JENNIE
Mientras me vestía para la reunión de hoy, no podía evitar que mi mente volviera a esa noche en la que Lisa me llevó en su auto. Estaba lloviendo tan fuerte que, por un segundo, me encontré vulnerable. Una parte de mí detestaba esa sensación, depender de alguien más, y menos de ella. Pero no tenía otra opción. Recordar cómo la lluvia caía con furia y cómo, al abrir la puerta de la limusina, sentí esa mezcla de incomodidad y algo más… algo que no lograba definir.
Me había subido al coche sin decir mucho, intentando no parecer afectada por el clima ni por el hecho de estar tan cerca de Lisa, de nuevo. Había algo en su presencia que me inquietaba, una energía que me ponía alerta. Nos sentamos en silencio, con solo el sonido de la lluvia golpeando los cristales, mientras mis pensamientos vagaban sin rumbo.
Miré por la ventana, tratando de evadir cualquier conexión con ella, pero inevitablemente sentía su presencia, su perfume discreto, su mirada oculta bajo esa fachada de indiferencia que siempre llevaba consigo. Me llevó hasta mi mansión, y cuando finalmente llegamos, fue un alivio salir de su coche y alejarme. Pero no pude ignorar el extraño vacío que sentí cuando la puerta del auto se cerró detrás de mí. Algo se había quedado en el aire, aunque me negué a analizarlo demasiado.
Ahora, con la mañana avanzando y la reunión acercándose, esos recuerdos persistían. Intenté ahogarlos con la rutina, con la preparación para enfrentarla de nuevo, esta vez en terreno firme. Lisa y yo éramos rivales en todo sentido. Había respeto, sí, pero también una competitividad feroz, y cada interacción con ella sentía que era una lucha por el control.
Frente al espejo, me aseguré de que mi imagen reflejara esa seguridad que siempre me caracterizaba. Había sido un error permitir que me viera vulnerable esa noche, pero no volvería a suceder. Hoy, iría a su oficina con mi abogada, lista para cualquier cosa que pudiera lanzarme.
Tomé un respiro profundo. Esta vez, no me permitiría dudar ni por un segundo. Lisa podía ser un desafío, pero también lo era yo. Y si creía que aquel pequeño viaje en su coche significaba algo, estaba muy equivocada. Hoy, ella sería la que se enfrentaría a lo inesperado.
Me encontraba en mi oficina, observando la pantalla de mi computadora, pero mis pensamientos estaban lejos de los correos que revisaba. Miré el reloj. La reunión con Lisa estaba a solo minutos de distancia, y sabía que no podía perder el tiempo. La confrontación entre nosotras siempre era tensa, y hoy no sería la excepción.
Suspiré y apagué la pantalla. Rose estaba sentada frente a mí, revisando algunos papeles con la misma precisión que siempre la caracterizaba.
— Es hora de irnos —le dije, sin quitar la vista del reloj.
Rose levantó la mirada y asintió, guardando los documentos en su portafolio. Su eficiencia me recordaba por qué confiaba tanto en ella. No solo era mi abogada, era alguien que entendía cada movimiento en este juego de negocios.
— Bien, estoy lista —respondió, poniéndose de pie y ajustando su chaqueta.
Me levanté y me puse el abrigo, caminando hacia la puerta con Rose a mi lado. Al salir, sentí una pequeña corriente de adrenalina correr por mis venas. Sabía lo que se avecinaba, y estaba preparada para enfrentar lo que Lisa tuviera bajo la manga.
Cuando llegamos al auto y nos acomodamos, el silencio se instaló brevemente, hasta que Rose lo rompió con esa voz segura que siempre tenía bajo control.
— ¿Lista para lo que viene? —preguntó sin apartar la vista de los papeles, retomando la conversación con la misma confianza de siempre.
— Siempre —respondí, aunque en mi interior, los pensamientos sobre Lisa y nuestra última interacción persistían. La competencia entre nosotras no era algo nuevo, pero había una tensión que no podía ignorar del todo.
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Negocios De Amor Jenlisa
RomanceLisa: Es la líder ejecutiva de "Lloud", una empresa multimillonaria. 29 años, es tailandesa, seria, atenta y precavida en su enfoque profesional. Jennie: Ocupa el cargo de líder ejecutiva en "Oddatelier", donde su pasión por el dinero es evidente. C...