RUNNING [Lando Norris]

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📍Londres, Inglaterra
🗓️ 8 de agosto, 2023

La joven mexicana caminaba con confianza por los pasillos de su trabajo. Había pasado un mes desde que había iniciado como pasante. Al principio, estaba nerviosa y asustada, mirando a todos lados cuando caminaba. Ahora, su mirada estaba al frente, confiada de cada paso que daba. En una mano traía una bandeja con cafés, en la otra tenía archivos. Camino hasta la sala de juntas, antes de poder empujarla, uno de sus compañeros pasante lo hizo. Mientras que el chico se fue a sentar a una de las sillas del fondo, ella se encargó de colocar un café frente a su jefe y otras dos personas, antes de tomar su asiento junto a Richard, su jefe, un hombre de cincuenta y tantos años.

— Alora, que bueno que llegas – dijo su jefe.

En el último mes, había logrado que su jefe la llamara por su nombre, al igual que la tomará más en serio, antes solo se encargaba de archivar portafolios, ahora su jefe la había dejado participar en una entrevista e incluso hacer un primer borrador, que aunque no fue publicado en su mayoría, había sido de gran ayuda.

Durante la reunión, Alora tomó notas con atención, esperando ansiosamente el momento en que pudiera aportar sus ideas. Cuando se presentó el tema de la próxima edición de la revista, Alora no pudo evitar levantar la mano tímidamente.

–— ¿Puedo hacer una sugerencia? — preguntó, tratando de mantener la voz firme.

Richard asintió con una sonrisa.

— Adelante, Alora.

— Creo que podríamos incluir una sección sobre los deportes extremos emergentes. He estado investigando sobre los nuevos deportes que están ganando popularidad y creo que podría ser interesante para nuestros lectores.

El comentario fue bien recibido por varios de los presentes, algunos creían que sería mejor darle más publicidad a deportes ya conocidos.

— Es una excelente idea, Álora. ¿Podrías preparar un esbozo para la sección? –la opinión de Richard, hizo que el resto de las personas guardaran su punto de vista, al final del día el jefe ya lo había aprobado, técnicamente.

Una vez que la junta terminó, la chica fue interceptada por una secretaria que le había avisado que alguien la estaba buscando en recepción, pero no tenía idea de quién podría ser. Sabía que no podría ser Izzy, pues ella estaba en casa. Cuando llegó a la recepción, vio a una figura familiar esperándola con una amplia sonrisa.

— Oh por Dios, Pato – exclamó Alora corriendo a abrazar a su amigo de toda la vida.

— ¡Sorpresa! – exclamó él, recibiendo entre sus brazos –. Pensé en darte una sorpresa.

— Y si que me la diste –dijo ella tomando a su amigo por la mano y llevándolo a sentarse en unos sillones de la recepción– ¿Que te trae por acá?