Nick encontró el amor verdadero en un mundo donde yo apenas logro entenderme a mí misma. Él tiene su final feliz, y yo... yo solo sigo buscando mi lugar en esta historia.

Después del almuerzo, nos dirigimos hacia el campo de rugby de Truham, donde están Nick, Charlie y el resto del equipo practicando. Al terminar la práctica, me acerco a ellos con botellas de agua, tratando de ser parte de su mundo. "¡Hey, chicos! ¡Agua fresca!" digo con una sonrisa, pero al verlos hablar entre ellos, siento que me enfrascan en su conversación y yo me vuelvo invisible.

Intento iniciar un diálogo, pero Nick y Charlie están tan metidos en su propio mundo que no puedo más que darme la vuelta y caminar hacia mis amigos. Otis nos cuenta acerca de una nueva película que está viendo, y Connor hace algunos comentarios. Yo me quedo callada, asintiendo mientras escucho, pero sin poder quitarme la sensación de que algo falta.

Al llegar a casa, Otis y Connor se despiden en la puerta. Connor me sonríe, y hay algo en su mirada que me hace sentir un poco menos sola. Una chispa de algo que no puedo identificar. "Nos vemos mañana, ¿sí?" dice, y asiento.

Subo a mi cuarto y, al cerrar la puerta, pongo música a todo volumen. Las notas suenan a través de la habitación mientras miro hacia el techo, buscando respuestas en un lugar donde no hay ninguna. Quiero que el ruido ahogue mis pensamientos, que me permita escapar por un momento.

Unos minutos después, escucho la puerta de Nick abrirse. Él y Charlie llegan a casa, riendo y hablando en voz alta. Me muerdo el labio, preguntándome si soy una mala persona por extrañar a mi hermano. Se encierran en su cuarto, dejando un vacío que me hace sentir aún más sola.

Y así, en medio de la música y las risas ajenas, maldigo el inicio del verano.

The ArcherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora