6 de Julio, 1848
En medio del caluroso clima del pueblo y los incesantes rayos de sol que golpeaban contra los techos improvisados que cubrían las casetas de mercado, unas botas lustradas se desplazaban por el sendero de gravilla.
Cabeza en alto, al igual que su sombrero, Jungkook escaneaba cada puesto de los tenderos, a los cuales les regalaba una cortés sonrisa de labios cerrados, cada que se encontraba con las miradas incrédulas de estos.
Jeon aflojó el pañuelo en su garganta, y las gotas de sudor deslizándose por sus mejillas lo tenían al borde de querer lanzar por los aires ese ridículo sombrero de copa, junto con su larga chaqueta. La temperatura era de más de 28 grados, razón que le estaba haciendo considerar lo absurdo que resultaba el vestir de aquellas prendas.
Una camisa holgada blanca y unos pantalones clásicos es lo que deseaba utilizar en un principio; sin embargo, eso le habría provocado problemas en la presión arterial a su padre, seguramente. Además del hecho de que la razón por la cual se encontraba en ese mismo instante en dicha villa pasando por alto su clase de críquet de los lunes, era únicamente porque su padre seguía insistiendo en que debía familiarizarse con los "pueblerinos", y para ello su presencia debía ser más que evidente para que todos se percataran de ella.
—¿No deberíamos hacer algo más que solo caminar entre todos como si esto fuese una alfombra real?
—¿A qué se refiere, joven? —cuestionó su guardia real.
—Ya sabe… Algo como ofrecer ayuda en sus negocios o escuchar sus inquietudes y así brindar mejoras, no lo sé.
—Príncipe Jeon, su padre específico que solo debe saludar a los aldeanos, no debe extralimitarse más allá de lo que le ordenaron.
—Lo sé, pero-
—Evítese un llamado de atención y a mí un posible despido, por favor.
Jungkook apretó los labios en una línea recta y llevó ambos puños al interior de los bolsillos de su casaca. Sabía que el pálido de voz atona tenía razón, no debería tentar a su suerte y menos si esa suerte tenía el humor de su padre.
Una sutil sonrisa se bamboleó en los labios del pelinegro al leer el letrero de uno de los emprendimientos del sector, tratándose de una caseta simple con fachada de madera y ventanales lo suficientemente amplios para lograr divisar el interior del lugar.
Sus pies, que se movieron por sí solos en la dirección anteriormente mencionada, fueron detenidos ante la voz de su guardia real:
—¿A dónde se dirige, príncipe?
—Echaré un vistazo a este negocio, se ve interesante —se cruzó de brazos al ver como el rostro del aludido se contraía en una mueca—. ¿O es que acaso lo tengo también prohibido?
—No, en absoluto.
—Bien, no se quede ahí. Entremos.
De manera obediente, Min le siguió hasta el interior del negocio, donde el tintineo de una campanilla se dejó escuchar en cuanto cruzó la puerta.
Tan solo fue necesario su primer pie puesto dentro del recinto como para escuchar la voz de Min sobre el ruido de los murmullos de las voces ajenas.
—¡Su atención y permiso hacia su alteza real, el príncipe Jeon Jungkook!
El mencionado miró de soslayo hacia el más pálido, quien se mantenía con la espalda erguida y manos entrelazadas.
Sabía que ese era el protocolo, pero por favor, ¿cuál era la necesidad de ser tan estrafalario en un sitio donde escasamente solo había 10 personas del común?
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ᴀʀᴛᴇ ʏ ᴅᴇʙᴇʀ ༄ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ࿐ྃ
Romance"La belleza del arte y el dolor del deber". Jungkook y Taehyung sabían que se habían equivocado de época, pero no de amor. Quizás enamorarse en 1848, no fue la mejor decisión de estos dos amantes. ♚Estado: En emisión ♚Extensión: 30-40 capítulos ♚R...