capitulo uno

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Margarita

— ¡No, no me quiero ir!. No quiero que nuestra amistad se termine. — dije llorando. — me puedo quedar aca escondida y nadie me va a encontrar, asi podemos ser amigos para siempre. — dije con una pizca de ilusion.

El me abrazó y me hablo calmado.

— Dale, Mar. No te podes quedar aca. A mi tambien me duele que te vayas pero te prometo que cuando seamos mas grandes nos vamos a volver a ver y no importa el tiempo que pase ¡Vamos a ser amigos para siempre!. — habló Rey, tratando de calmarme.

— ¿Pinky promise?. — pregunté dandole el meñique.

— Pinky promise. — dijo enredando su meñique con el mio. — Antes tengo un regalo para vos. — dijo contento. — Mira, es para que sepas que siempre pero siempre vamos a ser amigos. Por mas que te vayas a vivir a Italia o a donde sea.

Saco una cadenita para compartir. Eran dos cadenitas que formaban un corazón, tenia como un iman. Juntabas las dos partes y se unian.

— ¡Es hermosa, Rey! Gracias. Te quiero muchisimo. — dije con los ojos aguados.

                                    Actualidad.

Suspire apretando mi cadenita y me despedí de la famosa y hermosa Italia. Un país hermoso, lleno de gente increible y en el cual vivi muchos años.

Estabamos volviendo a Buenos Aires y esta vez definitivamente. Estaba muy nerviosa, hace años que no piso esa ciudad magica. Mi ciudad magica.
Tenia miedo e incertidumbre, un revoltijo de emociones que no sabia bien como expresar.

A los 8 años fui la ultima vez que estuve ahi. Me acuerdo que me despedi de mi mejor amigo, Rey. Nos criamos juntos y eramos inseparables, hasta que por cosas de la vida y del crecimiento perdimos todo tipo de contacto. De a poco nos alejamos y pensar en eso a veces me daba miedo.

Sin irme por las ramas, hoy siento que empiezo una nueva vida. Una mas linda que la de Italia. Obvio, me encanto vivir 10 años de mi vida ahi pero nada se comparaba con mi país, el mate, el dulce de leche, mis tradiciones.

— Dale, Mar que se nos va el avión. — hablo mamá.

— Voy, voy.

Una vez sentada en el avion, suspire y me puse mis auriculares reproduciendo mi playlist de avion. Cerre los ojos y me dormí.

Nose cuanto tiempo paso pero cuando me desperte ya estabamos aterrizando, bajamos, hicimos todo el papeleo y estabamos esperando que nos venga a buscar un amigo de mi papá.

Que lo encontramos super rapido, era Pedro, amigo de la familia y padre de Rey.

Rey.. ¿Que sera de su vida?.

Deje mis pensamientos de lado y fui a saludar.

— Hola, Margarita. Que grande y hermosa estas. — hablo con una sonrisa.

— ¡Hola Pedro! — dije alegre. — Que bueno verte de nuevo.

Despues de saludarse con mis papás, subimos al auto y arrancamos. Volviamos a la casa donde viviamos antes, al lado de donde vivian Pedro y su familia, la casa de mi infancia y mi lugar favorito.

Pasaron 30 minutos en el auto hasta que por fin llegamos. Bajamos las valijas y por fin estabamos en casa.

— Bueno Max, amigo mio, los dejo que se instalen tranquilos y a la noche nos armamos un asadito para festejar ¿Les parece?. — habló Pedro con mi papá.

— Obvio, amigo, tenemos que ver a la familia. — dijo papá con una super sonrisa. Parecia un nene.

— ¡Chau Flor, Chau Mar!. — Saludo Pedro.

that way - marreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora