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07. Revelación

📍Marina Bay, Singapur
🗓️ 15 de septiembre

Era sábado. Ahora de qualy, llevaba horas en el circuito. Tomando fotos con la cámara que colgaba de mi cuello. Haciendo entrevistas cortas con algunos pilotos que me encontraba en el camino. Tomé un café en el lounge de Ferrari, que sería desde donde vería la carrera, porque los chicos me invitaron, incluso presentaron a sus novias con quien estoy en el garage de Ferrari.

La vibra en la sala era tranquila, a pesar de que los pilotos estaban enfrentándose a un momento de mucha tensión, como lo era la tercera y última parte de la qualy. Alex y Rebecca se encontraban demasiado tranquilas como si sus novios no estuvieran por conduciendo a más de trecientos kilómetros/hora.

— ¿Cómo va el trabajo? —me preguntó Alex, la novia de Charles, mientras tomaba un sorbo de su bebida.

— Abrumador pero increíble –respondí con una ligera sonrisa, revisando un par de fotos de mi cámara.

Las chicas asistieron compresivas. Aunque tampoco llevaban tanto tiempo en la Formula 1, sabían más que yo sobre el caos del deporte.

Intentaba concentrarme en lo bien que estaba yendo la Qualy, lo bueno que estaba siendo el día, en general. Mi mente no paraba de pensar en el hecho de que Lando estaba ahí afuera, sobre un auto que en cualquier momento podría chocar y terminar con su vida, Dejando a mi bebe sin padre. Mi estomago se resolvió repentinamente, voltee a ver a las chicas, pero ellas estaba inmutadas, mirando atentamente, mientras yo sostenía mi estómago, de pronto se me vinieron las náuseas, que hasta ahora no había tenido, mire a Alex quien frunció el ceño.

— Baño –dije para después correr al baño más cercano.

Sentí como Alex me seguía por atrás, cuando abrí la puerta y me lancé sobre el inodoro ella cerro la puerta y sostuvo mi pelo. Sentí como si el mundo entero se viniera para abajo, de pronto me dolía el cuerpo, tenía temperatura y no tenía energía en mi cuerpo. Alex solo me sostuvo sin preguntar nada hasta que tuve la fuerza para levantarme y lavar mis manos, cara y boca.

—¿Estás bien? —preguntó Alex con preocupación, mientras me ofrecía una botella de agua.

Asentí, aunque no me sentía bien en lo absoluto. Sentía como si el peso de todo lo que estaba ocultando finalmente comenzaba a mostrarse. Las náuseas, el agotamiento, la preocupación constante por Lando, todo se combinaba, pero ahora era imposible de ignorar.

—Creo que es solo el cansancio... y el calor —mentí, tratando de convencer tanto a ella como a mí misma. Sabía que no era verdad, pero no estaba lista para confesarlo. Ni siquiera a mí misma, pues desde que me entere nunca había dicho en voz alta las palabras.

Alex frunció el ceño, claramente dudando lo que estaba diciendo. Pero sonrió. Sinceramente. Calmada. Sin querer presionarme para decir lo que en verdad estaba pasando.

RUNNING      [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora