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08. Promesas

📍Marina Bay, Singapur

Lando's pov

Salí de la habitación de Alora. Cerré la puerta tras de mí, el sonido de la cerradura resonando como un golpe seco en mi pecho. Di dos pasos, luego me detuve. Miré por encima del hombro, mi mano temblando ligeramente mientras tocaba la manija. Quería abrirla, quería volver adentro, tomarla entre mis brazos y hacer que todo desapareciera, pero no lo hice.

Me encaminé hacia el elevador, pero cada paso parecía más pesado, como si el suelo quisiera tragarse mis pies. Llegué al lobby, pero el aire dentro se sentía demasiado denso, como si me estuviera sofocando. El calor en el exterior no era mejor. Cada respiración se volvió una lucha. Inhalar se sentía como tragar en seco; cada vez que lo intentaba, una presión aplastaba el pecho.

Mi mano se posó sobre mi pecho, esperando sentir los latidos de mi corazón, pero todo lo que encontré fue un vacío inquietante, como si mi pecho estuviera hueco. Caminaba en círculos, de un lado al otro, como si eso pudiera traerme de vuelta a mí mismo. Pero cada paso me alejaba más. La sensación de hundirme, de caer dentro de mí mismo, como si hubiera una tormenta en mi mente que no podía detener.

— ¿Lando? –preguntó una voz tras de mí.

Respire, intenta poner una sonrisa en mi rostro, fingir que nada me estaba pasando. Cuando voltee sobre mi hombro. Ahí, en la entrada del hotel, bajo la luz tenue de la tarde que comenzaba a desvanecerse, estaba Luisinha.

La última vez que la había visto, había sido hace meses cuando lo nuestro termino. Pero ahí estaba parada con su sonrisa amable y mirada fija sobre mí.

Se acercó lentamente, con pasos ligeros, mientras yo me quedaba inmóvil, sin procesar lo que estaba pasando. Sus tacones contra el suelo resonaban con fuerza. Cuando estuvo frente a mí, el silencio se hizo más denso que nunca.

—Lando... —su voz fue suave, apenas un susurro, pero golpeó directo a mis entrañas.

La mire aun atónito. Ella abrió sus brazos y aunque por un momento dude, me deje sostener por ella. Era demasiado, demasiado. Necesitaba esto. Familiaridad. Alguien que conociera. Que confiara. Que no me criticara. Con la que pudiera hablar, pero quien no dijera nada.




Alora's pov

Mis manos temblaban, entre los ya no pequeños sollozos que me sacudían. Culpa de las hormonas, pero parte de mí, decía que no todo era su culpa. Tome mi celular en mano, busque el numero entre los contactos.

Dudé por unos segundos, mi dedo sobre su nombre en la lista de contactos. Una parte de mí quería echarse atrás. Respiré hondo y, antes de que el miedo me consumiera por completo, apreté el botón.

RUNNING      [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora